Habrá visitadas guiadas para conocer la historia del refugio de niños huérfanos de la posguerra

MIRAMAR-. El pasado 11 de diciembre se realizó en Miramar la reapertura de la Iglesia San Antonio de Padua, edificada en los años '50 en torno a un refugio de niños huérfanos de la Segunda Guerra Mundial; la misma, creada por franciscanos croatas, fue restaurada y es hoy uno de los nuevos atractivos de la localidad para la nueva temporada estival, tal es así que en el mes de enero se realizarán visitas guiadas para los turistas. Se trata de la primer iglesia croata de Córdoba y segunda en el país. 

Cabe destacar el aporte económico y la gestión realizada por la Cooperativa Eléctrica y de Servicios Públicos de Miramar para la restauración de la Capilla. Remontándonos a la historia, todo comienza en la localidad de Chovet, provincia de Santa Fe, cuya población tiene un 80 por ciento de descendientes croatas. Fue allí uno de los primeros lugares en donde se asentó el padre Leonard Rusckovic, quien arribó en la década del '30 a la Argentina. De este religioso franciscano y de orden mendicante trascendería su obra por haber creado muchos refugios para niños carenciados. Uno de ellos, para quienes buscaban un hogar tras la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial (entre los que se encontraban varios provenientes de Croacia), se edificaría en Chovet, pero al ser tan pequeña esta localidad y no contar con los recursos necesarios otro terminaría siendo el destino. 

Fue entonces cuando surgió el contacto con Martin Hum, dueño en aquel tiempo del Hotel Córdoba en Miramar. Hum conocía la labor de los padres franciscanos y cedió su hotel para la creación en 1951 de un refugio. Treinta fueron los niños huérfanos que arribaron en un primer grupo. Allí permanecieron bajo la tutela de los hermanos Blas y Urban Stefanic, este último aportó a la edificación las regalías del libro de su autoría 'Comunismo sin mascara'.

"La iglesia adquirió un uso normal, se realizaban bautismos y casamientos, hasta que en los '80 -por la creciente de la laguna Mar Chiquita- quedó anegado el acceso y desde ese momento se cerró y nunca más se había vuelto a abrir"

Mariana Zapata, directora del Museo Fotográfico Dante Marchetti de la Cooperativa Eléctrica, sostiene que la capilla (ubicada sobre calle Croacia, en cercanías del Hotel Viena) se creó 1957 para acompañar la formación de los residentes. Muchos de ellos llegarían con los años a completar sus estudios, alcanzando incluso el nivel universitario, en Buenos Aires. 

Asimismo, los curas estuvieron en Miramar hasta 1968, en ese entonces decidieron emprender su marcha a Buenos Aires, con la complacencia de ver su obra finalizada. 

"La iglesia adquirió un uso normal, se realizaban bautismos y casamientos, hasta que en los '80-por la creciente de la laguna Mar Chiquita- quedó anegado el acceso y desde ese momento se cerró y nunca más se había vuelto a abrir. En el '92 un exniño huérfano (Francisco Sudar) adquiere los terrenos, incluidos el hogar y la capilla, que siguió permaneciendo cerrada. Este señor tenía la idea de restaurar el hogar para transformarlo es un hostal... y nos preguntamos todavía qué pasó, porque se demolió todo", manifiesta Zapata y añade: "Sudar fallece hace dos años en un accidente, con el tiempo nos ponemos en contacto con su señora, quien nos manifiesta el interés de restaurar la capilla". 

"En agosto del año pasado -prosigue Zapata en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO- se llega a un convenio con la Cooperativa Eléctrica y de Servicios Públicos y se brinda concesión por diez años para la restauración y refuncionalización. De este modo se realizarán misas una vez por semana en verano y se la habilitará como museo". 

Por su parte, el intendente de Miramar, Adrián Walker, destaca la restauración y puesta en valor de la Capilla y señala: "Quiero expresar mi reconocimiento hacia la Cooperativa que fue la que tomó la posta en el proyecto". 

Desde el 2 de enero se realizarán visitas guiadas para todos los visitantes de la temporada veraniega.