La voz y el sentimiento de un barrio
No hay un solo Chechi, hay muchos que todavía no conocemos. La cultura y el rap son testigos de que la música no solo deja escuchar melodías y letras, sino que éstas le dan sentido a la realidad.
Por Agostina Pereyra (*)
Poco más de un metro y medio. Un rostro desierto de los vellos que nacen cuando se crece. Simétricamente ubicadas dos columnas encima de los ojos, parece que vieron mucho, igual que las ventanas del alma. Cabeza gacha la mayor parte del tiempo, la posición hace que la sombra de la gorra que lleva como compañera, oculte la simpleza y la verdad que hay en su rostro. Camina sobre sus pasos, esos que ya hizo antes, en la extensión de la vida.
En la búsqueda de saber cuál es la perfecta combinación entre las palabras fundidas con melodías, encontramos a "Chechi", quien prefiere el seudónimo a lo que dice el DNI. Él está ahí, mejor dicho él es ahí, se reencuentra y encuentra a otros. Pone sus sentimientos en palabras y con un plus, la música. En ese lugar, el de todos, un joven alza las manos y dice que él es inocente, que esta realidad no se trata de él, un mar de inocentes ahora tiene voz.
"Chechi" es un artista rapero de barrio San Cayetano. Está ahí, en el contexto al que le hace honor con sus letras. Pero, ¿por qué eligió la música como medio de expresión?, ¿por qué hablamos de contexto?, ¿la sociedad acaso está quebrada?
Con el pulso de la realidad.El rapero se nutre de las cosas que pasan en el barrio para sus creaciones.
Music power
La historia no está completa. No se trata solo de este artista de barrio San Cayetano y de sus letras, sino de todo lo que representa. Para ello, dos testigos ayudaron a comprender la realidad de "Chechi" y la de todos.
Uno de ellos es el productor, compositor y profesor de música Leandro Aldrighi, inmerso en este arte. De oído, sabe quién y qué representan las melodías de este joven artista de 25 años.
Desde su perspectiva nos ayuda a conocer que la música es "un medio de expresión en sí misma" y que, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO, "todos necesitamos dar a conocer los sentimientos que tenemos".
Así lo hace Chechi. Siente al tiempo que expresa escribiendo canciones que lo llevan al mundo de los recuerdos. El músico profesional plantea que "cualquier momento es bueno para inspirarse y poner en palabras ideas o pensamientos que naveguen en la imaginación, y que a la gente le puedan gustar".
Algo nuevo
Todo comenzó en el 2016, "Chechi", a quien también llaman "K-lle-tano", tenía 23 años y empezaba a sentir el poder de la música en sus venas. Todo lo que recordaba y lo que experimentaba, se convertía en un reflejo letrado. En poco tiempo, todo se transformó en los ritmos y las palabras, que recorrían las calles del barrio San Cayetano.
Al escuchar a "Chechi", Aldrighi reconoce casi instantáneamente la esencia del cantante de "Sanca" (como algunos llaman al barrio). "La composición de música es en parte innata, porque uno puede estudiar muchas cosas, pero no se trata solo de eso, el dialecto llama a la reflexión y más cuando las palabras son propias y salen desde el corazón", argumentó el productor.
Para casi todos los músicos la historia es la misma. Al principio - contó Sergio Guchi, el nombre real de "Chechi"- todo era casero. Una mano sostenía un grabador y la otra un celular que dejaba escuchar la pista rapera. Significaba la mezcla que mostraba una realidad, ¿su realidad, o la de todos?
Genuino. Los especialistas lo consideran como un artista comprometida con su entorno y la realidad que le toca atravesar
"Yo creo que 'Chechi' habla mucho de su contexto porque a la hora de componer siempre uno acude a los recuerdos, es muy lógico, es muy noble, y es muy genuino caer en el pasado que representa cosas propias y también compartidas", aseguró Aldrighi.
De esa improvisación musical, surgió una de las primeras canciones. "Desahogo y pensamiento es una canción escrita hace mucho tiempo, una oración a Dios pidiendo perdón por el lugar", detalló y continuó diciendo Chechi: "Un desahogo del sentimiento sobre las verdades que se desconocen del barrio San Cayetano".
