Inolvidable

Fue otro de los que hizo su aporte a la historia grande del basquetbol de El Tala y aquellos que peinan canas lo pueden atestiguar. Es que quedó en la memoria de aquellos hinchas a partir de los logros conseguidos. Podría decirse que se constituyó en el entrenador más exitoso del club a favor de los ascensos consumados en la década del '90.

El salto a la Liga B en el '92 cerrando la serie en San Carlos de Bariloche ante Pehuenes y un nuevo brinco en el '94 al otrora Torneo Nacional de Ascenso (hoy Liga Argentina) tras el triunfo sobre Ciclista de Junín en el estadio "Luis Ferreyra", marcaron a fuego su vínculo con el "albo" y con San Francisco.

Prueba de ello es que del otro lado del teléfono no pudo ocultar su sorpresa y sensibilidad cuando recibió el llamado de LA VOZ DE SAN JUSTO, deseoso de conocer su actualidad pero más importante aún rememorar esos ciclos victoriosos. 

Desde su Río Tercero natal, alejado del deporte de los cestos y dedicado a la actividad comercial, Angel Gallardo retrocedió fugazmente en el tiempo para traer frescos esos imborrables momentos que guarda en su corazón parafraseando al clásico bolero del pianista cubano Julio Gutiérrez.

"Hola que alegría escucharte después de tantos años, la verdad estoy emocionado hasta se me cae un lagrimón no te miento, porque nunca olvidaré lo vivido en San Francisco con El Tala", contestó con su inconfundible tonada cordobesa para abrir la puerta a gloriosos recuerdos.

"El Tala representó mucho en mi vida como director técnico, si logramos nada menos que dos ascensos, tenía jugadores que respondían en los momentos más difíciles, excelentes personas y en la parte dirigencial me acompañaron dos grandes tipos como son José Herrera y "Titi" Dalmazzo que llevan al Club El Tala en el corazón", expresó. 

El tiempo de evocación empezó con la proeza en el estadio "Pedro Estremador" de Bariloche donde con sus muchachos tomó el ascensor a la Liga B el domingo 21 de junio de 1992.

"Después de haber ganado los dos primeros partidos en nuestra cancha (87-81 y 84-75) fuimos a Bariloche, el tercer juego lo perdimos por paliza (83- 104) y el cuarto tuvo un final para la infarto y lo cerramos con dos libres de Cavallo (96-95)". 

"Me acuerdo que nos acompañó un grupo de hinchas en ese fin de semana y cuando terminó el cuarto juego lo vi llorar a José Herrera camino al hotel. Fue una noche inolvidable para mí". 

Dos años más tarde, retomó su romance con la "Gloria" y corporizó el sueño de subir al TNA con el segundo puesto conseguido en el cuadrangular final de la Liga B tras derrotar en condición de local a Ciclista de Junín 91 a 86 el domingo 5 de junio de 1994.

"En el '94 le ganamos a Ciclista y ascendimos al TNA, recuerdo que el estadio "Luis Ferreyra" estaba repleto, y yo muy nervioso. Te digo la verdad, cuando estás a un paso del objetivo la tensión es insoportable". 

"Después jugamos una temporada en la que pudimos cumplir porque salvamos la categoría ante Puerto Madryn disputando la serie por la permanencia que ganamos 3 a 2 (102- 94, 117-104 (94), 91- 97 y 80-77)", añadió.

"La verdad que solo tengo lindos recuerdos, cuando volvimos de Bariloche todos los vecinos del club estaban esperándonos en la esquina y festejando, ese día como la noche en que le ganamos a Ciclista se me cayeron un par de lágrimas", contó con la voz quebrada por la emoción.

Hoy alejado de las canchas de parqué se gana la vida como un comerciante más. "Me retiré hace como 10 años más o menos, me fui conforme con lo que logré pero siempre pienso que tendría que haber sido más profesional. Estoy jubilado y actualmente tengo un emprendimiento de productos descartables".

Finalmente el breve pero ameno diálogo dio paso a la despedida no exenta de afectividad. "Sinceramente El Tala y San Francisco forman parte de mi vida, siempre los llevo en el corazón y estoy orgulloso de haber sido por lo menos por un ratito parte de ese gran club, de ese barrio y de sus vecinos", cerró.