Arquitectura
Juan Manuel Balsa: “Recibir este premio es un honor y un estímulo muy valioso”

El sanfrancisqueño fue distinguido en Estados Unidos con uno de los premios más prestigiosos para jóvenes en arquitectura.
El arquitecto sanfrancisqueño Juan Manuel Balsa fue recientemente galardonado con uno de los premios más prestigiosos en el ámbito de la arquitectura emergente: el Architectural League Prize for Young Architects & Designers, una distinción que cada año entrega la Architectural League de Nueva York a estudios jóvenes que demuestran excelencia y originalidad en su trabajo. Balsa comparte el reconocimiento con sus colegas cordobeses Rocío Crosetto Brizzio de Villa María y Leandro Piazzi de Córdoba Capital, con quienes presentó un estudio con más de diez años de trayectoria.
“La noticia nos llegó por notificación oficial. Luego, nos invitaron a participar de una ceremonia de premiación, una exposición de nuestro trabajo y una conferencia donde presentaremos nuestra práctica. Es un honor estar involucrados en todo este proceso”, contó Balsa en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO. Cabe mencionar que estas presentaciones y ceremonia oficial se realizarán en los meses de junio y julio.

El Architectural League Prize es uno de los reconocimientos más codiciados para arquitectos jóvenes en Estados Unidos, está destinado a profesionales menores de 40 años o con un título obtenido hace no más de diez años, que residan en Estados Unidos, México o Canadá. Lo han recibido arquitectos muy reconocidos de estos países y se entrega todos los años desde la década del 80.
A diferencia de otros premios centrados en obras específicas, este galardón valora la trayectoria y el enfoque conceptual de las prácticas emergentes. “No presentamos un proyecto puntual, sino una selección representativa de los trabajos más significativos que realizamos en estos diez años. Fue una manera de compartir nuestra evolución profesional y cómo cada obra fue construyendo nuestra mirada sobre la arquitectura”, explicó Balsa.

Desde San Francisco al mundo
Juan Manuel Balsa nació en San Francisco, y dio sus primeros pasos en la arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba. Luego completó una maestría en la Universidad de Navarra, España, y actualmente reside en Boston, donde se desempeña como Profesor Visitante en la prestigiosa Rhode Island School of Design (RISD). Su trabajo combina la práctica profesional con la docencia universitaria, una doble faceta que enriquece su mirada sobre la disciplina.
“Recibir este premio es un honor, un estímulo enorme y muy valioso. Nos invita a seguir trabajando con el mismo compromiso con el que comenzamos, a explorar nuevas ideas y proyectos, manteniendo siempre la seriedad y la pasión”, expresó.
Si bien Balsa no cree que el premio vaya a cambiar sustancialmente el panorama de la arquitectura en sí, reconoce que tendrá un impacto importante en su carrera. “Sin dudas, abre nuevas puertas. Nos permitirá seguir creciendo y consolidando nuestra práctica profesional, sobre todo en la academia estadounidense”, dijo.
Una década de trabajo colaborativo
El trabajo en conjunto entre Crosetto Brizzio, Piazzi y Balsa comenzó hace más de diez años, en Córdoba. Desde entonces, han desarrollado una serie de proyectos que combinan sensibilidad territorial, enfoque crítico y un diálogo constante con colegas y comunidades. Este recorrido fue el que capturó la atención del jurado internacional.
“El premio también es un reconocimiento a la colaboración. En estos años trabajamos con muchos colegas y amigos que enriquecieron nuestra experiencia. Esta distinción celebra también esa red de trabajo compartido”, destacó Balsa.
La ceremonia oficial del Architectural League Prize se llevará a cabo en los próximos meses en Nueva York, donde los galardonados presentarán su obra en una exposición colectiva y participarán de conferencias abiertas al público.
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El trabajo de los ganadores
El estudio que premió a los cordobeses tiene sedes en Estados Unidos y Argentina. Fundado en 2014, “BALSA CROSETTO PIAZZI” se caracteriza por una cuidadosa atención a la materialidad y los métodos de construcción. Según sus propios integrantes, su enfoque de diseño integra “las redes y ciclos de materiales, personas, ecologías, conocimientos y recursos que forman parte de la construcción arquitectónica”.
El estudio trabaja en múltiples escalas y contextos, tanto urbanos como rurales, desarrollando desde instalaciones públicas hasta viviendas, espacios de reunión y otros encargos.
Entre sus proyectos destacados se encuentra El Quincho, un pabellón construido junto a un lago con ladrillos locales, concebido como espacio de encuentro para el asado. También resalta El Baño Rural, un conjunto de sanitarios para productores lecheros en las afueras de Córdoba, realizado con láminas de acero galvanizado plegadas e inspirado en el paisaje industrial de las pampas. Otra obra sobresaliente es Casa con Techo Inclinado, una vivienda diseñada para jóvenes profesionales, que utiliza muros gruesos de ladrillo, vigas de hormigón y un techo de acero prefabricado que permite recolectar agua de lluvia y proteger del sol.
Estos proyectos reflejan la visión del estudio, que concibe la arquitectura como un entramado de materiales, personas, ecologías y saberes interconectados.