Gastón Blasi y su historia, conmovieron las redes
El portal básquetplus.com sorprendió a todos contando la historia del sanfrancisqueño, con detalles hasta ahora desconocidos. La nota se viralizó en las redes en tiempos de cuarentena y fue un éxito que llegó hasta medios nacionales. ¿Qué pasó con aquella promesa del básquet Nacional que perdió su sueño en un accidente de moto?. La revivimos.
Una historia que pocos conocen. Los que peinan canas volverán a vivirla y traerán miles de anécdotas a esta actualidad. Aquellos jóvenes que hoy disfrutan del mundo del básquet, la conocerán y a partir de hoy, sabrán que San Francisco, tuvo una estrella del básquet nacional. Un distinto, un jugador único, que dejó una enorme huella de admiración. En esta época de cuarentena, el portal basquétplus.com subió a sus redes una perfecta narración de la historia de Gastón Blasi, el "pibe" que truncó su futuro en un accidente de moto.
La historia
Hace 40 años, no resultaba fácil enterarse de qué jóvenes "pintaban"
bien en el interior del país. Era todo de boca en boca y muy poco por los
medios.
Sin internet, ni celulares, filmar algo era casi una osadía con el valor que tenían las cámaras y los casetes. En esos tiempos, 1980 para ser concretos, Córdoba viajó a Buenos Aires para jugar el Argentino Juvenil de la categoría. Lo hizo en un avión Guaraní de la escuela de aviación, ya que su asistente, Walter Garrone, era el "profe" ahí.
Llegaron a El Palomar y de ahí se fueron en tren a Retiro, para terminar alojados en el actual Cenard. La mayoría de los pibes no conocía Buenos Aires. A uno de esos chicos, oriundo de San Francisco, no le entraba en su cuerpo de la emoción. Se llamaba Gastón Blasi.
"A nosotros no nos conocía nadie" afirma Blasi. "Ahí fue cuando empezó una seguidilla de tres títulos en argentinos juveniles para Córdoba y empezaron a mirarnos de otra manera. Yo era clase 63', como Mario Milanesio. Del 64' estaban Secrestat, Perissinotto y Campana y del 65', Marcelo Milanesio. Marcelo a ése de 1980 no fue. Yo estuve en los dos primeros. Salimos campeones en cancha de Ferro ganándole a Capital, que tenía un equipazo: Belli, Maggi, el ruso Cotic, Cerisola, el burro Crivaro, Alejandro Pérez" comenzó narrando Gastón.
De todos modos, su gran año sería en 1981. Unos meses después del Argentino, salió campeón sudamericano juvenil en Caracas, ganándole la final a Brasil, tras remontar un partido muy adverso, siendo la gran figura del encuentro: "En un año me cambió todo, porque cuando ganamos el Argentino, salimos en El Gráfico, fue una locura y el Sudamericano de 1981 se jugó en febrero, así de que no ser conocido para nadie, pasé a ser uno de los juveniles más buscados. Me vino a buscar Flor Meléndez. Me acuerdo que cuando volví a Venezuela con el "Loco" Tilatti, nos llevaron directo a las oficinas de Miguel Mancini en Obras para hacernos una oferta. Javier, la aceptó, pero yo me iba a estudiar a Córdoba, entonces mi viejo me dijo que no me fuera a Buenos Aires. Atenas me había hablado también, entonces me fui con ellos" continuó diciendo.
Le dijo adiós a Sportivo Belgrano, con cancha al aire libre,
para darle la bienvenida al gran Atenas de Córdoba. Su talento era "vox pópuli"
y lo recuerda también Hugo Belli, que se sumó a esta historia diciendo:
"Gastón era un jugador cerebral, con gran visión de la cancha. Fue un lujo
el que nos dimos los que jugamos con él. Un verdadero capitán y líder que nos
condujo a todos en el Sudamericano juvenil a ser campeones. Y una excelente
persona".
Después de eso, Blasi jugó la final del Argentino de Mayores en Neuquén, volvió a salir campeón del Argentino juvenil y volvió a entrenarse con la selección juvenil, que debía prepararse para el Panamericano de 1982 que se jugaría en Montevideo. Además, fue campeón a fin de año, en diciembre, con San Francisco, del provincial de Córdoba, jugando otra vez a alto nivel. Para ese entonces, Obras volvió a la carga sobre Blasi y Gastón finalmente lo decidió: se iría a Capital para sumarse al mejor equipo que había en la Argentina en ese momento junto con Ferro. La oferta económica, más auto y departamento, era imposible de rechazar. Pero algo sucedería en el camino.
