La enseñanza de Maiztegui en San Francisco

A cinco años del fallecimiento del científico y educador, el recuerdo de una visita la ciudad.
El 18 de junio de 2018, a los 98 años, fallecía Alberto Pascual Maiztegui. Sí. El del libro de Física que utilizaron varias generaciones de argentinos en la escuela secundaria, escrito junto con su "hermano" Jorge Sábato, sobrino del gran escritor y también físico de profesión, Ernesto Sábato.
Entrerriano de nacimiento, cordobés por adopción, Maiztegui fue propietario de una calidez conceptual que, quizás, fue el motivo del éxito de aquel libro. Su pasión por el conocimiento y la educación contagió a miles de compatriotas.
Su vida se apagó exactamente hace 5 años. Pero su legado continúa. Y su ejemplo sigue fortaleciendo las ansias de saber, el esfuerzo por aprender y la tenacidad para perseguir objetivos. Porque, a pesar de que en ciertos ámbitos la imagen que se tiene del físico y del matemático es la de una persona que está alejada de la realidad cotidiana, un ser que vive en la abstracción que le exige la ciencia que domina, la personalidad del doctor Alberto Maiztegui daba por tierra con ese estereotipo.
Portada el libro Introducción a la Física,
8va Edición
Bregó por acercar la ciencia a la vida cotidiana de las personas. También persiguió la meta de que la política científica del país tuviese la importancia que se merece. Y procuró resaltar la figura de prominentes hombres de ciencia que se destacaron en las distintas épocas.
Su pródiga vida fue retratada incluso por una película cordobesa: "La Fórmula Maiztegui", filmada en 2016 y dirigida por Natalia González. Se trata de un retrato en la intimidad de su hogar del reconocido físico que entonces contaba con 95 años. Cuando se estrenó el filme, su directora dijo que a medida que avanzaba el proyecto "nos fuimos cautivando con su personalidad, su sentido del humor, su memoria, su vitalidad. Sin dejar de tener presente las contribuciones académicas del profesor, el documental pretende reflejar al "Alberto más allá de Maiztegui".
Una recordada visita
Allá por septiembre de 2006 visitó San Francisco, lo que fue reflejado en las páginas de este diario. En el Instituto Fasta Inmaculada Concepción dictó una conferencia con el fin de promover el concurso provincial de Personalidades de la Ciencia y la Tecnología en la Argentina que, ese año, se centraba en la figura de Jorge Sábato, el otro autor del famoso libro de Física. Vale señalar que, aun con escasa difusión pública, este concurso organizado por la Academia Nacional de Ciencias, la Universidad Nacional de Córdoba y los Ministerios de Educación y de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba "intenta ser un espacio de difusión y apropiación de la vida y obra de los investigadores más destacados en la historia científico-tecnológica en nuestro país, respondiendo a la necesidad de que la comunidad escolar tome conciencia de sus figuras más relevantes, generando acciones que faciliten la comprensión de las condiciones que acompañan el proceso de indagación científica y desarrollo tecnológico, y promocionen la cultura científica". En 2022, se dedicó a difundir y valorar el trabajo de los doctores Manuel Sadosky y Mischa Cotlar.
"Como si se tratara de una leyenda, jóvenes profesoras de matemáticas y física pugnaban por sacarse una fotografía junto a él antes y luego de la conferencia que dictó en el colegio Fasta Inmaculada Concepción, mientras atendía todos los saludos con proverbial llaneza", se publicó en LA VOZ DE SAN JUSTO en aquel septiembre de 2006. "Parece acostumbrado a este tipo de situaciones. Parece disfrutarlas también: en varias entrevistas periodísticas ha relatado que cuando lo reconocen, no pueden creer que sigue vivo: "Ésa es la idea que tiene la gente de los autores. No es una buena manera de ser recordado", afirmaba con una sonrisa.
