La seguridad siempre es motivo de preocupación
Que movimientos vecinales aporten para que la policía esté presente en determinadas zonas es positivo, pero esto no le quita responsabilidad a la policía y al Estado. San Francisco está viviendo un panorama de seguridad complicado y preocupante.
Asesinatos en algunos barrios, robos domiciliarios en otros -algunos con arrebatos de violencia que alarman-, ataques a vidrieras de comercios, la actuación de "mecheras" en negocios, arrebatos cometidos por motochorros en toda la ciudad y hasta una suerte de "call center" dedicado a cometer estafas telefónicas que estaba instalado en las celdas de la Unidad Penitenciaria de nuestra ciudad son algunos de los hechos delictivos conocidos en los últimos días.
El listado es solamente provisorio. Numerosos otros episodios de inseguridad son padecidos por los vecinos de San Francisco y dan cuenta de una situación que se ha venido agravando, más allá de que las autoridades se puedan adjudicar el éxito en el esclarecimiento de determinados delitos. Además de la incertidumbre permanente que se vive por obra y gracia del complejo panorama socioeconómico, el accionar de la delincuencia tiene a maltraer a la comunidad y es motivo de profunda preocupación.
En este marco, es para destacar la promoción de algunas acciones policiales como la instalación de una "central" de reconocimientos faciales en pleno centro de la ciudad o la posibilidad de que se emplacen casillas móviles en los sectores más asediados por la delincuencia. Sin embargo, en la vereda contraria pueden citarse algunas cuestiones que hacen aflorar dudas sobre la efectividad de las acciones preventivas. En este marco, no se comprende cómo en la cárcel de San Francisco haya existido durante varios meses una organización aceitada para cometer estafas telefónicas, sin que las autoridades penitenciarias tuvieran conocimiento. Asimismo, la presencia de los policías de a pie en algunos barrios ha desaparecido o, al menos, ha menguado.
En otro orden, es para resaltar la decisión de los vecinos de los barrios Vélez Sársfield y Sarmiento, que se unieron en una campaña para comprar una casilla policial móvil y de esta manera ambos sectores la tengan de forma permanente. Lo hicieron luego de reclamar en varias oportunidades para que exista más presencia policial ante la seguidilla de robos que se cometieron en el sector. No obstante, se hace necesario señalar que el compromiso primero en la protección de los ciudadanos es de las fuerzas de seguridad. Que movimientos vecinales aporten para que la policía esté presente en determinadas zonas es positivo, pero esto no le quita responsabilidad a la policía.
San Francisco está viviendo un panorama de seguridad complicado y preocupante. La lucha contra la delincuencia supone la participación vecinal en aspectos importantes como la prevención, el cuidado, la comunicación inmediata ante cualquier sospecha y la adopción de medidas de resguardo. Pero fundamentalmente exige que el Estado cumpla de modo cabal con una de sus funciones centrales que no es otra que la de garantizar la protección de la vida y los bienes de cada ciudadano.