La felicidad en las manos de Abril

La niña tiene 4 años y recibió una prótesis para mano hecha con impresoras 3D.
Por Manuel Ruiz
Cuando la normalidad es no tener, el cuerpo, la cabeza, el ser humano todo, generalmente encuentra la forma de suplir ese faltante. Es adaptación y supervivencia. Es superación y también coraje.
Abril Gálvez nació hace cuatro años en Jesús María con agenesia, la ausencia parcial o total de un órgano o de un tejido del organismo. En este caso, de su mano izquierda. Abril entonces aprendió hasta el lunes de esta semana a hacer casi todo con su mano derecha.
Fue un trabajo exigente para ella, lo sigue siendo, y para Lorena y Cristian, sus padres que hace un año y medio atrás encontraron en internet la página de Atomic Lab, una iniciativa de Gino Tubaro que realiza con una impresora 3D prótesis de manos y brazos para aquellas personas que las precisan pero no pueden afrontarlas económicamente. Cuando los padres de Abril se inscribieron, con la esperanza como firma, entraron en lista de espera que finalizó este lunes cuando la niña volvió a la salita de 4 del jardín de infante de la escuela Mitre, con la mano izquierda llena de colores.
"Fue una gestión de un año y medio aproximadamente. Nos contactamos con la Fundación y entramos en una lista de espera y recibimos la buena noticia de que iban a pasar a dejarle la prótesis a Abril hace 10 días atrás y ayer (por el lunes) se la entregaron", contó Cristian afuera del jardín y mientras su hija se pierde en la salita llena de guardapolvos celestes.
La felicidad, de la mano
La notoriedad de las faltas, se sabe, se acentúan cuando se exponen fuera de los círculos más cercanos de las personas. El saberse diferente es algo que explota cuando la persona comienza a sociabilizar con grupos que todavía no le son propios. El jardín suele ser ese primer escalón para asimilar y asimilarse.
Abril toma
una botella con su nueva mano, su cara de felicidad lo dice todo
"Abril ahora está feliz, sabe que va a poder hacer cosas que antes no podía porque tenía limitaciones y se la ve feliz. Igual sabemos que esto lleva un tiempo de adaptación y que se acostumbre también en relación a su entorno escolar. Es un lugar donde se siente a veces incomoda, pero el apoyo de su maestra Viviana, que la acompaña mucho es clave", señaló el padre de la niña, quien agregó: "Para nosotros es algo muy lindo, satisfactorio, de que nuestra hija pueda ver las cosas de otra manera, a veces la frustración de ella al no poder agarrar ciertas cosas, nos duele. Ahora hay que empezar de cero y tratar de que ella se acostumbre al uso de la prótesis lo más naturalmente posible".
Tubaro y un regalo inexplicable
Gino Tubaro, quien este lunes llegó a la ciudad para entregarle la prótesis a Abril y a Olga Salazar, fundó Atomic Lab con tan solo 20 años. Desde esa plataforma realiza varios proyectos: el principal es la plataforma Limbs a través de la cual lleva entregadas más de 800 prótesis de manos y brazos de forma gratuita. Entre otras cosas, Gino ganó un premio de History Channel y recibió elogios de parte del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, durante su última visita a nuestro país. En 2014, su nombre comenzó a mencionarse en diversos medios porque le devolvió la sonrisa a Felipe Miranda, un chico de 11 años que recibió su primera prótesis de mano realizada con una impresora 3D.
Reacostumbrarse a lo que no falta
"Ella estaba mentalizada a hacer cosas con una mano, la educamos así. Hoy en día, Abril hace todo, juega, se trepa a la reja de la casa, hace las cosas con total normalidad. Hay algunas en que sí se siente un poco mal, incómoda, pero esta prótesis va ser un gran avance para su calidad de vida. Va a poder agarrar ciertas cosas, no pesadas, pero poder escribir en la pizarra cosas chicas que no valoramos muchas veces y que a ella hora le van a hacer mejor como persona", explicó Cristian ante la consulta de LA VOZ DE SAN JUSTO, sobre cuán significativa para la calidad de vida de Abril es esta prótesis hecha con una impresora 3D.
Abril podrá utilizar este elemento hasta los 6 años. Allí habrá que reformularla, agrandarla, hacerle las modificaciones necesarias para que le siga siendo funcional, mientras, como dice su papá, descubrirá cómo es hacer las cosas a dos manos.
Es martes, es hora de entrar al jardín, y la niña posa para la foto. Le pido que levante las dos manos, lo hace y ríe. Su mamá le pide que se garre el bolsito, y ella cruza su mano rosa y amarilla por la tira de la mochilita que lleva colgada sobre el guardapolvo y vuelve a sonreír.
A Abril la felicidad no le entra en las manos. A sus padres tampoco. Tener lo simple, lo cotidiano, lo natural, debería ser motivo de celebración más seguido.