Héctor Rasetto: "Cumplí todos los sueños que me propuse junto a los autos"

En el día de su cumpleaños 70, LA VOZ DE SAN JUSTO repasa la historia de uno de los máximos exponentes "fierreros" de nuestra ciudad: Héctor Rasetto, piloto, navegante y organizador. Una vida al lado y dentro de los autos. Elegido el mejor deportista del años en nuestra ciudad allá por 1985. Un mano a mano imperdible.
De sus siete décadas de vida,
cinco están ligadas al rugir de los motores. ¿Podrá tener algún otro
significado que no sea el "todo", el rally y los autos en la vida de Héctor
Rasetto?.... indudablemente no.
Un 16 de julio de 1950 nació en nuestra ciudad un simple niño que con el correr de los años, se iría lentamente enamorando de los autos, las carreras, la adrenalina y nunca más podría perder ese amor. Se llama Héctor Rasetto, el nombre que llevaron varios volantes y ciento de butacas, incluso el nombre que supo liderar un sin fin de organizaciones de carreras que terminaron exponiendo a nuestra ciudad al plano provincial y nacional.
Quién supo ser subcampeón argentino de rally en 1985, hoy está de fiesta. Celebra junto a su familia sus redondos 70 años y como si eso fuese poco, en este extraño y hasta ahora complicado 2020, está cumpliendo 50 años ininterrumpidos relacionado al "mundo motor" en cualquiera de las funciones que este mundo lo permita: Como piloto, como miembro de equipos, navegante, organizador y hasta vendedor de autos, su profesión de hace muchos años.
Ya son 50 años los que lleva relacionado al "mundo motor"
- ¿Cómo, cuando y donde nació está pasión?
- Que yo me acuerde, tenía uno seis o siete años, había una carrera de Ford T "Turismo Carretera", los autos venían como si fuese de Castelar, no me acuerdo el nombre de la carrera, pero ese día pasaron en la esquina de mí casa, tuve todo el día entero viendo la carrera, me marcó de lleno y para siempre, encima esa carrera la había ganado Víctor Gontero que era de acá, un gran piloto que llegó a ser campeón argentino, allí a esa edad nació mi amor por los autos.
- ¿Cómo siguió?
- Empecé a ver varias carreras, me atrapaba, pasaban varias carreras por acá, nunca paré de verlas, de seguirlas, venían los Turismo Carretera de Córdoba, los veía en el cruce de la vía, recuerdo que el primero en llegar desde Montecristo acá fue Juan Carlos Davone, le puso 1 hora, 7 minutos para llegar, estaban todas las curvas como ahora, una locura. Cuando supe ese tiempo me marcó mucho más y me atrapó, incluso mi viejo escuchaba carreras por la radio, cuando corría Fangio, los domingos especialmente.
- ¿Y al volante, cuando lo tomaste por primera vez?
- Empecé a manejar con seis años, antes se aprendía de chico, fue con mí papá al lado, estaban haciendo la ruta 158 nueva, fuimos ahí y mí papá me enseñó. Manejaba por esa ruta, ahí empecé a sentirme libre cada vez que manejaba, me encantaba, estaba cada vez más convencido de que tenía que ser piloto y por suerte lo terminé siendo.
Sus inicios
De la mano de Carlos Carioni, allá por 1972, Rasetto hizo su debut oficial. Si bien ya hacía al menos dos años que coqueteaba de un lado a otro, en el mundo de las carreras, fue allí que sobre un Peugeot 504 en el Turismo Nacional, en una clásica competencia como lo era la "Mina Clavero-Carlos Paz-Mina Clavero" dio sus primeros pasos: "No corríamos con hoja de ruta de la carrera, solamente uno estaba sentado al lado del piloto y ayudábamos en lo que se podía. En esa época, el Turismo Nacional corría en autódromos, en circuitos semipermanentes o directamente en ruta" recuerda Héctor.
El sanfrancisqueño en su primera carrera disputada en la década del 70'
- Te subiste y nunca más pudiste bajarte...¿Qué recuerdas de aquel 1972?
- Después de esa competencia, Carlos Carioni vende ese auto y compra otro Peugeot más nuevo y ya reforzado para la competición. Fuimos a correr el Gran Premio de la Montaña que largaba en Villa María y la primera etapa terminaba en Mina Clavero. Eran 700 kilómetros de recorrido. Se mezclaban caminos de tierra con pavimento. Cuando estábamos casi terminando la primera etapa, en cercanías de Cura Brochero, nos caímos 40 metros en un precipicio. El auto no sirvió más y estuvimos dos días para poder sacarlo del lugar donde había quedado, es un recuerdo imborrable.
- ¿Recordás el debut como piloto?
- Fue en 1973, en el famoso "Triángulo de Los Cóndores", luego de armar un Renault Gordini con el que fui a correr con Alberto Reinero de acompañante. Ese fue el primer auto que armé. Estábamos en el cuarto puesto cuando se me rompió el motor. Corrí varias carreras zonales también con ese auto y con un Fiat 600, también durante 1973 y 1974.
