Josefina: la ruta de un pueblo gastronómico
Con una obra de conectividad vial clave, recibe comensales de otras localidades, atraídos por su cocina de campo abundante. Las pastas y los fiambres se destacan en las cartas de los tres comedores que conviven en una comuna de mil habitantes que se reinventan para no bajar la persiana en tiempos de crisis y paladares más cambiantes.
Pese a la crisis que ahoga al sector comercial, los comedores de Josefina logran mantener a sus comensales de la región que cada fin de semana "copan" el pueblo en busca de sus fiambres y pastas caseras, revalidando su título de polo gastronómico del interior provincial.
En este sentido, mucho tiene que ver la pavimentación de la Ruta 22 en el tramo que une Josefina con Bauer y Siguel, una obra vital para la conectividad de los pueblos que también hace su aporte a la gastronomía josefinense, atrayendo a nuevos comensales.
Así lo señalan los propios dueños de los tres comedores que demuestran que se puede sobrevivir a la competencia, pese a estar separados por pocas cuadras de distancia y ofrecer un menú similar que se centra en la comida casera.
"La crisis golpeó a la clase trabajadora, que antes venía todos los fines de semana a comer y que tuvieron que recortar sus salidas", manifestaron los empresarios gastronómicos en una recorrida que realizó LA VOZ DE SAN JUSTO.
Nuevos clientes
Aseguraron que "todos los sábados trabajamos con capacidad completa; el público va rotando, tal vez antes venían siempre y ahora, con menor frecuencia, pero aparecen nuevos clientes, de pueblos vecinos que tienen la comodidad de una ruta pavimentada".
"Estos últimos fines de semana, recibimos gente de localidades santafesinas como Vila, Ramona y tenemos mucha expectativa de cara al futuro", precisaron.
Ubicado a la vera de la autovía 19, a 9 kilómetros de San Francisco, Josefina recibe cada fin de semana a más de 300 personas, un 30% de los vecinos que allí residen (1.000 habitantes) motorizando así la economía regional. El paso del tiempo dejó atrás a los pioneros en este rubro, pero abrió las puertas a otros emprendimientos que hoy apuestan a seguir creciendo de la mano del desarrollo del pueblo y de obras de infraestructura como la pavimentación de la Ruta 22.El pueblo que "suma" 300 habitantes cada fin de semana
El pueblo del buen comer
Fiambres caseros, "la vedette" del menú
En el ingreso el pueblo, a media cuadra de la plaza, un pintoresco restaurante recibe a los visitantes. Se trata de "El Quincho de Carlos", el más antiguo y concurrido, atendido por su propietario Carlos Wasinger.
A unas siete cuadras, "La Familia", que tiene como protagonistas a Clelia Bono de Sicardi y los suyos. Hace dos años transformó el garaje de su casa en un comedor que cada sábado recibe a unos 75 comensales. Pegado a éste, "Plaza Jota", la propuesta más joven que funciona desde junio, pero en un lugar emblemático para el rubro siendo que allí empezó la historia gastronómica, hace 30 años, de la mano del tradicional "Maricar".
Con la comida casera como base, pero con su impronta distintiva, cada uno logra mantener "cautivo" a sus comensales, asegurándose de que vuelvan cada fin de semana.
Reconocieron que "más allá de los gustos de cada uno, todos vienen por los fiambres caseros, en segundo lugar por las pastas y como complemento, la parilla".
"Esto responde a las costumbres de campo, siendo que no es convencional comer estas cosas en otro lugar", manifestaron los propietarios de los comedores.
Todos ofrecen un menú fijo que incluyefiambres y pastas caseras, parrilla, postre y bebida, a un valor que ronda entre los $550 y los $620.
No obstante, cada uno tiene su marca gastronómica con diferentes cortes de carnes, variedades de pastas y postres de la casa.
Carlos Wasinger junto a su esposa Ivana en "El Quincho de Carlos"
Mantener la calidad, la estrategia de Carlos
Desde hace 15 años "el Quincho de Carlos" se transformó en un clásico a la hora de elegir una "escapada" gastronómica de fin de semana.
Su propietario,Carlos Wasinger, es empleado de la comuna pero tiene unalarga trayectoria en el rubro ya que se desempeñó como mozo desde los 18 años.
