Cultura
Jazmín Cena: la poesía como desahogo y compromiso
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Con apenas 16 años, la sanfrancisqueña escribió su primer libro de poemas, “Tan trágico, tan poético. Corazones incomprendidos”, que presentará próximo fin de semana en la Feria del Libro de Córdoba.
Por María Laura Ferrero | LVSJ
Jazmín Cena tiene 16 años y cursa quinto año B en el Ipem N°96 “Prof. Pascual Bailón Sosa” de San Francisco. Como muchos jóvenes, empezó a escribir sin saber bien qué estaba haciendo, como un modo de desahogo. Pero la escritura se fue transformando en poesía y, casi sin darse cuenta, había reunido más de sesenta textos.
El giro inesperado llegó gracias a una amiga, Lucila, que decidió enviar uno de esos poemas a distintas editoriales. Bastó un simple mail para que la cordobesa Tinta Libre se interesara en su trabajo y se pusiera en contacto con ella. Desde entonces comenzó un proceso de varios meses de selección, corrección y diseño que culminó con la edición de “Tan trágico, tan poético. Corazones incomprendidos”, el primer libro de Jazmín.
“Yo empecé a escribir porque, viste, cuando no sabés lo que sentís, no te explicás, no te encontrás. Bueno, yo escribía sobre lo que me pasaba con referencias por ahí medias raras o palabras, oraciones que muchos no entendían”, recordó.
El aula como semillero
Todo cambió en cuarto año, cuando en la materia Lengua y Literatura apareció la poesía como contenido curricular. El profesor Nicolás Valle, según contón Jazmín, tuvo un papel clave. “Empecé a relacionar lo que yo escribía con lo que estábamos viendo, porque para mí eran palabras al azar, era todo suelto. Y ahí me di cuenta de que esto podía tener forma”, relata.
No fue de un día para otro. La adolescente ya venía escribiendo desde los 13 años, en plena preadolescencia, y al encontrarse con los textos poéticos en el aula comprendió que lo suyo podía transformarse en un género. “Empecé a armarlo más estructuradamente y digo ‘ah, así es algo’”. Sin saberlo, estaba sentando las bases de su primer libro.
El rol de la escuela resultó decisivo. No sólo porque le brindó herramientas técnicas para pulir su estilo, sino porque también le permitió validar su propia voz. “Si no hubiera sido por la materia, quizá no lo habría pensado como poesía”, admite. Para Jazmín, escribir fue y sigue siendo un modo de encontrarse a sí misma: “Siempre sirve una forma de encontrarte a vos si no te encontrás en los demás”.
La puerta que se abrió
El salto del celular al libro llegó gracias a un gesto inesperado. Una amiga suya, Lucila, tomó uno de sus poemas –titulado “Te amo”– y lo envió a varias editoriales. “No sé, creo que la mandó a varias”, contó Jazmín entre risas. “Pero Tinta Libre, de Córdoba, fue una de las que contestó. Las otras decían, por ejemplo, ‘no estamos en época de aceptar manuscritos’. Y eso”.
El poema elegido hablaba de “la desesperación o la necesidad de sentir que esa persona te ame, cuando ves que la otra persona no lo hace pero necesitás que lo haga”. Esa sinceridad impactó a los editores, que buscaron el número de Jazmín y empezaron a comunicarse por WhatsApp.
“Me sorprendió que contestaran. Fue como ‘guau’, no lo pensé. Nunca lo pensé”, recordó la autora. A partir de ese momento empezó un proceso intenso de cinco o seis meses de selección, correcciones y diseño. “Ellos me mandaban, yo mandaba, mandaba…”, resumió.
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Ella estuvo en todo el proceso aprendiendo pero también sugiriendo lo que le gustaba. La tapa original, dorada, no la convencía: pidió cambiarla por otra con tonos más misteriosos y la imagen de un bosque iluminado, “algo que no te diga de qué se trata el libro”.
A lo largo de esos meses, Jazmín tuvo que seleccionar entre más de sesenta poesías. Muchas quedaron fuera. “Lo que me pasaba es que por ahí yo seleccionaba, iba escribiendo más, y al final me gustaba más lo nuevo que lo viejo. Me encontraba más en lo nuevo”, dijo.
El asesoramiento editorial también la hizo repensar su estética. “Por ejemplo, hay puntos suspensivos que no se pusieron porque quedaba mejor así. Por ahí yo decía ‘pero eso me gustaba como quedaba estéticamente’, pero ellos saben más”. Fue, en sus palabras, “un aceptar” que no alteraba el sentido de sus poemas.
Cuando finalmente tuvo el libro en sus manos, la emoción fue indescriptible. “Cuando la tuve fue como ‘no me estafaron’”, confesó riéndose, aludiendo al miedo que sintió al principio de ser víctima de alguna estafa editorial. El ejemplar impreso se convirtió en prueba tangible de que su sueño se había vuelto realidad.
