Obra pública
La nueva conexión de Av. Libertador redefine el corazón urbano de San Francisco
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La obra, que promete agilizar el tránsito, recupera un espacio cargado de historia y marca un rumbo de modernización para la ciudad.
La unificación de las avenidas del Libertador Norte y Sur, concretada a través del renovado Centro Cívico, marca un hecho sin precedentes en 137 años. La obra –que será inaugurada el domingo a las 19.30- agilizará la circulación, modernizará el Eje del Centenario y abrirá una nueva etapa en la planificación urbana de la ciudad.
La apertura del Centro Cívico permitirá, por primera vez desde que San Francisco se emplazó en su ubicación actual, unir las dos trazas de la avenida del Libertador. La conexión representa un hito histórico que redefine la movilidad urbana y consolida una visión de ciudad moderna, integrada y proyectada al futuro. Esta obra se suma a una serie de intervenciones estratégicas que transforman el Eje del Centenario y fortalecen la identidad urbana local.
Para repasar los orígenes del predio, el historiador y presidente de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico (AGM), Arturo Bienedell, recordó que la estación ferroviaria funcionó durante décadas en el lugar donde hoy se levanta el Centro Cívico. “En los primeros años de vida de San Francisco, la estación ferroviaria se erigía en lo que hoy es el Centro Cívico”, explicó. Según precisó, hacia 1910 comenzó a plantearse la idea de trasladar el ferrocarril, algo que se concretó recién a fines de los años ’40 y que dejó el espacio vacío durante una década.
Bienedell también repasó que en 1940 el Centro Comercial presentó un ambicioso proyecto que contemplaba edificios públicos y la apertura de múltiples calles, entre ellas la unión de la avenida del Libertador. “En ese proyecto estaba prevista la apertura de todas las calles”, recordó, destacando que la iniciativa buscaba unir no sólo Libertador, sino también Pueyrredón con Avellaneda y Alberdi con Rivadavia. Sin embargo, los cambios urbanísticos posteriores y el auge del automóvil hicieron que ese plan no avanzara.
Ya en los años ’60, el entonces intendente Guillermo Peretti impulsó un concurso de ideas para definir el destino del predio. Bienedell señaló que en aquel contexto “se requería de distancias más largas” y que, por ese motivo, entre avenida Urquiza y el Camino Interprovincial quedaron sólo cuatro pasos que conectan el norte con el sur. También recordó que una propuesta vecinal para unir Avellaneda y Pueyrredón “finalmente no prosperó”.
El historiador destacó el interés de la comunidad por la transformación actual del Centro Cívico. “Hay mucho interés por parte de los vecinos por conocer cómo quedó transformado el espacio”, afirmó, y subrayó que la obra permite tanto la circulación vehicular como el uso pleno del espacio para eventos masivos. En su análisis, agregó que la intervención “contribuye a una modernización del lugar”, comparable a la construcción de la Tecnoteca, y que la nueva fuente, el espacio verde cercano al monumento al Libertador y la arboleda de la Plaza Cívica ofrecen “una diversidad visual atractiva para quienes frecuenten el lugar”.
Como antecedente, Bienedell mencionó la apertura de la Plaza Vélez Sarsfield, donde la avenida del Libertador también debió abrirse paso. Allí, en los años ’30, se intervino un predio ocupado por los clubes Sportivo Belgrano y Tiro y Gimnasia para permitir el crecimiento urbano. “La apertura concreta surgió alrededor de 1938”, recordó, cuando el intendente Raúl Villafañe reubicó ambas instituciones.
La unificación actual de la avenida del Libertador a través del Centro Cívico se inscribe, así, en una serie de decisiones históricas que ampliaron y redefinieron la ciudad. No se trata sólo de concretar un viejo anhelo urbanístico, sino de un punto de inflexión que reposiciona a San Francisco frente a los desafíos del futuro.
