La fórmula perfecta
Amigos y comida es, sin dudas, la fórmula perfecta. Más allá de las razones sociales, comer es un placer también por razones químicas. En otras palabras, es el cerebro el que controla todo el proceso y no el estómago.
Comer es uno de los placeres esenciales de la vida. Al menos, así lo plasman una serie de estudios sobre el ser humano. Sabemos que comer es una necesidad básica para tener energía. Pero comer lo que nos gusta, de manera relajada y con quienes queremos se ha convertido en uno de los placeres más deliciosos y "adictivos" de la vida.
Amigos (o seres queridos) y comida es, sin dudas, la fórmula perfecta. Más allá de las razones sociales, comer es un placer también por razones químicas. En otras palabras, es el cerebro el que controla todo el proceso y no el estómago.
Cuando comemos, nuestras neuronas segregan una hormona llamada dopamina que está asociada con el sistema del placer y hace que no podamos moderarnos. Esto adquiere sentido si advertimos que la mayoría de nuestros encuentros con amigos han transcurrido en torno a una mesa. Sentimos placer al estar junto a una persona que estimamos y a la vez, también sentimos placer al comer.
Por eso, siempre que nos encontramos con un amigo, surge la idea de reunirse a tomar un café o compartir una cena. Antes, el hombre solo comía para subsistir. No en la actualidad.
Sí, comemos para preservar nuestra salud, pero también es una excusa para volver a ver a alguien querido y ponernos al día con las noticas. En un ambiente distendido, es imposible no tentarse con platos calóricos o tragos alcohólicos. No obstante, la idea no es quedarse en casa, sino aprender a moderarse.
Recordemos que somos seres sociales y como tales, necesitamos estar en contacto con otras personas para que nuestro cerebro se desarrolle en plenitud. Si nos aislamos, el cerebro genera una sensación de alarma y desesperanza. En otras palabras, socializar es parte de un instinto básico de sobrevivencia.
¿Qué hacer, entonces, para mantener
el cerebro saludable y no comer de más?
Aquí mis sugerencias:
• No saltees ninguna comida en el día. De esa manera, no llegarás a la cena con un apetito atroz y será más fácil medirse en la cena.
• Evitá las bebidas gaseosas y alcohólicas. Solo un vaso una para brindar.
• Evitá los azúcares.
• Si piden una picada, poné en un plato lo que te gusta para calcular mejor lo que vas a comer.
• Si se organiza un asado, elegí un corte magro y acompañalo con mucha ensalada, colorida y variada. De esta manera, socializamos y cuidamos nuestra salud porque disfrutamos entre gente querida y elegimos qué y cuánto comer.
El filósofo británico Francis Bacon dijo: "La amistad duplica las alegrías y divide las angustias a la mitad". Entonces, recordemos la fórmula perfecta y salgamos a pasar un buen momento. Si comemos con conciencia y moderación, salvaremos nuestro cerebro y nuestra salud en general.