La variedad hecha negocio
El Mercado Central de Belo Horizonte es uno de los más grandes del mundo en su rubro y allí se puede encontrar todo tipo de productos, elaborados, artesanales o de la propia naturaleza. LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050 recorrieron este gigante comercio en la capital de Mina Gerais.
Desde una lapicera hasta un cerdo. Así de variado es el Mercado Central de Belo Horizonte, un edificio imponente en el centro de la capital de Minas Gerais, que según cuentan, es uno de los más grandes del mundo.
Este gran centro comercial fue fundado en el año 1929, en lo que antiguamente era tan solo un campo abierto, que funcionaba como distribución de alimentos y otros productos.
A partir de 1964, el terreno que ocupa el mercado fue vendido por su dueño original y fue comprado por algunos comerciantes del lugar, quienes tenían la obligación de cerrar y techar el lugar en el lapso de 5 años, caso contrario pasaría a manos del estado. Finalmente el galpón pudo ser construido en el plazo.
Sin lugar a dudas que la variedad de productos que hay allí adentro es increíble. Si bien no hay locales que apunten a elementos de gran tecnología, en tema gastronomía, vestimenta y artículos del hogar, hay para todos los gustos.
Uno de los productos explotados es el queso, donde sus negocios dice tener el mejor del mundo y su costo oscila entre los 18 reales (casi $190) hasta los 40 reales ($445). Lo cierto es que el Mercado Central agrupa y entrega una variada cantidad de productos, que pueden servir para ir a comprar lógicamente, pero también a dar un paseo.
No todo es perfecto
Uno de los rubros que más se trabaja es la comercialización de animales. Desde un perro o gato, pasando por una extensa diversidad de pájaros, hasta llegar a un cerdo. Obviamente, todos estos animales están en sus respectivas jaulas, pero no deja de ser un problema para el mercado.
Es que esto ha levantado polémica, ya que entidades ambientalistas han denunciado la forma inadecuada por la cual los animales han sido tratados en el Mercado Central. De acuerdo con los datos recogidos por estas entidades, según publicaron, el local tiene "jaulas superpobladas y extremadamente pequeñas, todas amontonadas en grandes pilas, donde animales enfermos o hasta muertos dividen el mismo espacio con otros, peces mantenidos en vasos desechables, sin el mínimo espacio de movimiento. Diversas especies atrapadas, que ven, desde dentro de las jaulas, el sol de lejos a través de pequeñas ventanas".
Más allá de algún punto de vista, la realidad, según pudo ver de cerca LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050, no es tan alejada de este planteo que hacen las entidades. Tener en una pila de jaulas a perros, gansos, gallos y otras especies, no es nada sano.
Pero este no ha sido el único contratiempo del mercado. Ya que allí no se aceptan bicicletas en el estacionamiento y esto fue producto de constantes quejas por parte de ciclistas.