Brinkmann
Julio y Catalina… nuestros pioneros: parte 3
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“Sembrar para cosechar cosas buenas”. Ellos lo hicieron, y los resultados lo corroboran En esta última parte del informe concretado por el Archivo Histórico Municipal de Brinkmann, exhibimos algunas de las semillas plantadas por esta pareja y los frutos cosechados a lo largo de los años.
Archivo Histórico Municipal de Brinkmann
Catalina Moreno Montes de Oca fue una asidua visitante de Brinkmann, sus tierras; no así tanto Julio quien se encontraba originalmente ocupado de sus tareas comerciales, además de su prematuro fallecimiento. A raíz de que estas originalmente eran propiedad de su esposo, Catalina comenzó con la venta de parcelas, que ya habían sido cedidas a su nombre para lo que sería el pueblo que hoy habitamos. Ferviente cristiana, donó la capilla de Brinkmann al Arzobispado de Córdoba y mantuvo una constante comunicación epistolar para que se disponga de un cura en la misma. También donó un terreno al oeste de Brinkmann para el cementerio donde hoy descansan nuestros seres difuntos.
Los más viejos pobladores como José Gavelli y Carlos Clérico dejaron testimonios de que en los primeros años se celebraban las fiestas patronales en la Colonia Milessi el día de Santa Catalina de Alejandría (Patrona de las solteras y estudiantes), el 25 de noviembre, en honor de ella. Sencilla y afable en el trato, contó siempre con la estimación de quienes la frecuentaban.
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El 17 de agosto de 2018, una nutrida comitiva brinkmanense llegó hasta el cementerio de la Recoleta para ocuparse de un viejo anhelo, trasladar a nuestra tierra los restos de quien fuera el fundador de Brinkmann, su esposa, hija, yerno y nieto. Es así que, en un emotivo y multitudinario acto, y en un desapacible día, el 19 de agosto de 2018 fueron depositados en una bóveda en el lado sur del patio de la iglesia San Juan Bautista los restos de Julio Brinkmann, Catalina Moreno Montes de Oca, Arnolda Brinkmann, Belisario Roldán y Belisario Julio Roldán “Belisarito”. Finalmente, Brinkmann y su gente custodiará los restos de sus fundadores.
La procesión comenzó en el Templo San Cayetano sumándose a ella las instituciones de la ciudad y habitantes en general. Del acto participaron familiares de los fundadores de nuestra ciudad como Bettina Piñeiro Sorondo (bisnieta); Sergio Belisario Roldán y Mónica Arnolda Roldán (nietos de Belisario Roldán y de Arnolda Brinkmann, cuarta hija de nuestros fundadores; y bisnietos de Julio y Catalina); Constanza Piñeiro Sorondo (bisnieta de Catalina Brinkmann, segunda hija de nuestros fundadores y tataranieta de Julio Brinkmann y Catalina Moreno); Alejandro Ellis (nieto de Catalina Brinkmann, y tataranieto de Julio Brinkmann y Catalina Moreno; Rosa Sandler de Paz (esposa de Marcos Paz, bisnieto de Julio Brinkmann y Catalina Moreno); Ignacio Passo (nieto de Fany Brinkmann, bisnieto de Enrique Brinkmann, tercer hijo de nuestros fundadores y tataranieto de Julio Brinkmann y Catalina Moreno); Nahuel Ignacio Bazillo (hijo de Mónica Arnolda Roldán, bisnieto del escritor Belisario Roldán, y tataranieto de nuestros fundadores); Gonzalo Bazillo (hijo de Mónica Arnolda Roldán, bisnieto del escritor Belisario Roldán, y tataranieto de nuestros fundadores.); nietos y bisnietos de Aurelio Brevi, administrador de Julio Brinkmann,; Sra Rita Brevi. El Intendente Municipal de Brinkmann era el Dr. Gustavo Tevez y el obispo de la diócesis San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, brindó un responso y minuto de silencio para luego proceder al depósito de los restos de los fundadores y su familia en la bóveda construida para tal fin. Finalmente, Brinkmann y su gente custodiará los restos de sus fundadores.
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El legado
La palabra gracias, entendemos, no es una simple expresión de cortesía, tiene un poder liberador que permite el desapego y facilita el perdón. Creemos oportuno en este cierre, tomarnos el atrevimiento, de agradecer en nombre de toda la sociedad brinkmanense la enorme tarea concretada por Catalina Moreno Montes de Oca de Brinkmann en favor de niños y niñas, jóvenes, desposeídos y por su contribución y gestiones tendientes a propender el progreso de este, su pueblo y a Julio, nuestro fundador, por su visión y empuje que hicieron posible nuestra hoy ciudad los recuerde y agradezca sin paréntesis a lo largo de la historia. Para los que hoy habitamos este suelo y para aquellos foráneos que dichosamente recibimos y recibiremos, tenemos para evidenciar el monolito dedicado a Julio; la Casa del Fundador, donde actualmente funciona el museo y algo muy importante: el CENI Julio Brinkmann, un centro educativo nivel inicial que desarrolla sus tareas en el Barrio Jardín de nuestra ciudad y por supuesto, la ciudad que lleva su nombre.
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Las personas que sirven a una comunidad o al prójimo por libre y propia decisión merecen ser ubicadas en el más alto sitial, de forma tal que desde allí su fuerza impulsora nos motive imitarla. Catalina y Julio se encuentran en esa pieza y nuestra obligación es recordarlas eternamente.