Jesús “Nene” Ramallo, el cartero que se despide tras 51 años de trabajo

El hombre de 65 años se retiró de su labor de cartero luego de más de 50 años de oficio. La mayoría de su trabajo lo ejerció en su pueblo natal de Saturnino María Laspiur, pero también estuvo en Freyre y Las Varillas, donde ninguna dirección fue imposible para este cartero.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Con tan solo 14 años, Jesús "Nene" Ramallo
comenzó a trabajar como cartero, oficio
que heredó de su padre. Con su bicicleta dejó huellas de sus recorrido por Saturnino María
Laspiur, pero también dejando huellas en
Freyre y Las Varillas. Hace
un mes, se bajó de la bicicleta con lo que había sus recorridos y dejó las
oficinas del Correo Argentino. A "Nene" todos los conoce es un ejemplo de
trabajo entre sus coterráneos. Es que este cartero muchas veces fue "cómplice" de historias de amor; un mensajero
de buenas y malas noticias y muchas veces un amigo de quienes no sabían leer
para confiarles las novedades que traían aquellos sobres. Aunque reconoció que por los avances
tecnológicos la tradicional "carta" está por desaparecer, aseguró que el correo
se está haciendo más fuerte que nunca gracias a la paquetería, algo que ocurrió
sin querer, gracias a la venta online en pandemia. Por el pueblo, faltará verlo en su
bicicleta pero su espíritu siempre estará por las calles con su chispa única de
cartero. "Hasta el último día de mi trabajo se lo dediqué al correo", dijo
Jesús Nene Ramallo a LA VOZ DE SAN JUSTO. El hombre tiene en su haber 51 años de
servicio ininterrumpido. "Aun no estoy jubilado, me retiré y lo extraño mucho.
Nunca voy a olvidarme de la función que tenía porque amo el correo. Fue muy
emotivo para mí abrir la puerta el último día del correo y no cerrar
porque sentí que perdí algo que era como
propio. Fue como entregar la llave mi casa", expresó conmovido. Nene es nacido en Saturnino María Laspiur.
A los catorce años, en junio de 1970 y por consejo de su papá que era por aquel
entonces Jefe de Oficina del Correo en el pueblo, ingresó por una vacante
disponible. Su labor era ser mensajero
transitorio, es decir, enviar los telegramas y las cartas expreso que llegaban
a los vecinos; una función que hoy ya no existe. En 1978 lo trasladaron a las oficinas de
Freyre donde estuvo hasta 1986. "Por el golpe militar me trasladaron, ya que
redujeron el personal en mi pueblo. Allá
estuve ocho años cumpliendo la función al público y traslado de correspondencia
y algunas tareas administrativas", recordó. Para 1986, el destino lo llevó a Las
Varillas, donde volvió a su origen, el de mensajero. "En esa ciudad estuve
trabajando cinco años, pero seguí viviendo en Laspiur. Viajaba para trabajar,
una semana a la mañana y otra a la tarde, porque era un lugar más grande y
entonces éramos dos los mensajeros de distribución de telegramas y cartas
expreso que trabajábamos en los dos turnos". Según Nene, "la labor era mucho más extensa
que la de un cartero porque ellos distribuían solo por sector, pero nosotros
debíamos hacerlo en toda la ciudad". "Al no conocer mucho la ciudad empecé a
guiarme por la altura de las calles. Con los años, fui conociendo a las
personas. La diferencia del trabajo
entre los pueblos y las ciudades es que, en los primeros, uno no va a una
dirección sino a la ´casa de tal o cual´. Era más familiar". Por aquel entonces, en Las Varillas
funcionaban dos empresas importantes que incorporó muchos empleados de afuera,
lo que agilizaba el trabajo de mensajeros y carteros: "Había miles de empleados
entonces tuve que aprender que en una casa podía haber detrás otros
departamentos. Era como conocer la trastienda de los hogares. Había que
acostumbrarse y felizmente lo pude hacer porque tenía la virtud y la agilidad
de mi juventud", reveló contento. Tras la etapa de Las Varillas, surgió una