Afirma que la crisis golpea a la hora de definir el precio de los platos, pero apuestan a mantener la calidad de la comida siendo que su mayor publicidad es "el boca a boca".
"No podemos aumentar los precios de la tarjeta acorde a la suba de la inflación, porque si no la gente no puede venir. Somos conscientes que para la clase trabajadora es prácticamente imposible, porque recortaron sus salidas ante la crisis económica", manifestó Carlos.
En este sentido, explicó que "gente que venía todos los sábados y tal vez destinaba el dinero que ganaba en las horas extras para venir a comer, algunos lo hacen con poca frecuencia y otros ya dejaron de venir".
Asimismo, Carlos reconoció que "para nosotros también se hace difícil porque en este último año se triplicaron los gastos de luz y gas; sin embargo seguimos apostando a mantener la calidad de las comidas, que es nuestra carta de presentación".
Rica
y abundante, así es la cocina que atrae a vecinos de toda la región
Mayonesa de hojaldre, y menús agridulce, la apuesta de "La Familia"
Patricia Sicardi es- junto a su madre Clelia, su esposo Gabriel y sus hijos Julián y Samuel- la que lleva adelante el comedor "La Familia" el cual ocupa lo que algún día fue el garaje de la casa de Clelia, quien también data de vasta experiencia en la cocina, siendo que tradicionalmente estuvo vinculada al rubro.
"Comenzamos con este emprendimiento en julio de 2017, y desde allí nunca hubo una mejora de la coyuntura económica, sino que la crisis se fue acentuando", comentó Patricia.
No obstante, dijo que "tratamos de brindar alternativas para todos los gustos para que cada fin de semana nos elijan".
"La Familia", un emprendimiento de Clelia Bono de Sicardi y los suyos.
Patricia precisó que algo poco convencional para los comedores de la zona es la denominada mayonesa de hojaldre más conocida como torre de panqueques que en este caso combina en casa "piso" jamón y queso, palmitos con salsa golf y queso roquefort con crema. A las 15 variedades de fiambres, se suman los pickles y berenjenas en escabeche y platos agridulces como carne al horno a la ciruela, que se convierten en una variante para la tradicional parrilla.
"Los sábados anexamos lechón y cordero a la parrilla, pollo a la espada", agregó.
"La Familia" abre los jueves, viernes y sábados, y los domingos, solo al mediodía.
El
desafío de atraer a los jóvenes
Micaela Yudi tiene24 años y es desde julio la encargada de llevar adelante "Plaza Jota", el nuevo comedor de Josefina además de mantener el menú tradicional apuesta a la incorporación de nuevas propuestas a la carta con el objetivo de sumar a la juventud.
Así, desde su inauguración en junio pasado, agregó pizzas, milanesas con papas fritas y papas con huevo. Entre los postres, la especialidad de la casa brownie casero con helado.
Abre los viernes y sábados por la noche; también los domingos al mediodía.
Micaela Yudi, al frente del local gastronómico "Plaza Jota"
"Los viernes incorporamos comidas rápidas para que el público joven pueda sumarse, siendo que no hay muchas alternativas en el pueblo. También variamos el menú los viernes sumando carne al horno, a los fiambres y la pastas", señaló Yudi, la sanfrancisqueña que "emigró" a Josefina para llevar adelante este emprendimiento junto a su hermano y sus padres.
Anticipó que para el verano "ya pensamos en picadas y cerveza para poder aprovechar la hermosa vereda que iluminamos".
El pueblo del buen comer
"Hay
lugar para todos"
Pese a que pocas cuadras los separan, los
tres comedores demuestran que "hay lugar para todos" en el pueblo. "Se puede convivir y todos trabajar bien
todos a la vez, de hecho, cuando tenemos las reservas completas, les
recomendamos que vayan a alguno de los otros dos comedores", contó Carlos. "Cada uno tiene su nombre y su impronta
lo que nos permite trabajar a los tres bien", señaló Micaela. "No
nos podemos quejar, si bien podríamos tener más gente los viernes, nuestra
expectativa es ampliar, a futuro y poder crecer",
contó Patricia.