Jazmín Villalba, nuestra embajadora musical

A sus 12 años, Jazmín Villalba convirtió su primera competencia internacional en un mensaje de esperanza. Desde San Francisco hasta Odessa, Ucrania —cuna de algunos de los mejores violinistas del mundo y hoy una ciudad marcada por la guerra y los apagones— su interpretación viajó por video para ser evaluada por un jurado que, aun entre sirenas y oscuridad, encontró en su música una luz. Obtuvo el segundo puesto, siendo la única participante de Sudamérica. 

Disciplina, sensibilidad y una madurez poco común hicieron que aquella niña que miraba tocar a su hermano hoy cruce fronteras con su violín y se convierta en inspiración para toda la comunidad desde las aulas del Conservatorio de nuestra ciudad.