Gente en situación de calle: para la Iglesia el Estado debe involucrarse más

Los referentes de las iglesias católica y evangélica coincidieron que existe cierta "intencionalidad" en la campaña lanzada en las redes, que incluso relacionarían con la política, y aseguraron que pese a que no se abrieron los templos, es importante la tarea que realizan las comunidades religiosas junto a las ONG para paliar la situación.
La muerte de cinco personas en situación de calle en el país por la intensa ola de frío polar sensibilizó a gran parte de la sociedad y encendió una nueva polémica cuestionando el rol de la Iglesia.
El debate que se generó en las redes sociales bajo el hashtag"Abran las iglesias, ni una muerte más de frío", también se dio en San Francisco.
LA VOZ DE SAN JUSTO, consultó a los referentes de la iglesia católica y evangélica, el obispo diocesano, Sergio Buenanueva y el pastor del Centro Cristiano Lazos de Amor, Gabriel Francucci, quienes afirmaron que existe cierta "intencionalidad" en la campaña lanzada en las redes, que incluso relacionarían con la política, pero remarcaron que lo importante es"poner las energías en salir a ayudar a quienes lo necesitan".
Aseguraron que pese a que no se abrieron los templos, es importante la tarea que realizan las comunidades cristianas junto a las organizaciones no gubernamentales para paliar la situación.
Ambos coincidieron en la responsabilidad primaria del Estado para brindar soluciones dignas a quienes están en situación de calle, no solamente albergue por una noche o dos de frío.
También destacaron el aporte que realizan las comunidades de ambas iglesias en la asistencia a los más necesitados, con la labor de Cáritas, merenderos y centros de recuperación evangélicos, además del trabajo de las ONGs como Red Solidaria con la Mesa Digna que el pasado viernes se realizó bajo techo, gracias a la predisposición de las autoridades del Ipet Nº 50"Emilio F. Olmos", que brindó un espacio.
"Hacemos lo que tenemos que hacer"
Para el obispo diocesano, Sergio Buenanueva, sectores que son mas bien"críticos incluso hostiles han motivado un poco esta campaña en las redes. Si hubo alguna hostilidad no nos interesa poner el acento en eso, lo miramos con un poco de humor y de libertad interior y hacemos lo que tenemos que hacer".
Asimismo estimó que si hubo "intencionalidad en la campaña, eso también sirvió para que salga a la luz todo lo que hace la iglesia, no solo la católica sino también la evangélica, y otras organizaciones no confesionales".
Buenanueva advirtió que el problema de la gente en la calle es real, las estadísticas sobre todo en las grandes ciudades o en lugares más pobres son alarmantes.
Por eso remarcó que es importante"poner la energía en salir al paso de las circunstancias ayudar a las personas en esta situación".
"Muchos señalan que es el Estado el que se tiene que hacer cargo y por supuesto que tiene una responsabilidad institucional primaria en esto, pero eso no descarga a los que formamos parte de la sociedad civil, los cristianos por motivos estrictamente evangélicos, de organizarnos como de hecho está ocurriendo", exhortó el obispo.
Trabajo en conjunto
Buenanueva dijo que ante la ola de frío, la iglesia está trabajando como otras veces con la municipalidad y con otras organizaciones como Red Solidaria. Informó que en el espacio La Virgencita, en barrio Parque, donde funciona también el Hogar de Cristo, se ofrece la posibilidad de una ducha caliente y comida para quienes necesiten.
Recordó que como en años anteriores en la época invernal las Cáritas de las comunidades cristianas"están movilizándose, lo vienen haciendo desde hace tiempo, para conseguir frazadas o ropa de abrigo para quienes están o en situación de calle o de necesidad".
"No logramos convencerlos de que vayan a algún lugar"
Con respecto a las personas que duermen afuera de la Catedral, el obispo afirmó que es una situación que comenzó a darse hace más de un año y que se intentó ayudar a estas personas en conjunto con la municipalidad.
