Juntos en el amor y contra el coronavirus
En este 14 de febrero, Día de San Valentín, LA VOZ DE SAN JUSTO quiso homenajear a estas parejas de "esenciales", que hace casi un año también se encuentran luchando juntos en la primera línea de fuego contra el virus. Estas son las historias de los médicos especialistas en medicina general y familiar, María Eugenia Sobrero y su esposo Marcelo Díaz. También, la de los enfermeros Víctor Vocos y su novia, Luciana López.
Por Stefanía Musso | LVSJ En los últimos meses cuando hablamos del
Hospital J. B. Iturraspe, las noticias giran en torno a la pandemia de
coronavirus. Sin embargo, tras sus puertas se escriben otras lindas historias que
entremezclan el amor con las carreras de los profesionales de la salud y las difíciles
situaciones que viven a diariamente. Como en las series de Netflix que tanto nos gustan ver en las pantallas,
acá también nació en amor entre residentes haciendo las rondas a pacientes, el
primer beso fue para celebrar el éxito de una cirugía o la propuesta de irse a
vivir juntos surgió después de un mal día en la guardia. En este 14 de febrero, Día de San Valentín,
LA VOZ DE SAN JUSTO quiso homenajear a estas parejas de "esenciales", que hace casi un año también
se encuentran luchando juntos en la
primera línea de fuego contra el virus. Los invitamos a conocer las historias de médicos
especialistas en medicina general y familiar, María Eugenia Sobrero y su esposo Marcelo Díaz. También, la de los
enfermeros Víctor Vocos y su novia, Luciana López.Los médicos María Eugenia Sobrero y Marcelo Díaz llevan más de una década juntos. (Fotos: Emiliano Lavezzini)
La guardia del Hospital y un amor de más de una década
Sacrificio y entrega implica la vida de los médicos que tienen a su cargo las guardias de hospitales y clínicas implica. Esos valores comparten los esposos María Eugenia Sobrero (42) y Marcelo Díaz (44), quienes se desempeñan como Jefes de Guardia en el Hospital J. B. Iturraspe.
En ese lugar nació el amor que comparten hace 14 años, el cual inevitablemente mescla lo profesional y cotidiano que comparten diariamente como pareja. De su unión nació Laureano, de 9 años.
"Para nosotros el hospital es más que nuestro lugar de trabajo, es el sitio donde se formó y forjó nuestro amor", dijo la pareja al diario.
María Eugenia y Marcelo son muy queridos por todo el plantel del hospital. Tanto los conocen que todos bromean cuando "hacen el pase" porque no solamente comparten las novedades de lo ocurrido en el día anterior en el nosocomio, sino que además se ponen a tono con todo lo del hogar y lo relacionado a su hijo. "Yo soy Jefa de Guardia los días jueves y él -Marcelo- , los días viernes. Comenzamos el pase de guardia intercambiando novedades sobre pacientes, ingresos, internaciones o los que están en la sala de espera para estudios, pero además de eso, hacemos otro tipo de ´pase´, que no tiene que ver con el ´hospi´ sino sobre Laureano o los temas que hacen a la dinámica familiar", contó María Eugenia.
"Cuando pregunto si está todo limpio en casa, es cuando Marcelo se escapa y toma el puesto (risas)", relató la doctora.
Más allá de las burocracias y las bromas, la pareja trabaja muy unida en pos de los pacientes. "Cuando nos encontramos por la mañana, Marce de inmediato se da cuenta cómo estuvo la guardia por mi rostro. A veces estoy con cara de alivio si no tuvimos muchos casos graves o de preocupación, por aquellos pacientes que debieron ser internados o que luchan por su vida", reveló la profesional.
La pareja reveló que fue durante las noches que cursaban la residencia comenzó su historia de amor. Entre libros, pacientes y mates; María Eugenia y Marcelo, se convirtieron en algo más que compañeros de trabajo y de estudio. "Estábamos haciendo la residencia allá por 2006. Eran noches larguísimas, interminables, donde compartíamos cada momento. Así nos fuimos conociendo y nació nuestro amor", contó María Eugenia.
Siendo ella de Morteros y Marcelo de Córdoba Capital, eligieron Quebracho Herrado para asentarse y eso los obliga a viajar todos los días hacia San Francisco para cumplir con la labor, que no es de las más simples y eso influye en la crianza de Laureano. "Nuestro hijo creció sabiendo que mamá y papá a veces tienen que salir de urgencia para atender pacientes", comentó Marcelo.
