Sociedad
La banda lisa que hizo historia: 80 años de legado y emoción

San Francisco es cuna de la banda lisa más antigua del país. Fundada en 1945 en el Colegio San Martín, hoy celebra su 80° aniversario, con generaciones de estudiantes que siguen encontrando en esta actividad una pasión, un espacio de pertenencia y una forma de construir identidad colectiva.
En una ciudad donde los tambores retumban con historia, la Banda Lisa del Colegio Superior San Martín cumple 80 años. No es solo un aniversario. Es una celebración que toca profundo en el corazón de San Francisco, que ha sabido custodiar esta tradición con la devoción con la que se cuida un legado.
La Banda Lisa del San Martín no es una más. Es la primera del país en su género y es símbolo de pertenencia, disciplina, compañerismo y orgullo. Una pasión que pasa de generación en generación, que se ensaya después del horario de clases, que exige compromiso, pero que devuelve mucho más: sentido de identidad, vínculos duraderos y una experiencia que los estudiantes cargan como medalla invisible.
“Tocar en la banda de mi escuela para mí es un orgullo”, coinciden los alumnos. Lo dicen con emoción en los ojos y el cuerpo erguido, como si supieran que cada paso acompasado que dan es también un paso en la historia de su comunidad.
El orgullo de llevar en alto al colegio
Probablemente no haya rol más anhelado que el de bastonera o palo mayor. Ariana Montenegro (15), estudiante de quinto año, hoy lleva ese honor. “Siempre soñé con tenerlo, me esforcé mucho para lograrlo y hoy estoy acá. Es un sentimiento que te deja muchas vivencias nuevas”, confesó a LA VOZ DE SAN JUSTO. Ariana comenzó en la banda en 2021, como trompa, y hoy, con el bastón en alto, marca el ritmo del orgullo. “Me dio miedo al principio, porque tenía que dirigir, pero mis compañeros me ayudaron. Es hermoso saber que después de cada acto me sentí orgullosa de cómo la había dirigido”.

Detrás de cada movimiento hay horas de ensayo. Alrededor de 50 adolescentes practican al menos tres veces por semana. Algunos llegan desde primer año sin formación musical. “Mucho entrenamiento”, repite Ariana, casi como una consigna. Pero más allá del esfuerzo, está lo emocional: “Escuchar el sonido de las trompas cada 25 de Mayo es increíble. Dirigir la primera banda lisa mixta del país es un orgullo para todos”.
Florencia Mondino (16) toca el redoblante. “Sabés que las primeras caras que se ven de la banda son las tuyas. Representamos algo muy grande. Es una responsabilidad, pero también algo muy lindo”, dio su testimonio. Al igual que Ariana, comenzó en 2021, y desde entonces no se imagina fuera. “Yo elegí este colegio para estar en la banda. Es mi pasión. Me encanta venir, tocar. Significa mucho para mí”.

Atesora la anécdota de un viaje a Córdoba por el aniversario de la ciudad. “Fuimos con la Escuela Normal. Fue hermoso. San Francisco es la ciudad con más bandas lisas, y ser una de las dos que viajó fue un gran privilegio”.
Florencia también sabe que estar en la banda es compromiso: “Hay muchas posibilidades de entrar, hay que intentarlo. Es algo muy especial”.
Para Jazmín Araya (17), trompa mayor, integrar la banda “es algo que te llena de orgullo, sentís nervios y alegría al mismo tiempo. No es solo una banda: es amor y compañerismo”. Para ella, es también un lazo familiar: su hermana estuvo antes en la banda. “Cada vez que iba a verla sentía algo en el corazón. Decía: ‘Yo tengo que estar ahí’. Hoy estoy como autoridad, dirigiendo a mis trompas. Es algo precioso”.
Jazmín remarca el compañerismo: “No solo tocamos música, representamos los valores del colegio. Trabajo en equipo, responsabilidad, saber escuchar. El sentido de pertenencia es algo único”.

