Horario límite para boliche: los controles se relajaron pero todos cumplen
A casi un año de la puesta en marcha de la ordenanza, los empresarios aseguran que la gente se fue acostumbrando a ingresar antes. Ya no se ven policías en las puertas, en tanto, no hubo sanciones por incumplimiento.
A casi un año de la puesta en marcha de la ordenanza que fija las 2.30 de la madrugada como hora límite para el ingreso a boliches bailables en San Francisco y a las 2 en el caso de los pubs nocturnos y también los bailes de cuarteto y otros espectáculos en Bomberos Voluntarios, los controles ya no son tan rígidos como al principio.
La medida se aprobó en septiembre en el Concejo Deliberante y comenzó a regir desde el 15 de octubre de 2018, no sin antes escucharse las voces de los bolicheros que planteaban sus objeciones y dudas acerca del resultado de la normativa. El texto de la ordenanza además fue analizado por el Consejo de Seguridad Ciudadana donde se dio apoyo a su contenido y por ende su implementación.
En un principio era una constante la presencia de efectivos de Policía Municipal apostados frente a la puerta de los pubs y boliches bailables garantizando el cumplimiento de la medida.
Con el paso del tiempo, esa presencia se fue relajando y finalmente ese control se convirtió en una supervisión del personal municipal utilizando móviles con los cuales se trasladan de un local a otro. Sin embargo, desde el municipio aseguran que los controles son efectivos y no se registraron infracciones a la norma.
El objetivo de la ordenanza es acortar las "previas" en domicilios privados y evitar que los jóvenes ingresen más tarde a las discotecas habiendo consumido altas cantidades de alcohol.
Cambiar una costumbre instalada
Los propietarios de los locales nocturnos coincidieron en señalar que apenas se puso en práctica la ordenanza la situación "se puso un poco compleja" y reconocieron que de un tiempo a esta parte, los controles "se flexibilizaron", aunque aseguran que la ordenanza se sigue respetando.
Cristian Bertorello, de Runa Disco, dijo que los controles "en un principio fueron resistidos por los chicos que se oponían" a lo que establece la ordenanza.
"Cambiar una costumbre no es sencillo y no se logra de un día para el otro" reconoció para luego señalar que con el paso del tiempo "los pibes tomaron conciencia y llegan más temprano al boliche".
El empresario dijo también que en materia de controles "en un principio se aplicaron a rajatabla para todos" pero luego "se fueron flexibilizando".
"Si bien no es como antes, los controles son rotativos. Antes en todos los lugares había un control, eso hoy no pasa", indicó.
"La gente se acostumbró" a la nueva rutina de ingreso a los boliches, "también la gente de la zona que viene más temprano".
El temor a perder clientes
Uno de los temores de los empresarios de la noche con la limitación del horario de ingreso radicaba en que podría concurrir menos gente.
Sobre esto, Bertorello contó que "al principio" la gente era reacia a ingresar más temprano aunque con el paso del tiempo "se fueron acostumbrando y ya entran más temprano. Hay un porcentaje de la gente que lo entendió y asumió bien mientras que siempre tenés alguno que se resiste. Es normal que eso pase".
Recuperar la zona
Mariano Miazga, de Ninna, aseguró que "no nos afectó mucho" la limitación horaria aunque reconoció que esto impactó "en mayor medida en la gente de la zona".
"Todavía cuesta acostumbrar a la gente a ingresar antes. Esa modificación de hábitos es más sencilla de lograr entre marzo y septiembre, cuando hace más frío" mientras que en el caso del verano "la gente se relaja más y por allí es más difícil".
Al igual que lo señaló Bertorello, Miazga reconoció que en el último tiempo "ya no hay policía en la puerta. Los controles son mucho menos rígidos" que al principio.
No obstante, el entrevistado señaló que "los controles continúan" porque "la Policía Municipal pasa de manera regular" frente al establecimiento y en caso de advertir algún incumplimiento proceden con la elaboración del acta correspondiente.
Néstor Cacchiarelli, propietario de Atlantis Disco, consideró que la limitación horaria "ha traído beneficios" porque "la gente volvió a salir más temprano y eso permite recuperar público de la zona que se había perdido".
Controles itinerantes
Cachiarelli se sumó al resto de los empresarios consultados al indicar que "los controles se han vuelto más relajados. Ahora son itinerantes, no fijos. De todas maneras, siguen controlando. Es lógico que esto ocurra porque muchas veces lo estricto de los controles iniciales llevaban a situaciones un poco complejas ya que a veces llegaban artistas a hacer shows al boliche y si no ingresaban antes de las 2.30 no los dejaban pasar pese a ser un artista".
Un caso particular que se generó a partir de la aplicación de la ordenanza ocurrió en la disco Ibiza, ubicada en bulevar 25 de Mayo 1105 ya que su propietario Gustavo Bertinotti decidió cerrar el establecimiento hasta tanto evalúe cómo se desarrollaba el comportamiento de los jóvenes con respecto a la modificación horaria.
Esa inactividad se prolongó durante un mes y medio, luego de lo cual decidió volver al ruedo. A partir de esto, el empresario comentó que "la limitación horaria no me influyó en nada. Cuando se puso en práctica cerré por 45 días para dejar que la gente se acostumbrase y cuando eso pasara, volvía abrir. Con la reapertura del boliche seguí trabajando normal".
Tras admitir que a un año de la ordenanza "no hay policías en la puerta controlando", Bertinotti opinó: parece innecesario que pongan un control, somos adultos y sabemos respetar las normas".
Si bien reconoció que la cantidad de asistentes disminuyó en algún momento producto de la limitación horaria, "allí entra a jugar la capacidad empresaria de cada uno para encontrar alternativas. Tuve que trabajar más para que siga viniendo la misma cantidad de gente y el negocio sea rentable".
No hubo multas
La ordenanza contempla sanciones económicas para los propietarios de los locales nocturnos que no cumplan con la norma que van desde los 27.000 pesos (500 unidades de multa) hasta 270.000 pesos (5.000 unidades de multa) en caso de reincidencia.
Desde el Tribunal de Faltas informaron que hasta el momento no se aplicaron multas a los establecimientos por incumplimiento.