Análisis
La paz avanza a paso de tortuga
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Los líderes europeos que acompañaron a Zelensky a Washington solo obtuvieron promesas vagas de Estados Unidos, en un contexto marcado por la reciente cumbre Trump-Putin. Si bien se evitó una paz bajo exigencias rusas, el proceso continúa estancado y los interrogantes persisten.
Los lideres europeos que acompañaron al presidente de Ucrania a reunirse con el mandatario de Estados Unidos en Washington el pasado lunes 18 solo se llevaron promesas vagas del encuentro. Quizás no podían aguardar otra cosa, luego de que la reciente cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin dejó al descubierto la astucia del líder ruso y la improvisación de quien se auto asume como un estratega poderoso, aunque ello signifique ir y venir con sus opiniones y propuestas.
Si algo puede sacarse de positivo de la reunión de la Casa Blanca es que parece haberse evitado que Estados Unidos forjara una paz en Ucrania teniendo en cuenta las exigencias rusas. Si ello ocurriese, el derecho internacional sufriría un revés demoledor puesto que el país agresor vería satisfechas sus pretensiones, mientras que el agredido y sus aliados deberían resignarse a aceptarlas.
El hecho de que los líderes europeos viajaran a Washington como apoyo para Zelensky fue uno de los elementos más notables de la jornada. Lograron los objetivos de mínima que se habían propuesto: que no se repitiera la humillación anterior del presidente ucraniano en la Oficina Oval y defender los intereses de Kiev en términos más amplios.
Sin embargo, de acuerdo con lo publicado por el diario Le Monde de Paris el presidente francés, Emmanuel Macron sostuvo que “estamos muy lejos de cantar victoria”. El matutino galo interpretó que la reunión Trump – Putin provocó conmoción en Europa. En especial porque el líder norteamericano se alineó con las posturas del presidente ruso tras la cumbre de Alaska.
En verdad, se está muy lejos de alcanzar un acuerdo de paz. Pese a la posibilidad concreta de que se realice una cumbre ruso – ucraniana en Suiza, los principales temas del diferendo no parecen encontrar puntos de consenso. Así las cosas, el respaldo de Europa a Kiev incluye la devolución de los territorios usurpados -algo inaceptable para Moscú-. Asimismo, si bien ya se atenuó la intención de que Ucrania ingrese en la Otan, parece ser alentador el respaldo estadounidense a la declaración de que Europa está dispuesta a garantizar la seguridad del país agredido en las mismas condiciones que se presentarían si tuviese la membresía en la alianza atlántica.
En conclusión, la reunión entre los más importantes gobernantes de Europa y el presidente norteamericano no cambió el panorama. Lo más positivo, quizás, sea el hecho de que el proceso de paz no se desmoronó todavía, aunque los interrogantes persisten. Y mientras este proceso avanza a paso de tortuga, el autócrata del Kremlin sigue ganando tiempo, convencido de que Trump no lo presionará. Aprovecha, entonces, para continuar sembrando discordias que amenazan con derrumbar la alianza de Occidente y para someter al pueblo ucraniano a una tragedia mayúscula.