En este 25 de Mayo, tendrá su primer desfile como autoridad. “Es un momento muy grande. Hay que concentrarse, porque todos los ojos están sobre nosotros. Es muchísima adrenalina”.
Una ciudad, una tradición
Fernando Mancuso es el actual director de la banda. La conoce desde adentro: fue trompa en 1995, cuando era estudiante del colegio. Desde 2009 está al frente, y recuerda que al principio trabajó ad honorem. “Estuve dos años sin cobrar porque no había cargo. Después se creó y quedé como titular”, recordó.
Para Mancuso, la clave está en formar desde cero. “Los chicos entran sin saber tocar. Entonces se empieza desde lo más básico. Es un trabajo duro, pero hermoso”, aseguró. La banda se reconstruye todos los años, cuando los estudiantes de sexto se egresan. “Es volver a empezar. De marzo a mayo se enseña a caminar, a tocar, a coordinar. Es un esfuerzo que no es solo mío, sino también de las autoridades de la banda: los bastoneros, las trompas mayores, los redoblantes”.
La historia de esta agrupación, cuenta Mancuso, es también la historia de las bandas lisas de San Francisco. “La banda del San Martín es la más antigua del país en el ámbito escolar. Comenzó como masculina, después se sumaron mujeres y finalmente se fusionaron. Muchas otras escuelas siguieron el ejemplo. Hoy hay seis bandas en la ciudad, y la tradición sigue viva”.
El orgullo por este legado se escucha en cada ensayo. “Nos reconocen por el sonido. Dicen que es la banda más fuerte. Algunas de las marchas son las mismas de hace 80 años”, indicó Mancuso. La emoción, reconoce, también es suya: “A mí me pone la piel de gallina”.
Mucho más que música
Para estar en la banda no solo hay que tocar bien. Mancuso enfatiza los valores: “Compromiso, buena conducta, respeto. Siempre les digo que entrar puede ser fácil, pero mantenerse es difícil. Hay 200 chicos esperando entrar. Si no cumplís, podés quedar afuera”.
La banda lisa, reitera, “es un lugar de pertenencia. El que estuvo, siempre será parte. Aunque pasen los años, aunque cambien las generaciones, sigue siendo un orgullo que te marca para toda la vida”.
Cuando le preguntan si recuerda alguna enseñanza de su maestro, José Luis “Panchi” Ensabella, no duda: “Siempre decía: ‘Los chicos están acá porque quieren. No es obligatorio. Eso te permite exigirles más, porque hay compromiso’. Y tenía razón. Cuando hacés algo con ganas, buscás la excelencia”.
Ocho décadas después de sus primeros pasos, la Banda Lisa del San Martín sigue marcando el ritmo de San Francisco. Sus tambores y trompas no son solo música. Son memoria viva. Son chicos y chicas que se sienten parte de algo grande. Son familias que se emocionan en cada desfile. Son una ciudad que, con cada paso, reafirma que hay tradiciones que no envejecen: laten.

La más antigua del país
La banda lisa más antigua de Argentina fue creada en 1945 en el Colegio San Martín por Juan Baggio Ferrazzi, entonces jefe de Bomberos Voluntarios. Su idea inicial era formar una banda en el cuartel, pero ante la falta de convocatoria, la impulsó en la institución educativa donde trabajaba como docente.
En sus inicios, la formación fue exclusivamente masculina. Recién en 1966 se creó una banda femenina y desde 1975 funciona como agrupación mixta. En 2005, al cumplirse 60 años de su fundación, exalumnos decidieron formar la Banda del Reencuentro.
El ejemplo del San Martín inspiró a otras instituciones. En 1966 nació la banda lisa de la Escuela Normal Nicolás Avellaneda, la única integrada solo por mujeres. También tienen bandas el Instituto Fasta, las escuelas Iturraspe, Río Negro y recientemente, el Ipet N° 50 “Emilio F. Olmos”.