La Feria Nacional de Artesanías
La artesanía es una manifestación que no puede menospreciarse. Es una muestra vigorosa de la cultura popular. Resiste al tiempo, se adapta a los cambios y constituye un medio de vida para gran cantidad de familias.
Luego de dos años de suspensión debido a las restricciones impuestas por la pandemia de Covid 19, vuelve a escenificarse este fin de semana un evento clásico de la ciudad. Se trata de la Feria Nacional de Artesanías y Manualidades. Se llevará a cabo en el Superdomo desde hoy viernes y hasta el domingo y se completará con espectáculos y oferta gastronómica que realzan la convocatoria.
Desde el municipio de nuestra ciudad se ha celebrado el reencuentro de los artesanos de todo el país en San Francisco. La misma sensación tienen los protagonistas locales de la feria. Posiblemente, también la población festeje el retorno de esta muestra en la convicción de que se trata de un acontecimiento que reivindica el arte popular y vuelve a movilizar a una importante actividad que durante estos largos meses de pandemia sufrió serios perjuicios debido a la imposibilidad de mostrar sus producciones.
La Feria Nacional de Artesanías y
Manualidades comienza hoy viernes en el Superdomo, con entrada libre y
gratuita, desde las 19.30; seguirá mañana sábado desde las 15 hasta la
medianoche y el domingo desde las 15 hasta las 22 aproximadamente.
Hace una década, cuando recién cobraba forma la intención de llevar adelante una feria nacional, en esta columna se resaltó la trascendencia de la actividad artístico - productiva de los artesanos. Se dijo que "es un eslabón importante en el desarrollo de la cultura en cualquier país del mundo" y, al mismo tiempo, un evento de las características que volverán a observarse este fin de semana "se constituye en un disparador social, cultural y económico, además de aportar a la difusión del conocimiento y de las tradiciones más reconocidas".
El mundo de los artesanos es un ambiente en el que se mezclan las propias realizaciones con ancestrales enseñanzas, en el que se conjugan la internalización de las pautas culturales con las técnicas utilizadas para trabajar los distintos materiales y en el que el talento del artista va de la mano con la necesidad que siempre hubo de dominar el contexto y satisfacer necesidades vitales.
Es la artesanía una manifestación que no puede menospreciarse. Porque permite arraigar valores culturales propios, renovándolos, reverdeciéndolos. Es una muestra vigorosa de la cultura popular. Resiste al tiempo, se adapta a los cambios y constituye un medio de vida para gran cantidad de familias argentinas. A veces, la mirada social a esta actividad no rescata estas circunstancias. Sin embargo, la impronta del arte popular tradicional sigue siendo fuerte. El trabajo del artesano resiste cualquier intento de degradación.
Esto último quedará patentizado nuevamente en esta edición de la Feria Nacional de Artesanías y Manualidades que en estos días se concreta en la ciudad. Es un evento que, luego de sufridas postergaciones, recrea escenarios sociales, culturales y educativos, cuyo origen se remonta a rituales tradicionales que marcaron la vida de los pueblos. Resulta grato, por ello, remarcar la importancia de la realización de la feria, que seguramente tendrá una convocatoria acorde a la magnífica propuesta que ofrecerá.