"Al no tener a nuestros familiares cerca, los amigos incondicionales son los que más de una vez escucharon la puerta de sus casas golpear a la medianoche y recibir a nuestro hijo dormido porque teníamos que salir presurosos a asistir a quien necesita atención en ese momento", explicaron.
Este 2020, no fue la excepción. "Fue un año muy duro, de mucha incertidumbre al comienzo preparándonos para lo desconocido y esa condición nos trajo miedos y noches sin dormir pensando que nos podía toca y cómo lo íbamos a afrontar. Nunca pudimos quedarnos en casa cuidándonos como familia como la mayoría de las personas, dejamos de tener vida social y de ver a nuestros seres queridos".
Por el trabajo, este Día de San Valentín, lo pasarán separados ya que Marcelo está de guardia, pero para ellos no estar juntos ya es normal. "Es lindo saber que existe el Día de los Enamorados, pero es aún más importante tener presente que todos los días hay que renovar y alimentar el amor, ya que los pequeños actos y detalles son los que cuentan. Seguramente festejaremos al día siguiente con alguna cena especial en la tranquilidad de nuestro hogar", confirmaron.
"Un beso sorpresa, un ´Te amo´ escrito en el espejo del baño, el deseo de un buen día, compartir un café por la mañana o simplemente ser cómplices de un silencio en el momento necesario nutre todos los días la pareja y también al 14 de febrero porque sin ellas, solo sería un día más", reflexionaron.
Con 14 años juntos, María Eugenia y Marcelo tienen metas como familia. "Vamos a seguir unidos como siempre estuvimos. Queremos crecer profesionalmente, cerrando ciclos y generando nuevos; dándole lo mejor a nuestro hijo, guiándolo hacia sus metas y estar como estamos ahora; enamorados uno del otro porque nos aceptamos con nuestros defectos y virtudes, enojos y alegrías; sabiendo que la decisión más importante de nuestras vidas la tomamos hace más de 10 años que fue, es y será compartir la vida juntos como hacíamos en el momento que nos conocimos, en la residencia del Hospital", concluyeron.
Víctor Vocos y Luciana López están juntos hace tres años y en medio de la pandemia, decidieron formar su familia.
Formar una familia en tiempos de pandemia
La pandemia de coronavirus cambió la vida de muchos pero aún más a los esenciales. Apoyarse en su pareja fue lo que hicieron la licenciada en enfermería e instrumentadora quirúrgica, Luciana López (41) y el enfermero profesional, Víctor Vocos (36).
Para ellos, que se conocieron en el hospital J. B. Iturraspe, el 2020 los unió más que nunca en su relación de novios. Con tres años de relación, ellos apostaron a la convivencia y conformaron una familia con Gaspar, hijo de Luciana y Morena y Felipe, los hijos de Víctor.
"La pandemia nos modificó todo y por ésta razón comenzamos convivir. No fue fácil al comienzo y tuvimos que conocernos en el día a día. También trabajamos para igualar criterios y costumbres", contó Luciana a este diario.
Mientras que Víctor se dedica a los hisopados en el área de febriles, ella es instrumentadora en el quirófano. Expuestos ante el coronavirus, la pareja logró organizar las tareas del hogar de la nueva familia. "El desafío de esta pandemia fue estar con los niños en casa, sin poder salir a jugar con otros amigos, y tratando de no tenerlos atados a la tecnología todo el tiempo. También el ´cole en casa 'fue el desafío más grande, porque no estábamos preparados y hacer las tareas con tres niños a la vez se complicaba mucho", comentaron.
"En casa, las tareas del hogar son compartidas por ambos, y tratamos de enseñarles a nuestros niños que pueden colaborar", dijeron.
A pesar de la crisis sanitaria y las nuevas responsabilidades en el trabajo, ambos reconocieron que "el amor en este tiempo de pandemia es sumamente importante, porque es un momento muy difícil para todas las personas y ese sentimiento es lo que nos mantiene unidos y con la esperanza de juntos vamos a superar todo esto".
"Para nosotros el trabajo no es una influencia negativa porque nos conocimos trabajando en este ámbito, y nos ayuda mucho el poder hablar de lo mismo sin que genere problemas en la pareja. Todo lo contrario, nos aconsejamos mutuamente y entendemos todo lo que al otro le pasa".