Juntos a la par, la historia de Fernando y su perro Otto
Fernando Flores y su perro Otto son inseparables. Todas las mañanas ambos salen a juntar cartón por las calles de nuestra ciudad. Este mestizo se ganó el corazón de su amo hace unos años cuando llegó a su casa y comenzó a acompañarlo en sus recorridos. En el Día del Animal quisimos rescatar esta historia que habla de amistad, compañerismo y responsabilidad entre las dos partes.
Por Stefanía Musso
Fernando Flores sale todos los días a luchar por su vida trabajando como cartonero por las calles de la ciudad. Pero no va solo, lo acompaña Otto, un perrito mestizo de aproximadamente dos años, que desde que llegó a su casa en barrio Parque no dejó ni un minuto y juntos salen con el carro.
"Con Otto caminamos toda la ciudad. Salimos alrededor de las 8 de la mañana desde barrio Parque. Le digo, ´Vamos' y el se sube enseguida; está esperando para irnos. Después caminamos hasta barrio Roque Sáenz Peña y volvemos".
Ese recorrido, lo hacen juntos mañana y tarde, de lunes a viernes. Otto es tan respetuoso de Fernando que solo se baja del carro cuando su amo detiene la marcha y él hace un pequeño "control de calidad" de la vereda donde están. Claro, que el recaudo mayor es que el mestizo de unos cinco kilos no se cruce. "Él es chiquito y un par de veces casi me lo chocan, pero ya lo reté y entendió que no tiene que cruzarse y por eso va arriba los cartones".
"Abajo", le indica Fernando a Otto y él espera para que su amo cargue el carro. Así son horas y horas juntos.
Fernando camina varios kilómetros llevando a veces 70 kilos más el peso de su fiel amigo, pero al joven no le importa. "Mucha gente me dice que tengo un corazón enorme porque lo llevo en el carro. Pero él es un perro muy bueno, no muerde, no molesta. Es muy compañero".
Hace tres años Fernando empezó a trabajar como cartonero para obtener un ingreso. "Estaba desempleado y no sabía qué hacer. Empecé a juntar un poquito en bici y cuando vi que empezaba a ganar un poquito de dinero cambié por el carro y la gente también me ayuda mucho con comida"
Para él joven, cartonear es como su trabajo y le sirve para llevar el pan a la mesa. "Lo hago todos los días y lo poco que junto me sirve para comer y sobrevivir".
"Somos muy amigos. Si él no está conmigo, es como que me faltara algo y él me extraña. Alguna veces se fue pero vuelve solito a casa por suerte Para mí Otto es todo, es como mi vida, mi alegría; estoy tan acostumbrado a él que no sé cómo sería mi vida".
"El humano te puede engañar y mentir pero el animal es lo más fiel que puede haber en la vida. Le pido a los que tengan animales que los cuiden porque sufren como una persona", afirmó Fernando.
Otto no tiene exigencias de comida balanceada o juguetes y como su amo se la rebusca para sobrevivir. Lo que les falta por un lado, se compensa por el otro justamente por el amor que ambos se tienen.