Deporte adaptado
La inclusión no tiene vacaciones en Sportivo
En una propuesta única en la ciudad, Sportivo Belgrano sostuvo durante el mes de enero la Escuela de Verano para personas con discapacidad.
Por Manuel Ruiz
Enero no significó vacaciones para el área de Deporte Adaptado del club Sportivo Belgrano. En el flamante predio “Ciudad Verde” y con la inclusión como bandera, se concretó la Escuela de Verano para personas con discapacidad que reunió a 17 personas que, durante el mes, en el que todos paran, encontraron un espacio en el cuál seguir en movimiento y que les permitió potenciar la interacción, sociabilidad e inserción en una pileta, en verano.
El equipo de trabajo integrado por la coordinadora y trabajadora social Verónica Boscarol, Giuliana Alisio, estudiante de la licenciatura en terapia ocupacional, la profesora de educación física Sofía Tortosa, Araceli Argüello, voluntaria y estudiante del profesorado de educación especial y Virginia Díaz Giletta, docente de educación especial y acompañante terapéutico entendió que parar cuando todos los centros, espacios, escuelas donde acuden las personas con discapacidad era contraproducente para la población con la ellas suelen trabajar. Y la Escuela de Verano pasó de ser una idea, una opción, a una iniciativa concreta, una realidad.
-¿Por qué decidieron hacer una escuela de verano para el deporte adaptado?
A finales de diciembre de 2023, estábamos organizando el cierre de la actividad de deporte adaptado. Y planteábamos la fecha en la que íbamos a volver. Entendimos que íbamos a dejar de hacer la actividad en enero, época en la que en realidad están todas las instituciones cerradas, no hay ninguna actividad y planteamos qué podíamos hacer. Justo el club anuncia la apertura de Ciudad Verde y ahí surgió la iniciativa.
Puede interesarte
-¿Cuántos personas asistieron a la Escuelita?
Hay en total 17 inscriptos. Y de la actividad durante el año, continuaron la mitad, el 50% y el 50% fueron nuevos. Hicimos muy poca difusión, nos quedó poco tiempo para poder hacerlo, pero por suerte la respuesta fue muy buena y tuvimos que ir cambiando el cupo. Primero arrancamos con 10, después seguimos a 15 y terminamos con 17. Hay diversidad de edades. Hay un rango etario grande. Porque es un proyecto inicial, que por supuesto, lo vamos a evaluar, para presentarlo el año que viene, mejorado. Y al ser inicial, hizo que las puertas estén abiertas para todos entonces hay un rango de edad de 5 a 45 años. Y tratamos de adecuar y preparar las propuestas para cada una de sus necesidades.
Preparando las jornadas
El área de Deporte Adaptado, junto a la Fundación Losano, se encuentra preparando las jornadas de capacitación “Perspectivas actuales en discapacidad: sistemas de apoyo y calidad de vida” a cargo del español Miguel Ángel Verdugo, catedrático e investigador de la Universidad de Salamanca que se desarrollarán en nuestra ciudad el 21 y 22 de marzo con entrada libre y gratuita.
-Es una experiencia única a nivel club en la ciudad, lo que hacen durante el año, primero, y esto, más aún, ¿por qué hacerlo? ¿por qué sostenerlo?
El respaldo del club siempre estuvo al 100%. Por eso se pudo dar esa actividad, porque el club abrió las puertas y apostó también desde una visión institucional y cultural del club, a que es un espacio importante. Y lo más lindo a resaltar es que las personas con discapacidad en la escuela de verano, están incluidas con la comunidad. Es grato, es hermoso, llegar y ver el grupo junto a toda la comunidad, con toda la gente que está disfrutando la pileta, acá en el club. Es un espacio en común. Es el camino a la inclusión social por la que nosotras tanto estamos luchando dentro del club. Lo que les da este espacio a todos ellos, es la posibilidad de hacer deporte, de socializar entre ellos, de hacer amigos, de poder poner su cuerpo en movimiento en el agua, que eso les da un disfrute diferente a otras actividades de alto impacto.
-Más allá de la dispersión que puede generar un espacio como este, buscan, además, la interacción de las personas con discapacidad…
Dentro de la pileta, donde comparten el espacio con los socios, se empiezan a desnaturalizar cositas que por ahí son tabú con la discapacidad, por ejemplo, que no pueden nadar. Eso ayuda a visibilizar lo que es la discapacidad. Aparte, está bueno, porque al estar la otra escuelita, los otros chicos como que también comparten la pileta, comparten actividades, aprenden, aprendemos nosotros, aprenden ellos. Nosotros creemos que ese es el camino para generar, para construir una sociedad más inclusiva, porque es un ida y vuelta. Y en este poco tiempo que estuvimos acá, porque es un proyecto de enero nomás, ya podemos ver en actitudes de las personas, en miradas inclusive, cómo hasta los esperan. Esperan que ellos lleguen y se acercan a ayudar cuando hay alguna necesidad. Ya desde el saludo hay una bienvenida, un ida y vuelta que es enriquecedor. Incluso cuando se encuentran fuera del club se genera ida y vuelta que nació acá.