Impacto de la muerte silenciosa
En cada invierno la inhalación de monóxido de carbono, producto de un mal funcionamiento de algún dispositivo a gas, provoca más de 200 muertes en nuestro país.
Un fuerte impacto ha causado la noticia de la muerte de la esposa y uno de los hijos de un senador nacional por la provincia de Formosa a consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono, producto de un mal funcionamiento de algún dispositivo a gas. Las repercusiones mediáticas se originan, como es lógico, debido a que quien ha perdido a sus familiares es una figura pública, con mucha exposición en los últimos tiempos.
La empatía con esta familia ha sido inmediata, no solo de la clase política sino de gran parte de la comunidad que volvió a ser testigo de la denominada muerte silenciosa que cada invierno reaparece con fuerza para llevarse cientos de vidas. Más de 200 por año, según las estadísticas en el país.
Pese a que la información sobre el tema es abundante, así como lo son las advertencias de los peligros que conlleva la utilización de sistemas de calefacción no adecuados o la falta de control en los que supuestamente tienen garantías de uso, es un hecho que la intoxicación por monóxido de carbono aumenta en forma exponencial con la llegada de las bajas temperaturas.
La contaminación por monóxido de carbono por la mala combustión de calefones o calefactores tiene una medida específica. "Cuando el nivel de contaminación llega a 400 es mortal", sostienen los especialistas. La exposición al monóxido, incluso por un período breve, produce intoxicación y unas pocas partículas son suficientes para alterar el funcionamiento del sistema nervioso, que pueden provocar desde cambios de humor y cefaleas permanentes hasta lesiones neurológicas irreversibles.
En este punto, vale advertir también la existencia de una conducta reiterada de los argentinos en muchos órdenes de la vida. Existen instalaciones antirreglamentarias, y con desplazamiento o ausencia de los conductos de ventilación, lo que abre la puerta a las desgracias.
El crudo frío de los últimos días ha disparado también las alertas. Y no solo en las viviendas particulares se debiera tomar nota de ello. Es imprescindible que se adopten prevenciones y se informe acabadamente sobre el uso correcto de los aparatos de calefacción en sitios como escuelas, comedores, centros de jubilados o geriátricos, entre otros.
La tragedia de la familia del senador formoseño ha vuelto a colocar al monóxido de carbono en las primeras planas de la discusión pública. Se impone, ante las muertes silenciosas de cada invierno, intensificar las acciones destinadas a controlar los dispositivos de calefacción, a paliar los efectos del frío en los sectores más vulnerables, a concienciar acerca de la instalación y uso correctos de los calefactores y a velar por la seguridad en la materia.