Sin embargo afirmó que brindar la ayuda "no ha sido fácil, no logramos convencerlos de que vayan a algún lugar que se les ofrece. Quienes están en situación de calle no lo hacen solamente porque no tengan un lugar, muchas veces tienen adonde ir, pero eligen vivir ahí".
Comentó que en estos días se les ofreció nuevamente un lugar a través del diálogo del padre Gustavo Zaninetti con el municipio, con el secretario de Salud, Fernando Giacomino,"pero ha sido difícil el diálogo con estas personas".
Buenanueva dijo que de todos modos se sigue alentando que las comunidades cristianas en colaboración con otras organizaciones de la sociedad civil estén haciendo todo lo posible para paliar la ola de frío.
"Es muy importante difundir la necesidad de ropa interior y medias que es lo que menos dona la gente y obviamente son elementos que tienen que ser nuevos para quienes están en esta situación", dijo.
"Es prioritaria la actuación del Estado"
Desde la iglesia evangélica, el pastor Gabriel Francucci remarcó que para brindar soluciones a la gente en situación de calle"es prioritaria la actuación del Estado y en este momento en nuestra ciudad no se ve esa reacción".
Afirmó que muchas veces las iglesias "no cuentan con la infraestructura necesaria para atender a la gente en el caso de tener que abrir los templos, pero no son ajenas a las necesidades de la gente".
El pastor recordó que las iglesias evangélicas y la católica por su parte"están trabajando muchísimo durante todo el año para ayudar. También las ONG's que distribuyen comida y brindan abrigo a quienes están en la calle".
Con respecto a la campaña en las redes Francucci estimó que también "forma parte de una movida política. Sabemos que hay gente que hace años vive en situación de calle y ahora le han dado una vuelta más grande. Creo que se está utilizando a la pobreza o a la indigencia para hacer política".
Remarcó que todas las iglesias evangélicas de la ciudad"están trabajando desde hace mucho tiempo y previendo esta situación de frío, recolectando ropa para que llegue realmente a la gente necesitada".
Soluciones dignas
Al mismo tiempo se refirió a soluciones más concretas y dignas. "Sea la iglesia evangélica o católica, tenemos que entender que si albergamos a estas personas, es una noche o dos de frío, pero después qué hacemos con esa gente, sigue con esa necesidad", se preguntó.
Las iglesias evangélicas no están en esa posición, pero si ofrecen mucha ayuda como merenderos, hogares de tránsito, comedores, centros para recuperación de adicciones, existe un trabajo general".
Afirmó que se debería pensar que "también están los colegios que no funcionan, los clubes de fútbol, el mismo municipio con sus instalaciones, hay un dormitorio en el Polideportivo Municipal y también el Superdomo".
Francucci recordó que las iglesias evangélicas funcionan con aportes propios, no reciben nada del Estado. Opinó que la iglesia empieza a tomar cierto protagonismo "hasta como un referente dentro de la política entonces comienzan a cuestionarse estas cosas que creo que es desviar la atención de la responsabilidad del Estado que es quien tiene que generar trabajo, techo. Lo que nos imponen como tributo debería ser destinado a estas coberturas y generar cosas para que la gente salga de vivir en la calle pero con dignidad, con trabajo, con techo".
"Queda muchísimo por hacer. En definitiva las iglesias, las organizaciones, el gobierno, terminan siendo personas y cuando más se involucren las personas a través de esas instituciones se podrán hacer más cosas, los recursos son ilimitados en función de la cantidad de gente que participa. Con el aporte de todos podríamos lograr más cosas de las que faltan hacer", finalizó.
Cuántos están sin techo en la ciudad
Alrededor de cinco personas duermen en inmediaciones de la Plaza General Paz y otros se unieron a los que habitan en los vagones del ferrocarril.
El año pasado Red Solidaria había relevado la presencia de seis personas en situación de calle en nuestra ciudad. Mientras cinco de ellas dormían en las escalinatas de la Iglesia Catedral, la restante lo hacía en la Estación Terminal de Ómnibus. Algunos de ellos fueron ubicados por la municipalidad en una pensión.