Harto de los robos, cierra su comercio en el camino interprovincial
En 18 meses, los ladrones entraron tres veces al local de ropa del boxeador Pablo Villanueva. "Los móviles policiales pasan a cada rato, pero es la discusión de siempre, ellos actúan y a la hora están sueltos de nuevo", dijo cansado de la inseguridad.
El boxeador sanfrancisqueño Pablo Villanueva (36) tomó la drástica decisión de cerrar su local de ropa en barrio Sarmiento tras sufrir tres robos en 18 meses.
El comercio N.B-HOOD está ubicado Brigadier López (camino interprovincial) esquina Paraguay y la última vez que le robaron fue entre la noche del miércoles y la madrigada del jueves con la modalidad conocida como "rompevidrieras".
El o los autores del hecho en esta oportunidad le sustrajeron prendas de vestir y perfumes por un monto cercano a los $ 50.000 o $ 60.000, sin contar el costo del destrozo de la vidriera.
El negocio trabajaba con la marca "Sighchool" de la que Villanueva es representante en la ciudad; se trata de prendas con diseño. Un vecino le avisó que habían ingresado ladrones.
"Cuando me iba a trabajar a las 7.15, el vecino que ocupa el departamento de arriba del local me avisó que habían entrado, que la vidriera estaba rota y dejaron una barreta en el lugar. Fui enseguida, llamamos a la Policía. Me provocaron un gran daño", manifestó el deportista a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Se llevaron prendas de vestir, perfumes, algunas bermudas, gorros; si bien estaba el televisor colgado y la computadora, no tocaron nada. Es peor el mal momento que pasás que lo que te roban", agregó.
"Cuando entraron, tiraron al suelo todos los maniquíes. Fue rápido, se llevaron lo que encontraron a mano. La vidriera era nueva, porque tres meses atrás ya me habían reventado el vidrio, en esa ocasión además rompieron la puerta", recordó con angustia.
El último robo en el negocio de Brigadier López esquina Paraguay fue cometido por "rompevidrieras".
Después de lo ocurrido, "voy a cerrar definitivamente, no se puede seguir así. Hace un año y seis meses que estoy en esto y ya sufrí tres robos -se lamentó Villanueva-. La primera vez estaba mi señora, entraron y robaron. Tenés miedo porque ves personas que pasan caminando de manera sospechosa, por eso hemos decidido, por el momento, cerrar".
"Los móviles policiales pasan a cada rato, pero es la discusión de siempre, ellos actúan pero a la hora están sueltos de nuevo. Cuando me robaron la primera vez, fue una chica la que ingresó se llevó prendas y perfumes, la detuvimos, vino la policía se la llevó y a los diez días pasaba por aquí al frente del negocio y para colmo, recibí una carta en donde me ofrecían por el daño ocasionado $2.000 a pagar en cuatro cuotas de $ 500 cada una, me tenía que presentar en tribunales, consideré que era una pérdida de tiempo y una burla".
"Nosotros, los ciudadanos y trabajadores nos tenemos que acostumbrar a vivir así. Y agradecer que fue poco lo robado, que no había nadie en el negocio. Estamos cada vez peor", consideró Villanueva y contó que otros comerciantes del sector sufrieron hechos similares.