"Contar cantando"
El rapero, camina por las calles del barrio de un santo. Su inspiración surge de las "cosas que pasan", las que se viven a diario como "realidades".
No lo mira desde un horizonte aberrante que da cuenta de experiencias reproducidas. La idea de Sergio es otra, es "contar lo que se vive en la calle" pero a su vez regalar un mensaje de "esperanza y de reflexión". Sin saberlo con propiedad, lo que él dice es totalmente lo que es y de esto sabe Aldrighi: "Cuando uno canta y escribe sobre su vida, es su marca, aunque más allá de eso, el contexto social hace que se vea en la música el poder que tiene, él se expresa en nombre de otros".
Así como Chechi siente la responsabilidad de expresarse en nombre de otros, también lo es el cruzar fronteras en la sociedad de San Francisco. "La gente muchas veces nos discrimina por quienes fuimos", lamentó el K-lle-tano, meditando dijo que a veces piensan que "no es ejemplo para muchos".
Prosa de sentimientos
El hecho de compartir los sentimientos, y de ponerlos en palabras, es encontrar el arte en su máxima expresión. El joven Chechi pudo lograrlo con sus emociones mezcladas con el arte de la música que viaja por el aire. "Lo genuino se combina con lo que el artista tiene de la música, es él y su música, sus propios sentimientos", reflexionó Aldrighi.
"Yo canto lo que se vive en la realidad del barrio", dijo el joven cantante, en ese sentido, el músico compartió que el "rap está sostenido por la letra, musicalmente no tiene variaciones, porque lo que sostiene el estilo es la letra". Esto es una ventaja para Chechi, él tiene mucho de que hablar, mucho que compartir y muchas "personas a quienes hacer reflexionar".
Música subrealista
Ya no se trata de una realidad sino del contexto en el que se circunscriben infinitas experiencias. "El pensamiento es de uno mismo, es de otros y entonces es de todos", planteó Leandro yéndose por el camino del análisis sociológico pero hasta ahí llega.
Reconociendo a la música como parte de un contexto, el segundo testigo, sociólogo sanfrancisqueño Lucas Aimar, retoma la visión de Aldrighi y entiende que "la música y la sociedad son dos facetas de la misma cosa, la realidad".
Reflexionó sobre las letras de las canciones de Chechi y explicó que "él no refleja en la letra de sus canciones su realidad, es nuestra realidad, es un contexto que pareciera ser un submundo dentro de un mundo general".
Aimar dijo que el arte siempre es un canal, una forma de expresar lo que pasa. "Así como existen culturas dominantes, existen otras que son alternativas a las manifestaciones masivas. Se trata de construcciones de lo popular, muestran facetas que lo dominante no termina de construir nunca", expresó.
Chechi, está construyendo lo que el sociólogo llamó "facetas, los quiebres que tiene la sociedad". Como ciudad de San Francisco "tendemos a pensar que es homogénea, un todo bajo determinados principios, pero hay que entender que las lógicas de la cultura dominante y la sub-cultura, son diferentes, y por eso la sociedad está quebrada".
"En una realidad que tiene diferentes contextos, o subrealidades es ilógico autorreconocernos como algo uniforme y entero, por eso empiezan a aparecer expresiones que identifican otras formas que circulan, que son, que están y que por ahí no se visibilizan", planteó el sociólogo.
La cultura mercantil
La cultura musical materializa la realidad de la que todos somos parte y testigos, como la de "Chechi", por eso el sociólogo Aimar propuso ver las cosas desde otro punto de vista. Menos asiduo más específico.
"Existen culturas dominantes y otras alternativas , se forman subculturas y entonces ya no son más contraculturas" porque se rigen por el mercado.
Cuando la cultura musical dominante, inunda la alternativa se ve lo "homogéneo en lo en lo heterogéneo". Si se lo analiza así, "Chechi" está en el círculo vicioso de la cultura, de la visibilización que existe cuando empiezan a flotar las nuevas formas y miradas del contexto de la realidad, no la suya sino de todos.
En ese lugar ahí un joven alza las manos y dice que él es inocente, que esta realidad no se trata de él. Levanta las especulaciones de todos, encuentra los sentimientos enterrados por un mar de inocentes que ahora tienen voz, la de "Chechi".