Incomodar, emocionar y denunciar
El título del libro, “Tan trágico, tan poético. Corazones incomprendidos”, anticipa el tono de los textos. “Antes me encantaba la poesía simple, ligera, que no tiene tantas vueltas. Ahora me empezó a gustar más la que te da un montón de vueltas, por ahí usa palabras más inusuales. Palabras que generen un impacto”, explico Jazmín sobre la evolución de su estilo.
Los temas son variados: el amor y el desamor, la inseguridad adolescente, las relaciones con los adultos, la violencia de género, la injusticia social e incluso la política. “Son temas que para mí se tienen que hablar, porque si no no avanzamos más. Es como: hay que hablarlo porque si no uno lo termina normalizando”, sostuvo.
Uno de los poemas más potentes es “No estás sola”, sobre violencia contra la mujer. Otro, “Sin elección”, aborda la política desde una mirada crítica. Y “Te amo”, el que disparó todo, se lee con una urgencia emocional que desarma.
Para ella, ese poema “hay que leerlo con la necesidad, con la emoción, lo tenés que sentir”. Son palabras fuertes, con peso. “Hasta una persona adulta… si no lo sentí es complicado decirlo”, reflexionó.
La importancia de escuchar
En tiempos en que suele repetirse que los adolescentes “están todo el día metidos en las pantallas”, la experiencia de Jazmín demuestra otra cara: la de jóvenes que escriben, reflexionan y se comprometen con temas complejos. “Está bueno que una persona joven lo hable para que los adultos no piensen que los jóvenes no nos metemos y no queremos”, afirmó.
Escribir, para ella, fue y es una forma de desahogo. “Yo desahogarme un montón. Lo sigo haciendo, lo seguiré haciendo. Cada vez más complejo, cada vez más estructurado, cada vez mejor”.
Sus hábitos también fueron cambiando. “Siempre escribí en el celu y últimamente estuve escribiendo en un cuaderno. Me recomendaron escribir ahí para desconectar mejor”. Sin embargo, reconoce que a veces la urgencia gana: “Cuando me pasa algo y siento algo fuerte, enseguida tengo que escribir esto y no tengo cuaderno a mano. Agarro el celular. Escribo rápido”.
Futuro abierto
Aunque su presente la encuentra en pleno lanzamiento de un libro, Jazmín ya tiene otros planes para su vida profesional. “Siempre me organicé como proyecto de vida terminar la secundaria, hacer mientras un curso para entrar a la facultad de Medicina, e irme por la rama de psiquiatría. Me encanta la parte psicológica y el cuerpo humano, así que es el punto donde se unen”, contó.
Pero no descarta que la literatura la lleve por otro camino. “Si esto me lleva a otro lugar, a un lugar más profesional, estaría bueno, estaría bueno, estoy abierta a oportunidades”. Quizá, como ella misma dice, “la vida te sorprende”.
Por ahora, se mantiene en esa encrucijada: seguir escribiendo cuando le nace, anotar frases sueltas que escucha en una charla con una amiga, perfeccionarlas en casa y convertirlas en poemas. “Va surgiendo así”, explicó. Un proceso orgánico, que no responde a planes rígidos pero que ya dio su primer fruto editorial.
Una historia que inspira
La historia de Jazmín Cena no es sólo la de una adolescente que publicó un libro. Es también la de una escuela que supo acompañarla, de un profesor que le abrió la puerta a la poesía, y de una amiga que creyó en su talento y envió un poema a una editorial.
En ese entramado, se vislumbra la importancia de generar espacios para que los jóvenes expresen lo que sienten y piensan. “Hay que hablarlo y está bueno que una persona joven lo hable para que los adultos no piensen que los jóvenes no nos metemos y no queremos”, repite Jazmín.
El próximo fin de semana, cuando se pare frente al público en la Feria del Libro de Córdoba para presentar “Tan trágico, tan poético. Corazones incomprendidos”, llevará consigo todo ese recorrido: el del celular, el cuaderno, las noches de selección, las correcciones y los cambios de tapa. Y sobre todo, llevará la certeza de que su voz –como la de tantos adolescentes– merece ser escuchada.
Lamberti, presente en la Feria del Libro de Córdoba
Del 4 al 20 de octubre, Córdoba vivirá la Feria del Libro 2025 bajo el lema “Humanismo y libertad. Una ciudad y mil poéticas”. Serán 16 días con más de 300 actividades gratuitas que incluyen charlas, presentaciones y talleres con escritores, periodistas e intelectuales de renombre. Entre los invitados destacados estará el sanfrancisqueño Luciano Lamberti, reciente ganador del Premio Clarín de Novela, quien participará de la jornada inaugural junto a Roberto Chuit en un diálogo sobre los desafíos de escribir desde el interior.