Sociedad
Guardianas del fuego: expertas juradas evalúan el talento femenino en el asador

Las asadoras Silvia Bresso y Alejandra Casas, reconocidas a nivel internacional, junto a Néstor Fissore y Carlos Badino, conforman el jurado que definirá a las mejores asadoras de la región en la histórica competencia que se desarrolla hoy desde las 10 en la Sociedad Rural.
Los preparativos finales se suceden en la Sociedad Rural de San Francisco, donde las brasas cobrarán vida bajo la mirada atenta de mujeres decididas a romper paradigmas. Hoy no es un domingo cualquiera: es el día en que el fuego tendrá protagonistas femeninas y el asado se vestirá de revolución silenciosa.
En el corazón de esta transformación cultural se encuentran las voces expertas que evaluarán cada movimiento, cada decisión y cada sabor. Silvia Bresso y Alejandra Casas, dos mujeres que han conquistado parrillas en competencias internacionales, se sientan hoy como juradas junto a Néstor Fissore y Carlos Badino, los reconocidos propietarios de cadenas de carnicerías locales que conocen la carne como pocos.
Para Silvia Bresso, el camino hacia el asado comenzó mucho antes de las competencias. "La pasión por el asado siempre estuvo, yo de chica me gustó cocinar, siempre estuve metida cuando mi papá, José, mi nono materno, Antonio Cabrera, cocinaban y hacían asados, asados con cuero", relata con la nostalgia de quien guarda recuerdos aromáticos de la infancia.
Esa curiosidad infantil se transformó en experiencia profesional cuando en 2016 Edgar Marrorell, su compañero, los anotó para competir. Desde entonces, su carrera ha sido un ascenso constante: "En el 2016 obtuve el primer puesto como fogonera. En el año 2017 obtuve el segundo puesto como asadora. En el año 2018 obtuve el primer puesto como asadora nacional".
El momento culminante llegó en 2019, cuando fue convocada para participar con un equipo de mujeres en un mundial de parrilleros en Valdivia, Chile. "Ahí hice un curso de juez internacional y obtuvimos el octavo puesto entre 38 equipos de todo el mundo", recuerda con orgullo. Esa experiencia no solo la posicionó como una de las asadoras más reconocidas del país, sino que le otorgó las credenciales internacionales que hoy la convierten en una jurado de elite.

Alejandra Casas: herencia gaucha y pasión por el fuego
La historia de Alejandra Casas, la otra jurada experta, surge desde las profundidades del norte cordobés, donde la tradición gaucha se respiraba en cada rincón de Villa del Totoral. "Yo vengo de una familia de gauchos, una cuna de gauchos, es la herencia más grande que pueden dejar mis padres, mis tíos, mis abuelos", cuenta con el orgullo de quien lleva la sangre del campo corriendo por sus venas.
Su abuelo Pedro Casas tenía la pulpería del pueblo, "un lugar donde se encontraba gente a cantar, a tocar la guitarra y a tomar la vuelta", esos espacios donde se forjaban los sabores y las tradiciones que hoy ella preserva. Su padre, Agustín Casas, vendía leña para las estufas, y ella, la mayor de cinco hermanos, siempre lo acompañaba, absorbiendo cada gesto, cada secreto del fuego.
Radicada en Jesús María desde hace más de dos décadas, el llamado llegó desde un lugar inesperado: "Me llaman desde la Secretaría de Turismo del Festival de Jesús María para ofrecerme de participar en un certamen de mujeres asadoras para representar el festival en Marull". Tres intentos le tomaron conquistar ese primer triunfo, pero cuando llegó, fue el inicio de una carrera que la llevaría a representar el sello gastronómico "El Mejor Asador del Mundo" de su ciudad adoptiva.
Sus logros se sucedieron: "Gané un concurso también con mi compañero de equipo en Mina Clavero, como Mejor Asadora de Chivito, he participado en concursos de asociaciones a nivel nacional de asadores a la estaca". Hoy, como Silvia, ha dejado la competencia para dedicarse a ser jurada, llevando su experiencia a festivales como la fiesta de la empanada en Alto Chipión, la fiesta del lomito en La Calera, y eventos nacionales como el concurso de asadores en Zapala.
Su participación en este primer encuentro regional no es casual. "Me llamaron las mujeres de oficio y me comentaron la idea de hacer el certamen y sin dudarlo me prendí como coordinadora junto a un equipo que tiene mucho entusiasmo de trabajar", explica Bresso, quien entiende que su presencia trasciende la evaluación técnica.
Su mensaje para las mujeres que hoy compiten, y para aquellas que aún observan desde la distancia, es claro y alentador: "Anímense, tengan paciencia y pongan mucho amor en lo que hacen". Una filosofía que resume décadas de experiencia en pocos pero contundentes consejos.
Para Bresso, la técnica es importante, pero no lo es todo: "Más allá de la experiencia, nunca se termina de aprender ni conocer cosas nuevas". Su enfoque se centra en valores que van más allá de la competencia: "Lo importante es el compañerismo, el trabajo en equipo y disfrutar de lo que hacemos. Porque al final, todo depende de lo nuestro, depende de que todo salga bien rico, para que las demás puedan disfrutar".
Alejandra Casas comparte esa filosofía desde su propia experiencia. Para ella, la colaboración llegó de manera natural: "Cuando Sandra Bulacio se contacta conmigo, a mí me gusta siempre sumar. Siempre colaboro con diferentes organizaciones, y esto me pareció que era una causa muy noble". Su motivación va más allá del reconocimiento: "Colaborar por amor al arte, porque uno ama, y yo soy grandemente apasionada de mi trabajo y de lo que realizo".
Ambas jurados coinciden en que este evento representa algo más profundo que una competencia. "Somos muy amigas con Silvia, hemos compartido este camino tan maravilloso que es el de la gastronomía criolla", relata Casas.

