La historia de una chica que revivió el arte de dibujar con hilos

Dalma le imprimió modernidad al bordado y lo llevó a lo popular resaltando la magia que despierta. Su visión transformó una vieja práctica en algo despojado de antigüedad.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Hace tres años Dalma encontró una publicación de un perrito bordado que llamó su atención y sin tener ninguna experiencia en el área se dijo a sí misma que quería aprender a hacerlo.
Hace mucho el bordado era para las mujeres una manualidad que se aprendía desde pequeñas y en las que invertían gran parte de su tiempo. Los motivos que se imprimían allí eran más ajustados a cada época y los años hicieron que el bastidor quedara a un lado porque adquirieron otras responsabilidades.
En la actualidad eso cambió mucho, el bordado es la salida laboral para muchas personas, motivo de capacitación, aprendizaje y adquisición de hobbies. Ahí está Dalma, nuestra protagonista.
"¿Se acuestan de la plataforma Tumblr? Antes estaba re zarpada y vi un perrito bordado, un retrato y dije 'yo quiero aprender a hacer esto'", recordó.
Poco después de eso tomó una clase de bordado mexicano, pero "la lana no le transmitía mucho" y por eso se inclinó más por el hilo mouliné.
Visto en perspectiva a la actualidad hizo mucho más que esa mascota que reconoció en Tumblr porque le imprimió a una práctica antiquísima una autenticidad que pocos logran.
En su Instagram (@bordados.sabbath) se pueden ver bordados que requieren de mucha precisión como Sailor Moon, o un Mortal Kombat en un gorro que daría gusto lucirlo para un fanático.
Parches, bordados encuadrados y otros diminutos como prendedores son algunas de las variantes en que aplica su trabajo.
Un mundo de ideas
Sus inspiraciones rondan en esas cosas, siempre "arranca con algo que le llama la atención o la inspiran las series que ve", una idea que mantiene de cuando era pequeña y se levantaba a las 7.30 a ver Cartoon Network.
Naturo, Totoro, IT, personajes de Coco y un Freddy Mercury son algunos de los que más llaman la atención al deslizar en su perfil en Instagram), y por supuesto, también contrastan otros ejemplos más cotidianos que precisamente rompen la tradicionalidad por la forma en que están hechos o el destino que tienen: un tapabocas, parches, etcétera.
Su toque
La clave para esta bordadora está en la fusión de los colores y así cree que sus ideas se distinguen de aquellas que hicieron popular al bordado por ser una práctica reservada a mujeres y a la aristocracia. "Me gusta trabajar mucho con los colores. Es lo que más me gusta usar y es lo más distinto a lo que veo en lo que existió".
A eso se le suma que siempre usa el mismo punto, casi en la totalidad de las ocasiones por ende los colores y esa serenidad de sus puntadas redondean un bordado renovador e inspirador.
Los bordados que hace Dalma son como ella: únicos y llamativos, diferentes y cambiantes o mejor dicho en proceso permanente de transformación, quizás ahí también hay una veta diferente, por eso trabajos así no son baratos por más pequeños que sean ya que están dotados de muchas horas de paciencia, trabajo, dedicación y estudio de la imagen. Esa figura que se ve es producto de una realización completa que incluye para ella al menos cinco horas por día.
"Me gusta trabajar mucho con los colores. Es lo que más me gusta usar y es lo más distinto a lo que veo en lo que existió".
Tres años atrás
"Empecé (a bordar) en los primeros años de la facu (estudió Diseño Industrial en el Cres) y necesitaba hacer algo distinto, fue como un cable a tierra por momentos me olvidaba de la facultad", comentó y dijo que "es terapéutico".
Desde siempre aprendió que piensa cómo va a ser en su cabeza, después lo diseña y luego estudia los sentidos para saber "dónde va a ir direccionado el hilo", recién después de todo eso arranca.
Artista en formación
Dalma señaló que muchos trabajos los hace a su gusto y los coloca a la venta, eso lleva a que otros le pidan un encargo especial y recordó: "Por ejemplo una chica tenía una remera que no le gustaba el dibujo y le quería bordar otra cosa. Lo planteé, dibujé ahí arriba y le re gustó, le dio vida a una prenda".
Su consejo es que en este arte todo es práctica. Nada sale de un día para el otro. "Les diría que practiquen, es difícil si no tenés una base de dibujo pero podés buscarle la forma para que sea especial, o hacer cursos y seminarios".
Lo distintivo en general del bordado que hace a su encarecimiento es que se trata de un trabajo original porque no hay otro semejante, cada puntada que se hizo no puede colocarse - así sea la misma mano - en otra tela. Eso lleva a que hoy no sea su sustento principal pero sí la ayuda.
Así como al pasar dijo que algo fundamental para quien quiera bordar es que "se debe buscar algo que inspire" y eso mismo intentará llevar adelante en un proyecto que está "masticando" de hacer talleres para niños; sin embargo esa será otra historia, ésta fue la de una chica que dibuja con hilos.