La pandemia arrebató un clásico
La vuelta al trabajo para empleados de la construcción en varias localidades de la provincia de Córdoba trajo alivio para la economía pero para evitar la propagación del virus el tradicional asado hacia el fin de semana deberá esperar.
Los albañiles tienen un ritual específico que los reúne y distrae unos minutos de su trabajo cada viernes. El fuego se enciende, la carne termina en un asador improvisado y todos disfrutan del sabor especial de comer un asado de esa manera.
La pandemia trajo como consecuencia el distanciamiento social, uno de las rutinas mejor practicadas a conciencia en las localidades y que muchos mantendrán mucho tiempo más allá de esta situación extraordinaria.
En el caso de las obras de construcción privadas, los albañiles ya no podrán celebrar la llegada del fin de semana de descanso con el tradicional asado. No podrán ser más de cinco y tampoco estar todos juntos, amén de que el horario de trabajo será más restringido. De esta manera, el clásico deberá esperar más tiempo, aunque claro está, es lo de menos porque lo que más se ansía es poder trabajar.