La vida después del profesionalismo
El ex basquetbolista Fabricio Oberto visitó ayer nuestra ciudad y LA VOZ DE SAN JUSTO lo sentó en un imperdible mano a mano. Su infancia, sus sueños, sus logros, su enfermedad, su retiro y su actualidad. De todo y para todos los gustos. Un tipo sencillo, humilde y repleto de valores, que declara, dejando enseñanzas en cada frase. Imperdible.
Liga Nacional, Grecia, España, NBA y la Selección.. Donde pisó sembró y cosechó. Campeón con todas las camisetas, Campeón Olímpico, campeón de la vida.
Desde pequeño le dicen "Corto", como contraste a sus dos metros y siete centímetros. Ayer basquetbolista profesional, hoy Músico, conductor de radio y televisión y empresario vitivinícola, son algunas de las cualidades que lo constituyen en esta actualidad, pero su nombre, sin dudas, ha quedado en la historia cómo uno de los jugadores más importantes del básquet argentino.
Fabricio Raúl Jesús Oberto nació en la misma localidad que el gran periodista Dante Panzeri: Las Varillas, Córdoba, un 21 de Marzo de 1975. A sus 42 años y lejos de la competencia, no caben dudas que su figura trascendió las canchas y la llave pintada.
Ayer por la tarde, Oberto llegó a nuestra cuidad en una nueva versión. Disertador, dar charlas, trasmitir sus valores: disciplina, estrategia, trabajo en equipo y varios ítems más, que su carrera le fue enseñando a interpretar.
Antes de saltar al auditorio de nuevo hotel Howard Johnson de nuestra ciudad, donde lo esperaban los empleados de la empresa ZF Argentina, el oriundo de Las Varillas aceptó un mano a mano con nuestro medio y habló de todo.
-Es gratificante para vos estar siempre por zona, donde está
la gente que te vio crecer....
-Estar en la zona es muy gratificante para mí, San Francisco
y Villa María siempre han sido referentes, cuando yo vivía o venía después a
Las Varillas, usábamos San Francisco y Villa María para salir o para ir a jugar
al básquet, yo cuando empecé Huracán de Las Varillas estaba afiliado a la Liga
de Villa María, es por eso que le tengo mucho afecto a estas dos ciudades,
donde en ambas tengo amigos, que es en definitiva lo mejor que me ha dejado
este deporte.
¿Vos sabías que si querías llegar y vivir del básquet, tenías
que emigrar de Las Varillas?
-Sin dudas, yo sabía que Córdoba tenía que ser mí primer
destino, yo quería jugar en Atenas, yo solo pensaba en eso, lo demás que llegó,
nunca lo imaginé, pero si lo viví con mucha intensidad.
-Tenes muchos amigos en San Francisco...
-Gastón Blassi, Pedro Casarmeiro, Matías Tomatis, todos unos
fenómenos, grandes personas, Gastón incluso que he tenido la posibilidad de
verlo hoy (ayer), creo que si se pone unos cortos está para jugar, increíble el
talento de Gastón.
-Siempre que hablas de tu historia, explicas muy bien tu infancia...¿la viviste con mucha felicidad?
-Eran otros tiempos, en Las Varillas uno salía a jugar y sabía
la hora que tenías que volver, incluso pasaban vecinos por casa y le decían a mí
mamá donde estaba yo, eran otros tiempos, yo agarraba la bicicleta y salía, sin
celulares, sin nada, la verdad que eran tiempos de solidaridad, la disfrute
mucho, por eso lo cuento con placer, a mí me marco mi infancia, me gané muchos
valores en ese tiempo.
-¿Se perdió un poco lo que en el fútbol se le dice
potrero?... eso de ir a tirar al playón del barrio...
-Y... más que todo por la inseguridad, una lastima, nosotros
vivimos de la mano de la tecnología, pero tenemos que saber como aplicarla sin
que afecte a lo cotidiano, hoy no tenemos que hacerle hacer a los chicos las
cosas como las hacíamos nosotros, pero tenemos que encontrarle la forma para
que lo sano no se aleje de ellos.
-En este etapa de tu vida, la tecnología y los medios
parecen significar mucho para vos...
Si, absolutamente, yo siempre estuve ligado a la radio, ahora televisión con Espn, tengo una empresa ligada a la tecnología y trasmisiones, la verdad es que de tantas notas que uno hizo fui aprendiendo, no me considero periodista, pero me gusta mucho la profesión, está bueno, me siento bien haciendo estás cosas.
-Es como que fuiste preparando otra profesión mientras
jugabas...
-De no ser así, estaría muy aburrido, yo no deje de jugar
cuando quería, uno siempre tiene planes, pero la vida te sorprende con otras
cosas, Milanesio tuvo su despedida perfecta por ejemplo, sale campeón y tuvo un
final de película, yo si bien tuve tres o cuatro meses en Atenas, mi final fue
casi abrupto, pero estoy muy agradecido, el básquet me dio mucho, y todo lo que
no logré cerrar, lo voy cerrando lentamente con otras cosas.
¿Sentís que no cerraste todavía tu amor por el básquet y esa etapa de jugador?
-Sí, creo que a esta altura está cerrado, al principio me
dolía alejarme, pero yo gané todo, extraño un poco la competencia en sí, uno
cuando se acostumbra a competir, después es difícil dejar eso, uno vivía como
profesional de desafíos deportivos, hoy los tengo que canalizar de otra forma.
