Habilidades para la vida y una sana adolescencia
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En la sociedad actual son muchos los peligros que acechan a los niños y adolescentes. Adicciones, drogas, alcohol, violencia y otras problemáticas pueden provocar serias consecuencias en la salud y sus vidas. Pero a través de las habilidades para la vida se puede lograr un desarrollo saludable de los chicos, simplemente asumiendo junto a ellos un rol protagónico en sus vidas, enseñándoles a enfrentar de manera efectiva los desafíos con conductas positivas.
Estas habilidades fueron transmitidas
en un taller que fue dictado
por profesionales del Comité Adolescencia de la Sociedad Argentina
de Pediatría de Córdoba, en Devoto donde adolescentes de las
escuelas de nivel medio, aprendieron esas estrategias participando
activamente con debates, dramatizaciones y otras actividades.
En la oportunidad disertaron las doctoras Graciela Ruiz, Cecilia Passamonte, el doctor Atilio Olivetta, integrantes del Comité de Adolescencia de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Córdoba. Los adolescentes tuvieron una activa participación en las distintas propuestas que se presentaron en el salón de la Sociedad Cosmopolita de Devoto.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, la doctora Graciela Ruiz brindó las claves sobre esta importante estrategia y destacó la importancia de escuchar la voz de los adolescentes.
- ¿Qué son las habilidades para la vida?
Son habilidades o capacidades que le permiten a la persona enfrentar en forma efectiva las exigencias y desafíos de la vida diaria, a través de comportamientos adaptables y positivos, según la Unesco. Permiten transformar conocimientos, actitudes y valores en habilidades para saber qué hacer y cómo hacer; fortaleciendo los factores protectores como mediadores de estilos de vida y conductas saludables. - ¿Cómo se pueden promover las habilidades para una vida saludable en los chicos? Las habilidades para la vida poseen un carácter genérico ya que cada una tiene un papel importante en el afrontamiento de distintas situaciones cotidianas; se requieren varias de ellas para resolver satisfactoriamente una situación. Es por ello que la mejor manera de promoverlas es enseñándolas a través de métodos interactivos -dramatizaciones, debates, análisis de casos, resolución de situaciones problemáticas, etc.- que involucren el aprendizaje cooperativo, el apoyo entre pares, la existencia de modelos por parte de pares y de adultos. - ¿Qué rol debe jugar la familia en esto? Juega un rol fundamental en la formación integral de sus miembros, en el sostén, el apoyo, la escucha, la posibilidad de expresión; de interactuar, de ensayar, de imitar conductas que aprehendemos, como dice Serrat "con la leche templada"... desde la cuna.
- ¿Cuál es el mensaje que deben comprender los maestros y profesionales de la salud en cuanto a las adicciones y problemáticas de la adolescencia?
La promoción de la salud implica proveer a las personas de los medios necesarios para mejorar su salud y adoptar estilos de vida saludables, en el contexto de su vida cotidiana. Las adicciones y problemáticas de la adolescencia están presentes, son parte de esta cultura donde el adolescente está inserto; no podemos mirar para otro lado y hacer como si no existiesen, ignorarlas. Debemos asumir, junto a nuestros adolescentes y jóvenes, un rol protagónico. Tanto desde el sector salud como del sector de educación, tenemos que desarrollar destrezas que les permitan adquirir las aptitudes necesarias para su desarrollo humano y para enfrentar exitosamente los desafíos cotidianos, como ciudadanos críticos, responsables.
- ¿Por qué es importante escuchar la voz de los chicos?
Porque son los que nos sacan de nuestros supuestos y nos expresan claramente cuáles son sus conflictos, sus anhelos, sus angustias, sus frustraciones, lo que viven, lo que necesitan. Si queremos darles una mano, ayudarlos, sostenerlos, acompañarlos tenemos que hablar un poco menos de ellos y hablar un poco más con ellos: escucharlos, recibirlos, comprenderlos, no juzgarlos. Sólo así podremos dar respuestas a sus verdaderas necesidades, con el conocimiento, la experiencia y la valoración que tengamos de ellos como adultos.