Mensaje desde la parrilla
Para Casas, cada brasero encendido es un acto de memoria y resistencia: "A mí encender un fuego me retrotrae a todo lo que es mi infancia, a mis abuelos, a mi niñez, entonces para mí es un gusto y un placer enorme encender un fuego para agasajar". Su servicio de catering "Cocino Criollo y Acampo Afuera" es una extensión de esa filosofía, donde cada asado es una celebración de la tradición familiar.
Su mensaje para las mujeres que dudan en mostrar su pasión es directo y maternal: "Que se animen, no hace falta ser profesionales, no hace falta que tengan experiencia, todo se aprende y siempre digo, y es un lema de vida que tengo, todo lo que se hace con amor no puede salir mal".
La perspectiva de Casas sobre el crecimiento del protagonismo femenino en la parrilla es clara: "A mí me llena de orgullo, a mí me gusta mucho ver a las mujeres... es muy grato ver a una mujer como se desenvuelve en la parrilla, y esto no, acá no estamos hablando de que si somos mejores o no que los hombres, acá se trata de actividades que nosotros también podemos realizar y que lo hacemos muy bien".
Su sello distintivo revela la profundidad de su compromiso: prepara su propia sal con hierbas aromáticas de su huerta casera. "Entonces mis asados no son iguales en ningún lado, porque es algo muy personal", explica, resumiendo en esa pequeña diferencia toda una filosofía de vida donde la autenticidad es el ingrediente principal.
La conformación del jurado refleja la seriedad del evento. Junto a las expertas internacionales, los reconocidos propietarios de cadenas de carnicería de la ciudad, Néstor Fissore y Carlos Badino, aportan el conocimiento profundo sobre la calidad de la materia prima que llegará hoy a las parrillas.
Esta combinación de experiencia nacional e internacional y conocimiento local garantiza que la evaluación contemple tanto los aspectos técnicos más refinados como la comprensión profunda de los cortes y tradiciones regionales.
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Más que una competencia
El evento que se desarrolla hoy en el Salón de los Piamonteses, desde las 10 de la mañana y durante toda la tarde, representa mucho más que una competencia gastronómica. Como explicó Sandra Bulacio, referente de Mujeres con Oficio, organizadoras del evento "queremos destacar la habilidad culinaria de las mujeres en el asador y también seguir fomentando la igualdad y la equidad de género en la comunidad en general".
Las participantes, que pueden competir de forma individual o en equipos de hasta tres personas, tendrán cuatro horas para demostrar sus habilidades mientras el jurado evalúa criterios como el manejo del fuego, la creatividad en la salazón, la vestimenta tradicional y el comportamiento en el trabajo.
La jornada incluye mucho más que la competencia. Los espectáculos folclóricos de Peregrinos, Fabi Ledesma, Los Aliados y el Ballet Patria acompañarán la tarde, mientras que las familias podrán disfrutar de locro preparado por una familia tradicional de Frontera, choripanes y hamburguesas a cargo de Mujeres con Oficio, y dulces artesanales para el mate.
Los primeros tres puestos recibirán kits gourmet de La Caja Gourmet, mates artesanales con el escudo de San Francisco, delantales de asadora y diplomas, entre otros premios, pero el verdadero premio está en la visibilización de un talento que durante décadas permaneció en las sombras.
El humo que se eleva hoy desde San Francisco lleva consigo más que el aroma de la carne bien cocida: transporta el mensaje de que los oficios no tienen género, que la pasión no conoce fronteras y que, a veces, las revoluciones más profundas se cocinan a fuego lento, alrededor de una parrilla compartida.