Sociedad
La Tordilla pone en valor el legado del Cura Brochero
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En el marco de una iniciativa conjunta entre la Agencia Córdoba Turismo y la Municipalidad de La Tordilla, se inaugurará un tótem que incorporará oficialmente a la localidad dentro del Camino del Cura Brochero. El acto, que coincide con el aniversario de la canonización del “cura gaucho”, representa un paso fundamental en la recuperación de su huella en el llano y rescata una historia que permanecía dormida en los archivos y en la memoria del pueblo.
“Las primeras vacas holandesas que pisaron tierras sanjusteñas las trajo el Cura Brochero, arreando personalmente desde Córdoba hasta Las Coyundas, vecinas de Monte Largo, y se las entregó en medianera a su amigo Nicasio Yáñez. El primer trigo que se sembró en donde hoy es La Tordilla lo sembró Brochero y lo trillaba en una era con yeguas”, decía una nota publicada el 8 de abril de 1967 por LA VOZ DE SAN JUSTO, firmada por Ponciano Machado.
Ese artículo —conservado durante décadas en el archivo de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos— se convirtió en una pieza clave para reconstruir el paso del Cura José Gabriel del Rosario Brochero por La Tordilla. “Este último párrafo es único y prueba la importancia que tuvo La Voz de San Justo en la conservación de la memoria brocheriana. Este artículo del diario lo obtuvimos gracias al archivo personal de Nélida Bordino de Vaudagna, vecina de La Tordilla y esposa de Constantino Vaudagna, quien conserva varios documentos que constatan la relación del cura santo con esta localidad”, subrayó la historiadora Carina Villafañe de Batica, asesora ad honorem de la Comisión Nacional de Monumentos.
El hallazgo de ese documento marcó el inicio de una investigación profunda sobre la presencia del santo cordobés en el llano, un aspecto menos explorado de su obra que, sin embargo, fue esencial en su vida y en su misión. “Durante años se habló de la obra de Brochero en la montaña, pero poco se conocía de su paso por estas tierras del este provincial. Aquí están sus raíces familiares, sus vínculos más íntimos y sus primeros gestos de servicio y trabajo comunitario”, explicó Villafañe de Batica.
El testamento
La línea de investigación que condujo a La Tordilla comenzó con la búsqueda del testamento del Cura Brochero, hallado por Villafañe de Batica el 15 de septiembre de 2016 localizado en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba (Ahpc). “No esperaba encontrar la letra del propio cura, sino un documento protocolizado por un escribano. Pero fue su letra, su voz en papel”, recordó emocionada.
Entre los párrafos más reveladores, el apartado once menciona la Estancia Monte Largo, perteneciente a la jurisdicción de La Tordilla. Allí Brochero detalla su valor simbólico y que era un patrimonio familiar: la estancia había pertenecido a su padre y era, además, el lugar de residencia y trabajo de su hermano mayor, Ramón, que se pudo constatar que falleció en la zona.
“Ese punto fue decisivo. Nos mostró que no sólo había pasado por aquí, sino que había una herencia emocional y material vinculada a esta zona”, agregó la historiadora. A partir de ese descubrimiento, la Comisión Nacional de Monumentos inició el proceso de auditoría documental y la protección de los sitios asociados al cura en el llano cordobés.
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De la montaña al llano
La licenciada Teresa Anchorena, entonces presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, fue quien impulsó la protección de la obra del Cura Brochero fuera del ámbito serrano. “Ella siempre decía que se había hecho mucho por la montaña, pero quedaba pendiente el llano”, recordó Villafañe de Batica, y rindió un profundo homenaje a Anchorena —recientemente fallecida— por su enorme trabajo al frente de la comisión y su compromiso con la cultura del país.
Durante años, el equipo revisó más de quinientos volúmenes en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba y en los fondos documentales de Buenos Aires. Entre 2016 y 2018, el equipo estuvo conformado además de Villafañe por el arquitecto y vocal de la Comisión Nacional Fabio Grementieri y las arquitectas Clara Escudero y Mónica Damico. En Córdoba, se trabajó con la Dirección de Catastro a través de convenios. Para esta tarea, fue designada la agrimensora Mónica Parada, que interpretó las mensuras y traslado el camino antiguo del Cura Brochero a la actualidad.
La pandemia demoró parte del trabajo de campo, pero en 2020 la historiadora logró contactar a la intendenta de La Tordilla, Claudia Bordoni, y compartirle los documentos que acreditaban la relevancia brocheriana del lugar.
“Fue un proceso largo, lleno de obstáculos, pero con una convicción profunda: que La Tordilla debía formar parte del Camino del Cura Brochero”, señaló Villafañe. La gestión actual de la Agencia Córdoba Turismo, encabezada por Darío Capitani, retomó esa propuesta y la concretó. Este 16 de octubre, día del aniversario de la canonización del santo, se inaugurará el tótem que señala oficialmente a La Tordilla como sitio brocheriano.
“Es un acto histórico —destaca la investigadora— porque es la primera vez que se incorpora oficialmente al circuito provincial un punto en el departamento San Justo. Brochero no sólo fue el hombre de las sierras: también fue un hombre del trabajo, del llano, de la producción, de la amistad sencilla y de la palabra cumplida.”
