Día Mundial del Donante de Sangre
Jorge Tomé Seif: “Donar sangre te deja una gran satisfacción espiritual”

El Círculo RH Negativo de San Francisco agrupa a personas con un factor sanguíneo poco común, que requiere una coordinación especial para ofrecer respuestas en situaciones de urgencia. Uno de sus integrantes, resalta el valor solidario de esta red y la importancia de sumarse a esta causa que salva vidas.
Hoy, 14 de junio, se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud para agradecer a quienes realizan este acto voluntario y salvar miles de vidas cada año. La elección de esta fecha no es casual: se celebra el nacimiento de Karl Landsteiner, médico y científico austríaco que descubrió los grupos sanguíneos y permitió que las transfusiones de sangre pudieran realizarse de forma segura.
Aunque en muchas partes del mundo se han desarrollado sistemas eficaces para la donación y distribución de sangre, las reservas siguen siendo vulnerables. Y esto se vuelve aún más complejo cuando se trata de factores sanguíneos poco frecuentes, como el RH (-).
En San Francisco, un grupo de personas viene trabajando desde hace más de cuatro décadas para responder a esa necesidad específica. Se trata del Círculo RH Negativo (Madre Teresa de Calcuta 48), una red solidaria y organizada de donantes con este factor, que se activa en situaciones de emergencia. “El círculo es una respuesta que se le da a la sociedad ante la relativa escasez de sangre del grupo negativo”, explica Jorge Tomé Seif, miembro de la organización. “En una sociedad donde hay poca de esa sangre, la idea es: juntemos los ciudadanos de la ciudad y alrededores, y ayudémonos entre nosotros”.
Hoy, el círculo cuenta con alrededor de 2.000 inscriptos, aunque no todos están en condiciones de donar. “Hay una porción que son pasivos, que ya no pueden donar por cuestiones de salud, por edad o por ser menores. El resto son donantes activos, que ayudan cuando alguien del grupo necesita sangre”, detalla Tomé.
¿Qué significa tener RH negativo?
La sangre se clasifica en distintos grupos según dos sistemas: el ABO (grupo A, B, AB o 0) y el factor RH (positivo o negativo). Este último hace referencia a una proteína presente (RH positivo) o ausente (RH negativo) en los glóbulos rojos. Actualmente, alrededor del el 5% de la población de San Francisco tiene factor RH negativo, lo que convierte a estas personas en una minoría con necesidades específicas en el sistema de donación, mencionó Tomé.
Las personas con este factor solo pueden recibir sangre de otros RH negativo, pero pueden donar a personas RH positivo solo si su grupo sanguíneo es compatible. Esta condición los convierte en donantes valiosos, pero también vulnerables si no hay unidades disponibles en casos de urgencia al ser minorías.
“Por eso es importante que estemos organizados —insiste Jorge—. Porque si alguien con este factor necesita sangre y no hay en los bancos, cada minuto cuenta”.
El mecanismo de funcionamiento del círculo es ágil y directo. “Cuando un afiliado necesita sangre, nos contactamos con los donantes compatibles a través de una base de datos. Luego Se les indica que vayan a donar a Hemocen. Es todo muy coordinado”.

Vencer mitos y el valor humano
Una de las barreras que todavía persiste en torno a la donación de sangre en general es el miedo o el desconocimiento. “Hay que vencer ciertas creencias erróneas. Hay gente que piensa que donar hace mal, y es todo lo contrario. Muchos se sienten mejor después de donar, porque el cuerpo se renueva”, afirma Jorge.
Sí es importante tener precauciones: “Después de donar, si uno tiene que manejar una maquinaria pesada o realizar tareas de riesgo, conviene descansar medio día. Pero si trabajás en una oficina, por ejemplo, no hay problema”.
Más allá de la logística y los datos, lo que moviliza a Jorge y al resto de los integrantes del círculo es la dimensión humana y espiritual de la donación.
Con la convicción de quien ha ayudado durante años, Tomé deja una reflexión que resume el espíritu de la donación de sangre: “Donar te deja una gran satisfacción espiritual —dice con énfasis—. Lo hiciste por alguien que muchas veces ni siquiera conocés. Y a veces es mejor no saber quién fue, porque eso lo convierte en un gesto completamente desinteresado. Y esa, es una satisfacción doble”.