-Hablando de desafíos...¿estás a un paso de intentar llegar a la Aconcagua?
-Sí, pero no en bicicleta como salió en algunos medios,
entreno con la bicicleta, pero es imposible subir en bicicleta, algunos la
clavaron, me causó gracia, de todos modos el proyecto es hermoso, se fue
armando con atletas que tuvieron problemas de salud, proponiéndoles subir y que
demuestren que nada es imposible, en este grupo esta Santiago Lange, por
ejemplo, son todas grandes historias, yo llegó por mí problema en el corazón,
por eso compartir esas dos semanas y vivir la experiencia será importante,
hacer cima para mí sería un logro muy importante.
Su enfermedad, y el retiro
-El corazón, eso que siempre usaste y pusiste en cada partido, fue justamente lo que te hizo dejar el básquet...
-Si se piensa así, es bueno, es increíble, siempre fui un
jugador de corazón y justo ahí viene estar mí problema, fue una falla eléctrica,
logré jugar tres años más con el problema, pero después el corazón no te
perdona, cuando tenes este tipo de problemas, empezar a ver otras cosas y decidís
dejar todo para no correr riesgos.
-¿Cuáles son esas cosas que empezas a darle más valor?
-A mí familia, a mí hija, cuando ellos te necesitan vos
tenes que estar ahí, para que arriesgar, no hace falta, con 35 años quedaba
algo más por hacer, pero con tantos logros, ya no importa lo que venga, había
que dejar todo y se dejó, lo humano por sobre todo.
-¿Cómo fue ese instante donde te detectaron el problema?
-Fue duro, pero lo tomé con fortaleza, yo sentí que el corazón
lo tenía en la boca cuando entrenaba, y no literalmente, de verdad, pedí que me
controlen en el entrenamiento y ahí me dio 214 de pulsaciones, ahí comenzó
todo, dos días antes de unos play off, al principio estuve mal, pero los médicos
me fueron calmando lentamente hasta lo que interpreté, me resetearon tres veces
antes de dejar de jugar, fue una situación muy dura.
-Cuando se resetea una computadora, se la apaga totalmente y
después se la regresa, es como que queda muerta unos segundos...¿fue así ese
reseteo del que hablas?
Igual, duro como lo escuchas, te apagan el corazón y lo vuelven a encender, suena raro pero es así, el día que me lo dijeron estaba con "Manu" Ginóbili, si no arranca otra vez, te abrimos y te intentamos resucitar me dijo el medido, vos vieras la cara de "Manu", casi se muere, causaba mucha risa, pero todo fue con mucha tecnología en Estados Unidos, fue jodido, pero uno siempre tiene que pensar que siempre hay cosas peores.
-¿Todo lo que soñaste de la mano del básquet, lo
conseguiste?
-Mí sueño era jugar en Atenas, creo que superé todo, después
llegó la selección, después en la NBA, después ganar y salir campeón en la NBA,
vivi más cosas de las que esperaba, soy un afortunado.
-¿Eras consiente de lo que ibas logrando?
-No, creo que no, jugas, ganas y al otro día ya pensas en el
próximo rival, pasan los días con locura, vivis a un ritmo de exigencia muy
grande, para mí en ese tiempo lo más importante era el cariño de la gente, eso
por ahí me hacía dar cuenta de lo que iba logrando, lo que nos pasó con la
Generación Dorada fue increíble, hasta el día de hoy, es como que le cumplimos
sueños a otras personas, es muy fuerte lo que viví, al principio no te das
cuenta, hoy, valoro y me siento orgulloso de todo eso.
-La presión...¿es lo peor del profesionalismo?
-Te tiene que gustar, te tenes que preparar, asumirla con
trabajo, te sacas presión con conocimiento, yo siempre trabajé el doble, dos
horas antes y dos horas después, cuando vos estás capacitado, no sentís presión,
después podes ganar o perder, pero a mí me gustaba esa presión del juego en sí,
hoy la extraño, extraño el vestuario antes de salir a jugar, esos minutos
previos de los partidos, eso se extraña mucho.
-¿Qué te dejó el básquet, más allá de los trofeos?
-Los amigos, eso es innegociable, yo conocí personas que me
hicieron mejor, tuve la suerte de tener estas personas, después conocer el
mundo, culturas, muchas cosas, podes ganar o perder, pero lo vivido no te lo
saca nadie, la unión de los grupos que forme fueron maravillosas, hermosas.
-¿Cómo estas viviendo esta nueva etapa?
-Doy charlas, tengo una banda de música, programa de radio,
soy activo y me gusta estar en los proyectos que hago, esto metido en las
bodegas de vino, me gustan muchas cosas, el tiempo me lo permite, quiero estar
siempre ligado a lo que se me ocurre, porque al estar presente vas aprendiendo.
-Es sumamente nutritivo hablar con vos y se podría hacer
durante horas, pero podríamos cerrar esta nota, preguntándote para vos, ¿quién
es Fabricio Oberto?
-Un trabajador, simplemente eso, todos los días quiero hacer
eso, pongo lo mejor de mí en todo, ver las cosas que hago y analizarlas me
encanta, soy simplemente un trabajador, eso soy.