Industrias en su día: “Hoy es más complicado producir que vender
A pesar de la mejora en los datos de actividad, entre los empresarios industriales hay incertidumbre respecto del contexto económico y el impacto por el aumento del costo de la energía.
Desde el año 1941, en nuestro calendario oficial, el 2 de septiembre es el Día de la Industria en conmemoración de aquel día de 1587 cuando se produjo la primera exportación argentina al exterior. Aquel 2 de septiembre de 1587 zarpó del fondeadero del Riachuelo la carabela San Antonio a con rumbo al Brasil. Llevaba tejidos y harinas de Santiago del Estero.
San Francisco le debe a su industria el auge que impulsó su crecimiento. De hecho, a principios del siglo XX comenzaron a asentarse aquí las primeras empresas que luego dieron forma al aparato productivo local que medio siglo más tarde potenció su crecimiento con el surgimiento de las primeras escuelas técnicas que dieron paso a la formación de pequeños talleres que luego se fueron transformando en grandes empresas, en su mayoría del rubro metalmecánico.
La presencia de la Fábrica Militar ha sido sin dudas la generadora de la mayoría de los empresarios que comenzaron haciendo experiencia que luego se desarrolló a partir de la compra de tornos.
Años más tarde, gracias al empuje y la visión de un grupo de empresarios locales se creó el Parque Industrial Piloto San Francisco, hoy conocido como "Parque Industrial, Tecnológico y Logístico San Francisco", una definición que representa con mayor exactitud y claridad la importancia y la diversificación de rubros.
Para este nuevo aniversario del Día de la Industria, la municipalidad organizó una disertación en Tecnoteca, hoy a partir de las 19. Disertarán los empresarios Roberto Macchieraldo (Macoser S.A.), quien hablará sobre la evolución de la industria en la ciudad; Carlos Barbero (Barbero S.A.), sobre la evolución de las empresas familiares; y Ariel Poli (Gatti S.A.) quien analizará la situación actual por la que atraviesan nuestras industrias.
El presidente de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región, Arturo Bienedell será el encargado de moderar la disertación.
Previo a este encuentro, LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con los empresarios quienes repasaron la realidad del sector frente a la incertidumbre económica y política y destacaron el aporte que brindan las empresas familiares al aparato productivo local.
Carlos Barbero, Roberto Macchieraldo y Ariel Poli.
Adaptación, el desafío de la tecnología
Macchieraldo integra el directorio de la firma Macoser S.A., creada en 1954 y desde entonces sostuvo un crecimiento sostenido que la llevó a ocupar los primeros planos nacionales en la fabricación de máquinas para coser y actualmente continúa con la producción de cocinas.
Recordó que "desde sus orígenes, la industria de San Francisco fue puramente metalúrgica, y sobre todo volcada hacia la máquina herramienta" señalando que el objetivo de este perfil estuvo claramente influenciado "por la creación de la escuela de Artes y Oficios que luego se conoció como Escuela del Trabajo que permitió capacitar a muchas personas que luego emprendieron sus propios proyectos. A esto se sumó la Fábrica Militar como generadora de emprendedores que luego formaron sus propias empresas".
En su caso, Macchieraldo ingresó a la empresa en los primeros años de la década del 60. Desde ese momento recorrió distintas funciones hasta que actualmente lo encuentra en una de las principales tareas directivas de la firma.
En todos estos años el empresario recalcó "la capacidad de adaptación que tuvimos que enfrentar por el avance de la tecnología. En un principio en la empresa había secciones de torneado, fresado, perforado y luego, con el tiempo, se fue modificando todo. Empezaron a aparecer los primeros ingenieros que fueron reemplazando a los trabajadores que hacían todo artesanal".
"La mayor parte de la gente que tomaban las empresas antes provenía del campo, en su mayoría grandes y en cuanto a los jóvenes eran egresados de la Escuela del Trabajo y la conocida como Enet N° 1 (hoy Ipet N° 264 "Teodoro Astegiano"), dijo Macchieraldo e indicó que los jóvenes procedentes de estos establecimientos educativos "tenían una gran capacitación y dedicación al trabajo".
La realidad del sector
Poli comparó el
momento actual de la industria con el que se vivió en los inicios de San
Francisco y afirmó que "la mayoría de las industrias en la ciudad, la región y
el país están con trabajo desarrollando su jornada completa y otras están
haciendo horas extras".
No obstante, lamentó que "por más que tengamos este presente hoy no tenemos futuro. No tenemos cómo prevenir cualquier contingencia porque el país carece de planificación. No tenemos plan económico, hay una inflación galopante y una serie de cuestiones atentan contra la estabilidad laboral".
El entrevistado consideró que tener que depender de situaciones externas para trazar la estrategia empresarial "es desesperante".
"Estamos limitados a condicionamientos externos como la provisión de materiales o el precio de la mercadería. Igualmente, desde el Estado no hay previsiones sobre cuál será la tarifa de la energía eléctrica y mientras tanto tenemos que vender a plazo, pero no tenemos idea de los costos a futuro", agregó.
"La mayoría de nuestros proveedores venden sus productos de contado porque hay tal incertidumbre que nadie se anima a decir cuánto cuesta un producto que necesitamos para producir", siguió Poli.
"Hoy está más complicado producir que vender -afirmó-. No solo está parada la producción por falta de materia prima, cuando esta se consigue, el importador al no poder girar te termina cobrando el equivalente al dólar blue. Si tu competencia logró comprar con el dólar oficial directamente te deja fuera del circuito".
Las empresas familiares
En el perfil industrial de San Francisco, las empresas familiares constituyen la mayoría de los emprendimientos productivos.
En este contexto, Carlos Barbero, que integra la tercera generación de una empresa familiar con ramificaciones en todo el país, sostuvo que los desafíos de una firma de estas características pasan por "mantener óptima la relación entre los socios".
"Vos podés tener el mejor negocio, contar con las mejores máquinas, pero si hay mala relación entre los socios, comienzan los problemas. En las empresas familiares esos riesgos se potencian con el paso de las distintas generaciones. En la primera eso no existe porque las sociedades se conforman de manera voluntaria".
Además, "se dan casos en empresas familiares que se manejan con un gran nivel de profesionalismo, equivalente a cualquier empresa que no tenga esta composición, pero manteniendo la estructura societaria familiar", señaló Barbero.
Tras recordar que las empresas familiares "atraviesan por problemas similares" al resto de las firmas productivas, Barbero acotó que "antes, las empresas familiares estaban formada por padres e hijos mientras que actualmente, las nuevas generaciones tienen otra óptica que a veces llevan a interrumpir esa sucesión generacional en la dirección de la empresa".