La función del maestro, el ejemplo de los grandes hombres de ciencia, el compromiso con el país, la necesidad de construir un sistema científico y tecnológico sólido, su relación con los Sábato (Jorge, el científico y Ernesto, el gran escritor) y su reconocido libro fueron los temas sobre los que se explayó en un diálogo enriquecedor.
Conceptos esclarecedores
Algunas de las frases que dejó en aquella entrevista fueron las siguientes:
- Ya en 2006 instaba a que la formación en el manejo de la información: "Pretendemos que los estudiantes conozcan el alcance la obra científica y tecnológica que ha hecho la figura que elegimos. Pero también que se entrenen en buscar información, porque tienen que estar informados. Tendrán mayor o menor éxito en esa búsqueda, pero no importa. Apuntamos a la búsqueda de información constructiva".
- La obra científica, una obra patriótica: "Houssay, Balseiro, Ameghino, Jorge Alberto Sábato, son figuras que vale la pena conocer. Son figuras sobre las que vale la pena tener información sobre qué han hecho, cómo lo han hecho y por qué lo han hecho. En el caso de todos ellos, tenemos que hablar de una obra patriótica, de consagración al país, con los medios que Dios le dio a cada uno".
- El olvidado "Triángulo Sábato - Botana":" Es una fórmula sencilla expresada hace años por Jorge Sábato y Natalio Botana que tenía tres vértices fundamentales para el desarrollo de un país: el Estado, el sistema científico y las empresas. Pero en la lucha por el presupuesto y el tratamiento dado al sistema científico desde las esferas del gobierno no ha sido el mejor. Muchas veces los políticos no comprenden a los científicos. Y los científicos no comprenden a los políticos".
- La formación científica: "Siempre debe considerarse la necesidad de formar científicos para contribuir al país. Formar científicos significa construir un ambiente de trabajo. Un ambiente en el que siempre hay problemas. La vida es lucha, de manera que no se trata de eliminar la lucha. Pero sí hay que generar las condiciones para enfrentar esa lucha. No se trata sólo de presupuesto, sino de tratamiento. Materia gris hay. Yo no diría que sobra, pero tenemos abundante".
- Su "curiosa" relación con Jorge Sábato: "Cuando yo egresé del instituto nacional del Profesorado en el 42, Sábato ingresó en el 43. No nos cruzamos. Por lo menos yo no me acuerdo de él siendo estudiante. Pero nos juntó su tío Ernesto -el famoso escritor-, invitándonos a escribir el libro para cuarto y quinto años, que se tradujo en el conocido "Maiztegui - Sábato". Ernesto nos unió, luego congeniamos y fuimos como hermanos. Recuerdo que en el último instante que lo vi, él ya enfermo de muerte, en la puerta de la habitación le dije: "Te quiero mucho". Fue mucho más que un amigo. Un hermano. Con Sábato teníamos algo de lo que nos vanagloriábamos: el respeto a la palabra. Bastaba decirnos las cosas para que se cumplieran".
- Una enseñanza para el tiempo actual: "Yo estoy agradecido a Dios que me mantiene con salud para trabajar y con ánimo para poder aportar. Este convenio que posibilita la realización del concurso tiene una cosa muy interesante. Lo inicié con la gobernación de Mestre y lo concluí con De la Sota. Por eso soy optimista. Gente de un partido y de otro recibió la propuesta, la trabajó, la concretó y aquí estamos haciéndola. Es una idea muy modesta, pero ojalá se multiplique con el tiempo. Porque quien llega al poder no puede borrar todo lo que hizo el anterior. Eso es lo peor que nos puede pasar. Quien piensa distinto, seguro que tiene buenas ideas, aunque algunas a mí no me satisfagan. No importa. Tenemos que juntarnos lo mismo y construir. Esto es clave para el país".
Maiztegui falleció hace cinco años. Estos conceptos contienen enseñanzas de vida y siguen teniendo plena vigencia.