"La sala de tres no debería ser obligatoria"
Invitada por el Sindicato Argentino de Docente Particulares (Sadop) Subdelegación San Francisco, disertó en nuestra ciudad la psicopedagoga cordobesa Liliana González; lo hizo sobre el "bienestar docente" entre otras cuestiones que atañan a la educación.
En ese marco, VOZ MUJER dialogó con la profesional. Uno de los puntos de la entrevista fue qué hacer con los chicos en vacaciones, teniendo en cuenta que en pocos días finalizan las clases.
- Estamos a días de que comiencen las vacaciones de verano y muchos padres ya entran en pánico porque no saben qué hacer con los chicos... La única respuesta que tengo para los padres es que conozcan a sus hijos, esa es la única manera de actuar con ellos. Si uno conoce a los hijos y su bolsillo, porque cada uno sabe con lo que cuenta o no, se pueden organizar las vacaciones, en el mar, el río o en el patio de la casa. Me llama la atención la constante duda y la incertidumbre, como si los padres siguieran su vida como si no supieran qué hacer con ellos. No estoy de acuerdo con las escuelas de verano.
- ¿Por qué?
Estoy a favor de que los chicos estudien durante nueve meses, terminen las clases y después disfruten de la infancia. Mi idea, desde hace muchos años, es que se recuperen los clubes de barrio, donde los chicos puedan ir de 10 a 13 a jugar sin disciplina como pasa con las escuelas de verano cuando se los obliga con horarios para pileta, para comer, para jugar, para pintar, obedeciendo, haciendo la fila... Es como volver a la escuela. Me gustaría que el chico esté en un lugar donde haga lo que quiere hacer. Si quiere estar tres horas en la pileta, que esté; si quiere jugar, que lo haga. Llegué a escuchar a algunas madres que querían que se abran escuelas de invierno. ¡Es un horror!.
- ¿Cuál es un buen plan para ellos?
Que hagan lo que quieran hacer, sin planificaciones y obligaciones que le imponen los adultos como el lugar de docente para ellos. Las escuelas de verano no les gustan a los chicos. Abandonan. Al agua no se quieren meter porque hace frío, o no quieren pintar o no quieren hacer algún deporte. ¿Cuándo vamos a dejar que los chicos sean niños? Miedo, no. Los padres están ocupados y necesitan atarear a sus hijos también porque si no los dejan en una profunda soledad. Si me decís escuela de verano o soldad y pantalla, te digo escuela de verano, pero no me gusta decir este término, me choca pensar en una escuela en vacaciones.
- ¿Qué aconseja a los padres para continuar con la educación de sus hijos durante el descanso?
Lo primero que deseo es que las vacaciones no sean un problema sino un placer. Hay padres que continúan trabajando en verano y otros no tienen dinero. Para esos que la tienen más difícil, los animo a que rompan con la rutina. Que saquen el mantel al patio y armen un picnic nocturno, escuchen música, se disfracen y bailen con sus hijos. Que rompan la rutina y disfruten de estar juntos. ¿Estamos contentos de estar juntos? ¿Para qué tenemos una familia?. Disfrutemos juntos.
- ¿Qué opina de las salas de tres años en los jardines de infantes?
La salita de tres no debería ser obligatoria y por suerte no salió así a nivel legal, pero antes de ver a un niño todo el día frente al televisor con la niñera, prefiero que esté allí. Igual no hay que apurar a los chicos en la alfabetización. A esa edad a los niños no les interesa el abecedario sino jugar. Todo depende que hagan los adultos con los chicos. Si se olvidan que son niños, estamos en problemas. Los chicos necesitan jugar, aburrirse, pasar un tiempo sin hacer nada y sentir ese aburrimiento y aprender.
- Los padres temen cuando se habla de aburrimiento...
Los padres se ponen mal porque piensan que el aburrimiento los hace sufrir. Si un chico vive aburrido del día a la noche, haría una consulta a un profesional. Un niño con un amigo y una pelota, es feliz. Pero tiene que tener el amigo y la pelota, tiene que salir a la vereda a jugar, tiene que disfrutar de la infancia. Esto tiene que ver con que los padres están hiperconectados y preocupados, entonces acoplan a los chicos porque ellos también están conectados. ¿Cuántas mesas vemos en el almuerzo donde la familia está sentada con el celular en la mano?.
- ¿Le preocupa el lugar que ganó la tecnología en la rutina de una familia?
Vivimos una época donde cada vez estamos más conectados pero más solos. Podés tener un montón de amigos en Facebook o grupos en Whatsapp y festejar tu cumpleaños sola, porque no tenés encuentros reales con las personas.
- "Crecer apurados", su octavo libro, fue un éxito en ventas...
En un mes se agotó en todas las librerías de la ciudad de Córdoba. No sé cuál fue la causa, si el caso del padre fallecido en septiembre de este año en Villa Allende tras sufrir un infarto cuando su hija hacía una fiesta en su casa para 600 personas o la desesperación de la gente al leer el título del libro. Eso que ocurrió en Villa Allende, es crecer apurados. Una niña de 13 años que no pudo ir al boliche, armó uno en su casa sin controles, sin adultos, sin seguridad pero con alcohol. Los chicos crecen apurados y hay que contenerlos.