Las secuelas del covid, en primera persona: la dura historia de Betty

Su cuerpo no respondía como antes. Después de sobrevivir a la enfermedad, la enfermera Elizabeth Beatriz Mansilla enfrentó el difícil reto de volver a empezar; desde aprender a caminar de nuevo hasta poder comer sola. Hoy ya está mejor y su historia, aunque es dura, despierta esperanza, porque demuestra que con profesionalidad, voluntad y contención se puede salir adelante.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Tuvo que volver a aprender a hacer casi todo después de sufrir coronavirus. Desde caminar de nuevo, respirar, hasta poder comer, sentarse en la cama o ir al baño sola. Elizabeth Beatriz Mansilla (58)-"Betty" para los amigos-, enfermera jubilada del Hogar de Ancianos "Enrique J. Carrá" (h), dio positivo de Covid-19 en febrero pasado, entró en la fase grave de la enfermedad y fue intubada. Mientras estaba en terapia intensiva, perdió a su mamá Lady Assone de 80 años, que falleció a causa del virus, y cuando salió tuvo que enfrentar el difícil reto de volver a empezar.
Su cuerpo no respondía como antes. No podía moverse desde el cuello hacia abajo, estaba postrada en una cama y ahí, comenzando el duelo por la muerte de su mamá, con una voluntad enorme y con el apoyo de todo el personal del Centro de Rehabilitación del Hospital "J. B. Iturraspe" y del Hogar Carrá, Betty inició la recuperación y hoy afortunadamente ya está caminando y valiéndose por sí misma, aunque la rehabilitación continúa.
"Fue como nacer de nuevo. Después de estar dos meses internada, del cuello para abajo no sentía nada, me daban de comer, usaba pañales, estaba en una cama llena de miedos", relató la mujer al contar su historia a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Me llevé una sorpresa para bien con el trabajo del equipo que realizan en el Centro de Rehabilitación. Acá cuentan con todo, no solamente para gente como yo que tiene secuelas pos covid, sino para otras personas que tienen consecuencias de enfermedades o traumas".
"A la semana de comenzar la rehabilitación, ya movía los brazos, empecé a comer sola, pero me llevó más tiempo poder ir al baño, cuando lo logré, fue una gran ayuda porque cambia la independencia de la persona que puede hacer las cosas por sí misma. Con la ayuda de todos, me fui quitando problemas de arriba", agregó.
"Tengo huellas de la enfermedad en todo el cuerpo; ahora estamos trabajando con la cicatriz de la traqueotomía, tengo las piernas afectadas y me enseñaron también la parte respiratoria", siguió.
"Tuve que poner también mucha fuerza de voluntad para avanzar. Un día decidí que no quería moverme más en la silla de ruedas y agarré el andador, después lo dejé y caminaba con ayuda de otros. Poco a poco fui avanzando y pude caminar sola. Todos los días tengo un dolor nuevo, me duelen los hombros, las piernas, ahora estoy perdiendo el pelo y eso es todo por el coronavirus", aseguró Betty que ya lleva cuatro meses de rehabilitación.
Las secuelas emocionales y cognitivas son fuertes también. "Tengo ataques de pánico, depresión y también tengo lagunas o 'niebla mental', no me acuerdo de algunas cosas, pero con la ayuda voy saliendo adelante", dijo.
"Tengo huellas de la enfermedad en todo el cuerpo", contó Betty
De enfermera a paciente
Después de dos meses en terapia, sus enfermeras compañeras del Hogar -de las que Betty fue jefa antes de jubilarse, hace un año- se pusieron de acuerdo y gestionaron para que pueda vivir en la residencia donde la cuidaron y pudo comenzar la rehabilitación en el centro del Hospital.
"Fue todo muy duro y los primeros 15 días que pasé en el Hogar fueron fundamentales, porque fueron muy malos; el dolor era intenso. Si no hubiera estado ahí, me hubiera muerto, porque necesitaba todo el tiempo gente capacitada a mi lado. Me tenían que poner pañales, bañarme, darme de comer", recordó la enfermera.
Tener que depender de otros fue muy difícil para Betty, pero con la ayuda profesional salió adelante. "Soy muy creyente y muchas veces le cuestioné a Dios por qué sobreviví para estar en estas condiciones, de no poder defenderme y depender de otros. Pero gracias a la rehabilitación estoy muy bien, estoy saliendo, manejo mi auto y ya vivo en mi casa donde todos los días empiezo a hacer tareas nuevas con mucho cuidado. Dentro de lo mal que estuve, tengo que estar agradecida porque estoy muy bien, la vida continúa gracias a Dios, tengo que seguir", manifestó.
