Política
Interna al límite: la UCR Córdoba votará el 3 de agosto con tensiones abiertas

El mestrismo lo considera un triunfo y exige que decidan los afiliados. Ferrer insiste en buscar acuerdos. Crece la tensión ante un posible acuerdo con Milei y se baraja una ruptura interna.
La Unión Cívica Radical de Córdoba definió su interna para el domingo 3 de agosto, apenas una semana antes del cierre de alianzas y dos antes del vencimiento para la presentación de listas. La decisión, consensuada en una tensa reunión del Comité Provincia encabezada por Marcos Ferrer, fue aprobada por unanimidad, aunque en la previa varios espacios internos habían anticipado su rechazo.
Con este movimiento, el partido se encamina a un desenlace con tres escenarios posibles: una lista de unidad, una interna competitiva o una ruptura con impacto nacional. Para Ferrer, quien preside la UCR provincial, la convocatoria no clausura el diálogo. “Pese a todos los esfuerzos que hicimos para encontrar consensos y arribar a un acuerdo, esto no fue posible. No pierdo la esperanza de que con la fecha puesta se puedan abrir los canales necesarios”, expresó a través de un mensaje interno.
Sin embargo, desde el mestrismo —la línea interna que lidera Ramón Mestre— interpretan la decisión como una victoria. “No les quedaba margen. Si no lo hacían, la propia Justicia los iba a obligar”, explicaron fuentes cercanas al exintendente. Desde febrero, Mestre y sus aliados vienen reclamando que se convoque formalmente al proceso electoral, incluso con presentaciones judiciales. Para su entorno, la definición del cronograma significa “un triunfo simbólico” que permite “igualdad de condiciones”.
En la reunión, las líneas Integración para una Confluencia Radical, Córdoba Abierta e Identidad Radical habían presentado una nota cuestionando la falta de resolución. “Es una nueva instancia que dilata una decisión que corresponde en derecho y nos aleja de la participación real de los afiliados”, denunciaron.
El telón de fondo es el intento del espacio de Rodrigo de Loredo por sostener el control del partido y llegar a octubre con margen de maniobra. Desde sectores críticos sospechan que la convocatoria busca ganar tiempo y evitar definiciones clave, como un eventual acuerdo electoral con Javier Milei, idea resistida por buena parte del radicalismo tradicional. “El objetivo de De Loredo es ganar ahora para ser candidato en 2027. Pero primero tiene que renovar su banca”, razonan en su entorno.
Tampoco se descarta un nuevo pacto con el PRO, aunque esa opción perdió fuerza por el reacomodamiento de sectores: parte del bullrichismo cordobés se alinea con La Libertad Avanza y otra parte ya articula con el peronismo provincial.
En este contexto, desde el mestrismo se baraja incluso el armado de una “Lista 3 pura” como alternativa rupturista, a pesar de reconocer que las chances electorales son reducidas. Lo que reclaman es que “sean los afiliados los que decidan si la UCR debe aliarse con un gobierno libertario”. Y advierten: “Si el problema es económico, los núcleos pondremos los recursos. Lo financiero no puede frenar la democracia interna”.
La convocatoria establece un piso de 10 mil votantes, incluyendo independientes, lo que obligará a una intensa movilización territorial. Mientras tanto, el partido se adentra en semanas clave con el desafío de evitar una compulsa fratricida y conservar cohesión frente a una meta que obsesiona desde hace un cuarto de siglo: volver al gobierno de la provincia.