La Iglesia trabaja en una pastoral para divorciados y parejas vueltas a casar
"Indudablemente muchos católicos se sentían dolidos por no poder comulgar", dijo el padre Mario Ludueña al contar cómo se trabaja en la diócesis San Francisco con las personas divorciadas, separadas o convivientes.
Desde que el Papa Francisco aseguró que las personas divorciadas y vueltas a casar "no deben ser excomulgadas" ya que ellas "también forman parte de la Iglesia", comenzó a gestarse un mecanismo por medio del cual se trabaja en la contención más que en la excomunión.
Históricamente la Iglesia católica defiende la indisolubilidad del matrimonio ante Dios. De todas maneras, a través de la intervención del Sumo Pontífice, se empezó a trabajar en "itinerarios de acompañamiento" en una pastoral específica para los divorciados vueltos a casar y para las parejas que ya conviven antes del matrimonio. Así lo ha puesto de manifiesto en el prólogo al Itinerario catecumenal para la vida matrimonial del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida que ha publicado el Vaticano.
"Es mi ferviente deseo que a este primer documento le siga, cuanto antes, otro en el que se indiquen métodos pastorales concretos y posibles itinerarios de acompañamiento dedicados específicamente a aquellas parejas que han experimentado el fracaso de su matrimonio y viven en nueva unión o se han vuelto a casar civilmente" explica el Sumo Pontífice.
De hecho, subraya que la Iglesia quiere estar cerca de estas parejas y caminar también con ellas para que no se sientan abandonadas y puedan encontrar en las comunidades lugares accesibles y fraternos de acogida, de ayuda al discernimiento y de participación.
El Vaticano reconoce situaciones donde la separación es "inevitable" y al citar la encíclica del Papa 'Amoris Laetitia' se afirma que a veces puede llegar a ser incluso "moralmente necesaria" cuando se trata de "sustraer al cónyuge más débil, o a los hijos pequeños, de las heridas más graves causadas por la prepotencia o la violencia, el desaliento y la explotación, la ajenidad y la indiferencia".
Para el Vaticano es importante "acompañar pastoralmente a los separados, los divorciados y los abandonados". Además, pone especial atención a la necesidad de "acoger y valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el divorcio y el abandono, o bien se han visto obligados a romper la convivencia por los maltratos del cónyuge".
Así ha llamado a iglesias locales a erigir caminos pastorales concretos y posibles que acompañen específicamente a esas parejas que han experimentado el fracaso de su matrimonio y viven en una nueva unión o se han vuelto a casar civilmente.
La realidad en San Francisco
En la diócesis de San Francisco, a través de una iniciativa impulsada por el Movimiento Pozo de Siquem de la Diócesis de Reconquista, la parroquia Cristo Rey puso en marcha el camino de discernimiento hacia la comunión sacramental.
Se trata de un movimiento destinado a trabajar con personas convivientes, matrimonio civil o bien separados en nueva unión con una convivencia estable mínima de 5 años.
Actualmente está vigente la convocatoria para lo cual los interesados deberán inscribirse en la Secretaría Parroquial de la Iglesia Cristo Rey, de martes a viernes de 8 a 11 y sábados de 8.30 a 11.30. El primer encuentro de este grupo se dará el sábado 22 de abril de 15 a 19 en el Ateneo de la Parroquia Cristo Rey y estará a cargo del coordinador del grupo, padre Mario Ludueña.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, el padre Ludueña consideró que esta medida impulsada por el Papa Francisco "es un paso más en el deseo de la Iglesia que, como madre, busca acercarse a quienes atraviesan esa situación" y resaltó que el pedido de atención a quienes viven situaciones similares "viene desde hace tiempo" recordando para ello "las enseñanzas de San Juan Pablo II".
Igualmente, indicó que la Iglesia se hizo eco de reclamos de miles de fieles católicos que, por su condición, estaban al margen de recibir el sacramento de la eucaristía. "Indudablemente muchos católicos se sentían dolidos por no poder comulgar. Particularmente el cónyuge injustamente abandonado".
Luego, el sacerdote reconoció que el Papa Francisco tuvo mucho que ver con el impulso actual a la integración de los divorciados en la Iglesia. "Claramente que sí. El papa Francisco nos invita a tener, a todos, un corazón más misericordioso con quienes han padecido la separación".
Más adelante consideró que esta medida impulsada por el Papa Francisco "ha sido acogida con gusto" por la Iglesia mientras que en cuanto al trabajo que se está desarrollando en nuestra ciudad sobre este tema, el padre Ludueña comentó que "recién estamos comenzando. Me parece que será una noticia en general bienvenida".
A su vez, expresó su satisfacción sobre lo realizado hasta el momento y para ello destacó que, en este último tiempo, "hemos formado un gran equipo, nos hemos preparado y recibido asesoramiento del equipo Pozo de Siquem de la diócesis de Reconquista que son quienes han desarrollado esta idea.
Por último, el padre Ludueña convocó a las personas que participan de este proceso a "adoptar una mirada sincera a sí mismos y a no dudar de la misericordia de Dios que perdona siempre. Mi rol es acompañar el discernimiento".