Cuidado y contención
En el Hogar "mis compañeras estuvieron en todo momento, no solo brindándome la atención porque no podía moverme, sino también dándome contención. Me encontraban llorando y se quedaban conmigo, las llamaba para que me cambiaran o me rotaran. Les decía que no cerraran la puerta porque me daba pánico ver las puertas cerradas y estar sola. Pase horas sin dormir porque tenía miedo de que no me escucharan, que me faltara el aire". El testimonio de Betty confirma lo clave que es la contención emocional para enfrentar el coronavirus.
Betty rodeada de los profesionales que la atienden
"Lo más duro fue la rehabilitación"
"Cuando salí de terapia me decían: 'Ya pasaste lo más duro', pero creo que lo más duro fue la rehabilitación, porque no me acuerdo nada de mis días en terapia -consideró-. El empezar de nuevo a caminar, a moverme, a respirar y los miedos que se sienten, son muy fuertes. En la terapia nunca tuve miedo, mis miedos fueron después y los siento ahora. Si un día me levanto agitada, enseguida el pánico me gana".
"Es muy difícil porque a todo esto tengo que agregar el duelo que estoy atravesando por la muerte de mi mamá, que no la vi más, me entregaron una pequeña urna, eso fue para todos un golpe muy grande", confesó con la voz entrecortada de la conmoción.
Recordó que es una enfermedad que se atraviesa en soledad. "El que está enfermo de covid está solo porque no hay visitas. Pero recibe el cariño y la atención de los profesionales que también son mis compañeros, no me puedo quejar y esa atención es la misma conmigo como con otras personas que llegan a rehabilitarse", añadió.
"Hay que cuidarse y mucho"
Después de todo lo que pasó, Betty quiere concientizar y por eso en este tiempo de crisis deja el mensaje de la prevención, como paciente que sufrió el virus y también, como trabajadora de la salud.
"Hay que cuidarse y mucho. Hay gente que cree que esta enfermedad no es nada, escucho que dicen que no se van a vacunar, que el virus no existe y no es así. Yo lo pasé y les aseguro que no es así".
Betty dijo que prevenir es sencillo: "Mantener la distancia social, usar un barbijo y lavarse las manos con alcohol. Eso es lo que tenemos no solamente para cuidarnos a nosotros, sino para cuidar a los demás".
"También se debe tomar conciencia que hay que vacunarse, yo tengo una dosis y estoy esperando la segunda. Veo que en el Hospital la mayoría de la gente que fallece por covid no se vacunó y por eso hay que anotarse porque la vacuna es muy importante", aconsejó.
"Están avanzando mucho con las vacunas y tengo fe que empiece a ceder la pandemia y tengamos más libertad. A medida que todos nos vayamos vacunando, todo irá mejorando", pronosticó optimista.
Finalmente, agradeció a todos por la atención, el apoyo y lo que recibió en este difícil proceso. "Agradezco a todos los profesionales del Hospital Iturraspe, del Centro de Rehabilitación y del Hogar de Ancianos, todos hacen un trabajo maravilloso, se siente el empeño y el amor que ayuda a salir adelante", concluyó Betty.
Hace un año,
Betty era jefa de enfermeras en el Hogar de Ancianos "Enrique J. Carrá", hoy ya
jubilada y con las secuelas de la covid se convirtió en paciente que recibió
toda la atención profesional y el cariño de sus compañeros. Aunque el
comienzo de la rehabilitación fue muy duro, sintió que en el Hogar estaba como
en su casa, rodeada de una familia, la misma que la acompañó durante los años
de trabajo. Pablo Arri,
director médico del Hogar de Ancianos; las licenciadas en Enfermería Marisa
Lucero y Rosa Cabrera y Susana Quiroga, encargada de Cuidados Personales, contaron
cómo vivieron junto a Betty los primeros días de recuperación. "Fue la primera
vez que se internó en forma temporaria a una paciente pos covid en el Hogar que
necesitaba una rehabilitación. Se obtuvieron los permisos necesarios y Betty
fue muy buena siempre con la institución, se le brindó la atención que
necesitaba y ella puso mucho de sí, es muy obediente". "Pasó por el
Hogar como paciente y para nosotros es un enorme placer ver que evolucionó favorablemente.
