Lado A y B de la cuarentena: 11 personas a la deriva en su propia ciudad
Sin lugar adonde ir, ni trabajo al cual apelar, el aislamiento encontró a estos desconocidos entre sí viviendo en el viejo edificio del Colegio San Martín, sin agua o luz, ni muebles. Ese lugar que ha sido epicentro de tantas historias, ahora suma otra más.
Miles de argentinos ya han vuelto del exterior donde habían quedado sin lugar adonde ir cuando el coronavirus se expandió y los países cerraron las fronteras o inhabilitaron el tránsito. Otros aún están esperando un vuelo de repatriación.
En nuestra ciudad hay gente que también quedó a la deriva pero dentro de sus propios márgenes sin un lugar donde vivir en condiciones dignas, ni trabajo o dinero con el cual puedan acceder a comprar comida.
Por distintas circunstancias de la vida debieron buscar un lugar adonde parar y encontraron en las viejas paredes de donde funcionó hace muchos años el Colegio San Martín (Cabrera y Pueyrredón) un refugio, un techo donde guarecerse, aunque nada más.
Son 11 personas que no tienen trabajo, viven de changas, sin casa donde alquilar o con quien compartirla y que buscaron cada uno un rincón, el mejor al que pudieron ir donde quedarse. Ese edificio que un día fue centro educativo con los años solo fue un lugar de paso para muchos, de iniciativas para recomponerlo en otros casos y tristes episodios delictivos.
Sus paredes ahora escriben la historia de la cuarentena de quienes no solo no tienen comida, sino que tampoco hay una casa propia o al menos alquilada donde vivir. De las 11 personas que allí viven cada uno fue llegando en distintos meses, unos llevan 6 y otros 3 según el caso.
Valentina y su hijo se "mudaron" al viejo edificio hace unos meses.
Lado A
Valentina tenía una casa que le había facilitado la municipalidad la cual era alquilada y estuvo ahí varios meses hasta que, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO, tuvieron "problemas con el dueño" y ella y su pequeño hijo decidieron irse de allí.
Ella sale a pedir a las calles, siempre a los mismos lugares sobre Bv. 9 de Julio y Pellegrini muchos la encontraron. La mujer dijo que viven del día a día y "todo es muy difícil por eso solo buscan tener algo para poder comprar y comer".
A su alrededor no hay nada. Un poco de ropa, paredes descascaradas y el sol que entra por el espacio donde alguna vez hubo una puerta. No hay camas, ni luz por lo cual de noche alumbran con velas.
Casi sin nada viven 11 personas en el terreno del ex Colegio San Martín
Lado B
En otra parte de ese terreno en que hubo chicos hace muchos años y después solo yuyos vive Luis, con otro grupo de personas. Llevan más meses en el lugar y llegaron allí porque no consiguieron más dinero como trapitos en el centro de la ciudad, "cerca del Casino", donde se los veía.
Ahora cuando pueden salen a hacer changas como limpiar terrenos o veredas. Luis dice que "no quieren plata" pero si se pudiera que "les ayuden con algunos colchones y camas". Lo mismo había solicitado Valentina antes, quien además agregó que "ella les contó su realidad a las asistentes sociales de la municipalidad".
Cuando cae el sol y ya nadie anda en las calles ellos se quedan adentro de ese viejo edificio, se acuestan sin una cama, se alumbran con una vela mientras la noche avanza y el agua tampoco la tienen pese a que reconocieron que algunas personas los ayudan en su desoladora situación.