La loca odisea de amigos sanfrancisqueños por ver a la Selección
Un grupo de jóvenes dieron la nota de la jornada del jueves en pleno Mundial. Compraron una camioneta en Alemania. La convirtieron en "motorhome" y viajaron por tierra hasta Rusia. Llegaron a Nizhni y se hicieron unos "choris" antes del partido, que si bien no le dio una alegría, les regaló una historia plagada de aventura, que jamás olvidarán.
NIZHNI NÓVGOROD (Luciano Olivero / Enviado especial)-. Historias de la Copa del Mundo llueven todos los días. Pero a nosotros, una en especial nos toca de cerca. Matías Mina, Octavio Dezzi, Ignacio de Rossi, Ignacio Stassi y Emanuel Allocco, todos sanfrancisqueños, decidieron viajar a Rusia de una manera muy particular y corriendo muchos riesgos.
¿De qué se trata? LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050 compartieron un momento de su travesía en la ciudad de Nizhni Nóvgorod, donde el jueves la Argentina se midió ante Croacia.
Primero se pusieron de acuerdo. Amigos todos y tras haber ido al Mundial de Brasil 2014, quisieron repetir la experiencia. Luego, uno de ellos, que vive en Alemania, consiguió una camioneta vieja para comprar y adapatar. No es un motorhome, pero tiene lo básico y necesario, para una aventura increíble, que culminó con un deliciosos "choris" a metros del Estadio Nizhni Novgorod, que por momentos, con el aroma a carne argentina, nos traía de regreso.
"¡Mirá dónde venimos a encontrarnos con un corresponsal de LA VOZ DE SAN JUSTO y la radio? Esto merece otra jarra de fernet", expresaron de arranque los coterráneos y se armó.
"Somos un grupo de amigos de San Francisco, ya fuimos juntos a Brasil y ahora decidimos venir a Rusia, pero de una forma bastante particular, tomando riesgos, viviendo una experiencia que seguramente nunca la vamos a olvidar", comenzó contando Matías Mina.
-¿Cómo comenzó todo?
Compramos una camioneta en Alemania, donde estoy viviendo, ellos se vinieron hasta Berlín y allí comenzó todo, buscamos la forma más barata de viajar a Rusia, por eso compramos una camioneta que ya viene armada con dos camitas, otros duermen en una carpa afuera y otro en el asiento. Está bueno, estamos contentos, la pagamos barata y eso nos ayudó con todo.
-¿Y el viaje?
Arrancamos en Alemania, pasamos por Polonia, llegamos a Bielorrusia, un tremendo control nos agarró, estuvimos como siete horas en la aduana, nos revisaron todo, pasamos un momento complicado, incluso nos pusieron un chip en la camioneta y nos dieron 48 horas para que salgamos del país, ¡una cosa de locos!.
-Pero pasaron y siguieron....
Sí, por suerte logramos pasar, después de pasar momentos complicados y de mucho control, fue jodido, pero cuando entramos a Rusia fue todo muy accesible, arribamos a un pueblo ruso, el primero, paramos a comprar en un supermercado de barrio, compramos todo y no andaban las tarjetas y no teníamos plata, ese fue otro momento de tensión.
-¿Cómo zafaron?
La gente del supermercado después de darse cuenta de la situación que les contábamos, nos regalaron la compra. La verdad fue un gesto importante, nos puso muy contentos, el ruso es cerrado pero muy cálido, muy gentil, así que seguimos viaje.
-¿Cómo siguió todo?
Empezamos a cambiar dinero, fuimos a pagar esa cuenta; nos ofrecían café; hicimos amigos; estamos agradecidos a todos ellos. Nos costó instalarnos en Moscú luego, vamos de barrio en barrio, buscando lugares cómodos y nos instalamos para descansar. Estamos viviendo una experiencia hermosa.
-¿Hasta cuándo habrá travesía?
Hasta que se termine la plata (risas) y comencemos a volver. No vamos a entrar a todos los partidos, vivimos más la experiencia desde afuera. Ojalá podamos decir que estuvimos el día en que la Argentina ganó la Copa.