Fue un trabajo multidisciplinario entre el Hospital, el Centro de
Rehabilitación y el Hogar", destacó Arri. Por su parte, Marisa
afirmó que Betty "hizo las cosas bien en esos primeros días de rehabilitación,
fue nuestra supervisora como cuando trabajaba con nosotros y el resultado es
bueno y se lo merece por su esfuerzo. Fue un cambio muy grande para ella porque
esta vez llegó no como jefa sino como paciente". Rosa agregó que
Betty "puso mucha fuerza de voluntad, se propuso metas como la de estar
caminando para una fecha y lo logró". Las personas que
pasaron por el coronavirus pueden padecer síndromes neurológicos asociados o
derivados de la enfermedad y también secuelas en el cuerpo de la internación en
la terapia. Estas diferentes afecciones del sistema nervioso -que pueden ser
leves o graves- se manifiestan clínicamente como alteración del tono muscular,
reflejos y compromiso de la movilidad, que afecta la función de partes del
cuerpo como no poder mover sus brazos, caminar, etc. Para la atención
de los pacientes pos covid, el Servicio de Rehabilitación del Hospital Iturraspe
tuvo que adaptarse a las necesidades y demandas de la pandemia. Como siempre,
se trabaja de manera interdisciplinaria, pero en el caso de Betty se pudo
trabajar de esa forma desde la internación en terapia, en el Hogar Carrá y en
el centro, se pudo hacer el acompañamiento en todo el proceso. Milena
Komorovski, médica Fisiatra (Mat-31828/0) y especialista en Rehabilitación
Medica (ME-15293), a cargo del servicio, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que
estos pacientes "deben ser abordados con tratamiento de rehabilitación durante
la internación y después se continúa en forma ambulatoria. Se trabaja con todo
el equipo de protección para evitar un posible contagio". "El paciente, en
primera instancia es evaluado bajo criterio médico fisiátrico en el internado,
y con el resultado de la evaluación se decide el ingreso a tratamiento. Siempre
de manera personalizada", dijo. Además de los
pacientes pos covid, el Centro de Rehabilitación sigue trabajando con niños o
adultos tanto en el internado como en forma ambulatoria, ya sea por secuela
reciente de ACV, trauma de cráneo reciente, raquimedulares, Parkinson,
parálisis braquiales en niños, amputados, etc. Su abordaje es
fundamental, "no solo para su buena evolución, sino también para evitar re
internaciones o mayores complicaciones", remarcó la fisiatra. El equipo que
aborda a los pacientes pos covid está integrado por los kinesiólogos Javier
Conti, Karina Sánchez, Carola Zurbriggen; la terapista ocupacional Daniela
Bossio; la fonoaudióloga Ana Saccone y
la psicóloga Paola Simon. Algunos de sus
integrantes explicaron cómo es el tratamiento interdisciplinario de estos
pacientes. Todos los que
ingresan al servicio reciben contención y en el caso particular del coronavirus,
el apoyo es también emocional. "Los pacientes ven que tienen que comenzar de
nuevo, sienten desesperación de verse imposibilitados de hacer lo que hacían
normalmente pero después sienten emoción cuando ven que van recuperando
funciones y la autonomía", dijo Karina Sánchez. Javier Conti
afirmó que la rehabilitación "es como ir subiendo una escalera peldaño a
peldaño, a medida que se van recuperando funciones con ejercicios también se
los acompaña en la parte emotiva, fijando las metas y destacando los logros, lo
positivo, por más chico que sea. El paciente está totalmente disminuido y hay
que empezar de nuevo". "Es mucho
ensayo-error, que ellos mismos generen los recursos para poder volver a
pararse, a hacer el primer paso, lograr el equilibrio y perder el miedo que
está siempre", agregó. Además de lo
físico, en el pos covid se trabaja sobre los miedos. "La contención es
fundamental. Los miedos de la internación y los que quedan después", indicó la
psicóloga Simon. Y la terapista
ocupacional Bossio añadió que básicamente "comienzan con los miedos cuando
empiezan a recuperar funciones, cuando generan más independencia. Se
hace un trabajo interdisciplinario".Junto a sus compañeros del Hogar Carrá, donde
vivió al comienzo de la recuperación
En el Hogar la
recibió una familia
Cómo es la
rehabilitación
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Paso a paso