- Hay un sin fin de historias felices para contar...
- Hay de todo, porque por más que a uno le vaya mal en alguna carrera, lo importante es la experiencia, lo vivido, hice de todo, fui mecánico, en la época de Héctor Manzotti, le preparábamos la cupe 1500, íbamos con él a la carrera, después acompañante, después piloto, nunca pude dejar de disfrutar este deporte, un amor increíble. Hice algunos parates, pero por motivos económicos, hasta corrí como mí auto particular que después usaba acá para andar.
- ¿El mismo auto con el que corrías, después era el auto familiar?
- Claro que sí, no tenía auto para correr, entonces preparaba mí auto, después andaba en la calle con la jaula, como sea, era el único auto que tenía, eran otras épocas, se podía hacer, me había acostumbrado a hacerlo, ahora sería imposible, muchos lo hacían, después de la carrera era el auto de la familia.
- Qué fue lo mejor que te dio el automovilismo en 50 años?
- El enorme reconocimiento del ambiente, la verdad es que eso me hace muy feliz. Tengo el respeto y la admiración de muy buenos corredores, muchos amigos, he tenido la posibilidad de tener una charla con Jorge Recalde, pocos lo han logrado, me parece que lo mejor que logré es un reconocimiento. En la ciudad y con muchos colegas a nivel país, viví cosas muy hermosas, muchos años han pasado, incluso me han elegido el mejor deportista de la ciudad.
- ¿Qué recuerdos tenés de esa fiesta del deporte de 1985?
- A Víctor Faya como el presidente del Círculo, es un recuerdo imborrable ese. Poder coronar un año con un subcampeonato argentino, no era muy sencillo, eran épocas muy distintas. Creo que esto lo tuvieron en cuenta los periodistas de ese momento para entregarme el premio al mejor del año de la ciudad por ese logro, ese es uno de los mejores premios que tengo, un gran momento que logré en mí carrera, me hicieron muy felices.
El 1985 fue uno de sus mejores años en el deporte
- Ese 1985 fue el año de la gloria "nacional"...
- Fue un año increíble, había estado parado unos años antes, hasta 1983, después logré comprar un casco totalmente nuevo de Fiat 128 Europa y armé el auto de competición con todas las partes de otro chocado que había comprado en Freyre, al que le saqué toda la mecánica. La verdad es que fue un trabajo de locos, pero que dio sus frutos al poder consagrarme subcampeón argentino en la Clase 1 en 1985, con Enrique Martina de navegante, uno de los mejores recuerdos de esta eterna carrera deportiva.
- ¿Qué papel jugó la familia durante estos 50 hermosos años?
- Lo mejor, primeros mis padres que me apoyaron en todo, viajaban a verme correr donde sea y en cualquier parte del país. Con mí mujer Claudia corrí muchas veces, fue mí navegante. Con Lucrecia mí hija mayor también corrí carreras, en Casilda y otras, Federico mí hijo fue mí navegante primero y después manejó en varias carreras y lo hizo muy bien, unas tres veces, es hermoso el apoyo de la familia, incluso cuando vendí mí último auto de carrera todos mis hijos me decían que no lo venda, que no lo haga, que lo guarde, pero bueno, ya pasó. Somos una familia muy unida y muy amante del automovilismo, eso hizo que disfrute mucho más todo y ellos me acompañen por todos lados.
- ¿Te quedaron sueños por cumplir?
- Ninguno, cumplí todos los sueños que me propuse junto al automovilismo, estoy muy feliz y conforme, podría haber sido campeón argentino, pero no fui a una carrera importante y no llegué con los puntos. Hice todo lo que pude y todo lo que hice me conformó por demás, fui muy feliz, soy muy feliz recordando todo.
- Hubo una etapa de dirigente y organizador: ¿Cómo la viviste?
- Fue una etapa hermosa, de mucho trabajo, llegué a hacer locuras organizando, durante muchos años, fui organizador de la fecha que se hacía en nuestra ciudad del Rally Cordobés, estaba tan loco que además corrí también en las primeras ediciones de aquellas carreras llevadas adelante por la subcomisión de automovilismo del Sport Automóvil Club, desde 1995. Pero hubo años en que fui el único organizador de toda la carrera, solo con un grupo de amigos colaborando, renegábamos, pero disfrutamos mucho.
- Debés tener una lista enorme de agradecimientos...
- El automovilismo me dio grandes satisfacciones, por lo que estoy sumamente agradecido a todos los que me acompañaron, a los amigos y en especial a mi familia. Son 50 años desde que empecé a relacionarme con este deporte, mí familia es el principal sostén, no quiero empezar a nombrar a gente y olvidarme de alguien, el automovilismo es sinónimo de mí vida, a todos los que de una u otra forma me acompañaron les diré eternamente gracias.