vacante en Laspiur para trabajar en la oficina y Nene hizo mención a su
traslado por lo que pudo volver al lugar donde todo comenzó. Desde fines de 1991, ya en Laspiur, Nene
volvió como cartero y al poco tiempo, fue el único hombre a cargo de la
oficina. Entonces, fueron muchas sus funciones. "Aquí quedó como una oficina
unipersonal. Tengo la categoría de jefe, pero hacía todas las funciones por eso
en mi pueblo me conocen más como cartero que como jefe", contó.De
pueblo en pueblo
El histórico cartero del pueblo, distinguido por
su labor
Un aliado
Las experiencias de Nene fueron muchas en más de medio siglo de oficio, desde las relacionadas a la política hasta en cuestiones amorosas; siendo una especie de "cupido mensajero". "Desde el inicio de mi trabajo en el correo estuve abocado a distintas tareas. Antes se votaba en las escuelas primarias Dalmacio Vélez Sarsfield y Olegario Víctor Andrade (Laspiur). Por aquel entonces llevábamos las urnas de madera que eran pesadísimas. Después la actividad electoral se centró únicamente en el edificio Vélez Sarsfield y luego pasó al Ipem 287. Son muchos recuerdos. Las elecciones Paso de Septiembre de este año fueron las últimas para mí", expresó.
"También me ocurrió que parejitas me preguntaran si había alguna carta para ellos y en otras ocasiones, personas que no sabían leer, me pedían que los ayude. No quería leer sus intimidades, pero me pedían que les lea sus cartas. Muchas madres también me pidieron que les lea las cartas de sus hijos que estaban en el Servicio Militar Obligatorio".
Para Nene, no hay malos recuerdos con los destinatarios de sus mensajes. "Cuando hacía calor, la gente te invitaba con un vaso de agua y que estés al resguardo del sol o te convidaban un mate. Era como uno más de la familia".
El oficio de cartero corre por las venas de Nene. No solo por su experiencia sino porque fue su padre quien lo llevó a dar sus primeros pasos en él. "Cuando era chico se estudiaba y se trabajaba. En aquel tiempo, mi padre usaba una vestimenta parecida a la de un policía y yo, alcancé a usar una ropa con birrete como usaban los conscriptos (bromeó). Cuando hubo una vacante, no dude entrar", rememoró el entrevistado.
De las cartas a los paquetes
En la actualidad, todo avance parece poner en riesgo lo anterior. Al principio, la carta pareció ser amenazada por el teléfono fijo. Ahora, la mensajería instantánea de las redes sociales y del mismo WhatsApp con el teléfono celular, parecen firmar la fecha de defunción del clásico escrito enviado por correo para dejarle lugar a algunas actividades como lo fue en el principio, los telegramas.
Sin embargo, y aunque la pandemia parece haberse llevado muchas cosas, le permitió al correo reinventarse o tal vez, hacerse fuerte a través de otro de sus servicios: el envío de paquetería.
En los primeros seis meses del año, el e-commerce en la Argentina facturó $ 631.788 millones, un incremento del 101 por ciento con respecto al mismo período de 2020. Estas ventas, claro, fueron enviadas y el proceso de paquetería es parte del auge.
Para Ramallo, quien atravesó todos los procesos que tuvo la carta en las últimas décadas, "la carta, como todo, está desvaneciéndose y vi ese proceso, pero hoy, el correo no tiene una visión fijada sobre la carta sino sobre la paquetería porque ellos mismos ven que allí está el secreto se seguir. La pandemia lo ayudó mucho".
La oficina de Laspiur hoy cuenta con un trabajador que desde Las Varillas hace la entrega dos veces a la semana, pero para Nene esa oficina siempre será su casa. "Ser cartero es muy especial para mí. Fue muy importante tener este oficio porque tuve la suerte de ingresar muy joven y trabajar con gente mayor que me enseñó muchísimo especialmente a asumir las responsabilidades que tenía", concluyó.