El valor de una noticia
El redescubrimiento del artículo publicado por LA VOZ DE SAN JUSTO en 1967 fue, para Villafañe de Batica, una señal providencial. “Cuando encontré esa hoja amarillenta entre los archivos, con la firma de Ponciano Machado, sentí que algo se cerraba. Era como si la historia esperara ser contada otra vez.”
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Ese texto, que dormía desde 1960 en la Comisión Nacional de Monumentos, se transformó en la clave para reconstruir una trama que une pasado y presente. “El periodismo tuvo en aquel tiempo un rol fundamental en la preservación del patrimonio intangible. Gracias a esa nota hoy podemos hablar con documentos en la mano del paso de Brochero por La Tordilla”, reflexionó la historiadora.
La localidad, fundada oficialmente en 1911, guarda aún los rastros de aquella época: nombres de estancias, apellidos históricos y tradiciones que recuerdan la vida rural de fines del siglo XIX. Allí, entre campos de trigo y maíz, Brochero predicó, trabajó y sembró —literalmente— el pan que más tarde multiplicaría en sus gestos de fe y justicia social.
El legado vivo
La puesta en valor del legado brocheriano en La Tordilla no es sólo una recuperación documental, sino también un reconocimiento a la memoria colectiva de una comunidad. “Hay familias que conservan relatos transmitidos por generaciones, cartas, fotografías, piezas que fueron parte de la vida del Cura”, contó Villafañe de Batica.
Entre ellas, la familia Vaudagna y la familia Yáñez aparecen como pilares de aquella historia compartida. “La relación entre Brochero y Nicasio Yáñez fue una amistad profunda. Se carteaban hasta el final de sus días”, señaló. En esa estancia —Monte Largo—, Brochero introdujo las primeras vacas holandesas y sembró el primer trigo de la zona, según documentó La Voz de San Justo.
“Es muy emocionante ver cómo la historia vuelve a respirar. Durante años el nombre de Brochero se asoció exclusivamente a las sierras, y hoy podemos hablar de su legado también en el llano, entre la gente sencilla, donde sembró su ejemplo”, afirmó.
El acto de inauguración del tótem brocheriano será, para la comunidad de La Tordilla, una forma de reencontrarse con su propia raíz. “Esta incorporación al Camino del Cura Brochero abre una nueva oportunidad para el turismo cultural y religioso, pero también para la identidad local. Es un antes y un después para la región”, concluyó.
Otra joya, el monumento de Perlotti
En 1963, los estancieros de La Tordilla decidieron homenajear al Cura Brochero con un monumento que condensara el espíritu de trabajo y fe que había sembrado en la zona. Para esa obra eligieron a uno de los escultores más prestigiosos del país: Luis Perlotti, creador de piezas emblemáticas del arte argentino.
Perlotti concibió un conjunto en bronce con tres bajorrelieves que representan a los estancieros, obreros y vecinos que acompañaron la obra del Cura. En los márgenes, grabó más de ciento treinta apellidos de familias locales: Brochero, Vaudagna, Genaro, entre otros. El monumento fue inaugurado el 8 de septiembre de 1967 y se logró gracias a la amistad personal de Constantino Carlos Vaudagna, hacendado de La Tordilla y el gran artista Luis Perlotti.
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En los documentos familiares de los Vaudagna se ha encontrado la dedicatoria y esa unión de amistad que impulsó junto a todos los habitantes de La Tordilla a llevar a cabo esta gran obra artística. “Gracias al archivo de Nélida Bordino de Vaudagna, esposa de Constantino Carlos Vaudagna, pudimos recuperar las cartas y documentos originales de aquella época”, relató Villafañe. La pieza, que originalmente se encontraba en la estancia Vaudagna —antiguamente parte de las tierras del Cura Brochero—, fue trasladada luego a la plaza central, junto a la iglesia.
En marzo del próximo año, el Museo Luis Perlotti enviará una comitiva encabezada por su director, profesor y funcionario del Ministerio de Cultura del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Darío Klehr, para supervisar la restauración y puesta en valor de la obra. Será otro hito para La Tordilla, donde arte, fe e historia se entrelazan para contar la misma historia: la de un sacerdote que sembró caminos de esperanza en medio del llano.
Volviendo hacer historia
El 16 de octubre, cuando se descubra el nuevo tótem brocheriano, La Tordilla no sólo quedará integrada al Camino del Cura Brochero, sino también al mapa de la memoria viva de Córdoba.
Allí, donde alguna vez Brochero trilló el trigo, arreó yeguas y compartió sus días con los vecinos, la historia vuelve a florecer.
Porque rescatar el pasado —como dice Villafañe de Batica— no es un acto de nostalgia, sino de justicia: “El legado del Cura Santo no pertenece al mármol ni a los monumentos; pertenece al pueblo, a los que siguen creyendo que la fe y el trabajo pueden transformar el mundo”.
Y como aquella publicación de 1967 que dio origen a esta investigación, hoy LA VOZ DE SAN JUSTO vuelve a reflejar la historia de los pueblos y de los protagonistas de nuestra región, honrando una vez más su compromiso con la memoria y la identidad de esta vasta región