Innovación al servicio de la salud
Importante avance médico en San Francisco: tratan cálculos urinarios sin incisión quirúrgica
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El urólogo Marcos Zabala sumó un equipo de láser Holmium YAG, tecnología de vanguardia que permite tratar litiasis urinaria con técnicas mínimamente invasivas. “Nos ubica al nivel tecnológico del Hospital Italiano y Alemán de Buenos Aires”, afirmó el especialista.
San Francisco dio un paso trascendental en el tratamiento de patologías urológicas al incorporar tecnología médica de última generación. El urólogo Marcos Zabala, especialista con matrícula 18331, sumó a su práctica profesional un equipo de láser Holmium YAG del grupo Quanta System, tecnología que se utiliza en instituciones de referencia como el Hospital Italiano y el Hospital Alemán de Buenos Aires.
El nuevo equipo se emplea principalmente en procedimientos endoscópicos —como la ureteroscopía flexible— para tratar la litiasis urinaria, comúnmente conocida como “piedras en los riñones”, que pueden provocar infecciones, hematuria (sangre en la orina) y dolores severos.
“Estamos muy contentos de poder ser los primeros en realizar estos procedimientos en la ciudad de San Francisco. Esto es fruto de años de trabajo y dedicación en lo que nos apasiona”, expresó Zabala a LA VOZ DE SAN JUSTO. Y agregó: “Nos permite mejorar las técnicas que garantizan la mejor evolución del paciente, cursando el proceso de salud-enfermedad de la manera menos traumática posible”.
Zabala trabaja en Clínica Enrique J. Carrá, Centro Médico Filípides y Sanatorio San Justo. Subrayó que “el auge en el desarrollo de nuevas tecnologías, principalmente en el diseño de equipos flexibles, ha popularizado el uso del láser de Holmium YAG”. Esta técnica consiste en ingresar al aparato urinario con un ureteroscopio de calibre fino, localizar el cálculo y pulverizarlo con una fibra láser, reduciendo riesgos y evitando incisiones.
“El láser Holmium YAG tiene una intensidad de 2100 nm. Su acción se basa en un efecto térmico: al entrar en contacto con el agua genera una burbuja de vapor que produce una onda de choque (‘shock wave’) que fragmenta la piedra”, explicó el especialista.
Entre los beneficios del procedimiento, Zabala destacó que es mínimamente invasivo y permite una rápida recuperación. “Los pacientes se van de alta rápidamente y pueden retomar sus actividades en poco tiempo. Es una terapia segura, con menos complicaciones y mayor precisión que los métodos convencionales”, sostuvo.
El láser Holmium YAG también se puede utilizar en una amplia variedad de casos. “La litiasis renal es una patología muy frecuente. Se estima que el 20% de la población de países industrializados sufrirá al menos un episodio antes de los 70 años, especialmente entre los 20 y 40 años”, indicó. También explicó que factores como el síndrome metabólico incrementan el riesgo de formar cálculos: “La obesidad, la dislipemia o la glucemia alterada aumentan el riesgo en un 30%”.
Zabala remarcó que los cálculos más comunes están compuestos por oxalato cálcico (60-70%), seguidos por ácido úrico (10-15%), estruvita (10%), fosfato cálcico (7%) y cistina (1%). Y advirtió: “La mayoría de las anomalías metabólicas que los causan tienen origen genético, por lo que la predisposición es crónica”.
Respecto a la prevención, señaló que se basa en controlar la enfermedad de base, ingerir entre 2 y 3 litros de agua libre de sodio por día y reducir el consumo de sal. “El sodio facilita la unión de cristales, lo que forma el cálculo. El tratamiento se define según el contexto clínico, la anatomía del paciente, la localización y el tamaño de la litiasis”, explicó.
Consultado sobre si el tratamiento láser reemplaza la cirugía tradicional, respondió: “La litotricia extracorpórea por ondas de choque sigue siendo válida en cálculos menores a 20 mm y de consistencia blanda, aunque después el paciente debe eliminar los fragmentos”.
No obstante, remarcó que las técnicas miniinvasivas con láser ofrecen mejores resultados en la mayoría de los casos. “En cálculos grandes o duros utilizamos cirugía percutánea, accediendo al riñón con una pequeña incisión en la espalda para fragmentar o pulverizar el cálculo. También aplicamos la técnica de ureteroscopía flexible retrógrada, sin incisiones, ingresando por la uretra hasta el riñón y usando el láser para pulverizar la piedra”, explicó.
El criterio para elegir entre ambas técnicas depende del tamaño y la localización del cálculo. “Generalmente, los mayores de 20 mm se tratan por vía percutánea. Los menores, con acceso ureteral flexible. A veces combinamos ambas técnicas, con un 80% de efectividad para dejar al paciente libre de litiasis (stone free)”, señaló.
El láser Holmium YAG también representa una ventaja en casos clínicos complejos: “La gran ventaja de este avance tecnológico es su aplicación segura en pacientes con infecciones urinarias recurrentes, adultos mayores, diabéticos, hipertensos, con función renal disminuida o con un solo riñón. Al no generar incisiones, se minimiza el daño sobre el tejido renal”, explicó.
Zabala concluyó que la llegada de esta tecnología a San Francisco representa una mejora sustancial en la atención médica local: “La incorporación de esta tecnología en la ciudad marca un antes y un después para los pacientes que hasta ahora debían trasladarse a grandes centros urbanos para acceder a este tipo de intervenciones. Ahora, pueden tratarlos aquí, con la misma calidad y precisión”.