Aquél accidente en primer persona
"Yo estaba muy contento por ir a Obras. Los mejores
estaban ahí: "Chocolate" Raffaelli, el "Tola" Cadillac, "Pichi" Campana,
Perazzo, Romano, estaban todos. El 4 de enero tenía que presentarme en Buenos
Aires para firmar en Obras. El 1 a la tarde, después de almorzar como lo hacíamos
siempre en familia, en la marmolería de mi tío, le pedí la moto a mi primo para
dar una vuelta. Se había comprado una Honda 400. Iba por la Avenida principal,
25 de mayo, y la verdad es que no recuerdo nada de lo que pasó. Me dicen que en
un momento me tapan, se me cruza un auto, no alcanzo a frenar y me caigo de la
moto. No venía muy despacio. Y sin casco. No me lastimé el cuerpo, solo un
rasguño en una rodilla. Pero tuve un golpe muy fuerte contra el pavimento. Me
destrocé la cabeza. Nadie me quería tocar y estaba desfigurado. Me cargaron en
una ambulancia y me llevaron a Córdoba. Quedé en coma, recuperé el conocimiento
al día siguiente y estuve 11 días sin poder moverme. No me operaron, se curó
solo. Pero el tema es que me quedó una lesión en el ojo derecho. El nervio del
músculo que tira el ojo para afuera, el recto externo, se había cortado.
Entonces el ojo derecho me quedaba para adentro, con buena visión, pero veía
doble. Esa fue la secuela importante que me quedó, además de aprender a caminar
de nuevo. Fue duro. Obviamente lo de Obras se cayó, no fui al Panamericano y
seguí en Atenas" comentó Blasi.
-¿Cómo continuó todo?
"A mediados de 1982 empecé a entrenarme, con un parche en el
ojo, para no ver doble. Así jugué la final del torneo de Córdoba, y jugué
bastante. Después me operé el ojo, porque no era verdad que se iba a corregir
solo, y dejé de ver doble. Me lo alinearon. Fue un gran avance. Volví a
entrenarme y un día me llama Alberto Trama, que era el entrenador de la selección,
porque empezaban las prácticas para el Mundial juvenil de España en 1983. Yo me
ilusioné mucho y fui a la primera concentración. Se me cagaban todos de risa
porque yo estaba fuera de ritmo, de todo. Pero le puse muchos "huevos" y quedé
en el equipo hasta que fuimos 14. Ahí jugamos un cuadrangular en Paraná.
Faltaba poquito ya para el Mundial, dos o tres semanas. Y la verdad es que jugué
muy bien. Me salieron todas. Yo estaba muy contento, me sentía arriba del avión.
Una semana antes de viajar, me llaman y me dicen que no me lo habían querido
decir antes para no desilusionarme, pero que no podía ir al Mundial, porque los
clase 63' teníamos que haber jugado el Panamericano de 1982 para poder ser
parte del equipo. A mí se me vino el mundo abajo. Hasta Osvaldo Orcasitas, que
siempre estuvo muy cerca de mí, intercedió con Boris Stankovic, pero no hubo
manera" siguió explicando Gastón.
La vida deportiva de Blasi obviamente nunca volvió a ser la misma. Se quedó en Atenas, donde jugó las primeras dos ediciones de la Liga Nacional, más la de transición: "Teníamos una bandita linda de jugadores jóvenes, más el "runcho" Prato, que nos ordenaba a todos. Estaban Marcelo y Mario Milanesio, Ligorria, el "lungo" Parer, Donald, básicamente éramos todos "pibes". Yo tenía 21, Mario también, Marcelo 19, y el "runcho" debía andar por los 33 y tenía todavía mucho para dar. Nos empezó a enseñar cómo había que jugar al básquet. Y no solo eso, sino también a cómo comportarnos fuera de la cancha, era un maestro, es más antes que la camiseta de Marcelo Milanesio en el "Poli Cerutti", tendría que haber estado la del "runcho" Prato, porque ninguno de los jugadores que se destacaron de esa camada hubiesen sido lo que fueron sin la ayuda del "runcho" y nunca fue reconocido como se lo merecía" manifestó Gastón.
Dijo adiós
Después de 1985, Blasi comenzó a jugar menos en Atenas y,
tras la temporada 1986, Blasi se fue a jugar la Liga B de entonces (hoy Liga
Argentina), a San Martín de Marcos Juárez, pero se le complicaba demasiado,
porque estudiaba en Córdoba (Ingeniería Mecánica electricista) y solo iba dos o
tres días por semana a entrenarse. San Martín ascendió, pero Blasi no terminó
la temporada porque no le daban los tiempos. Por eso después de ese año, con
solo 24 años, dejó la actividad: "No sé qué hubiese sido de mí si no
hubiese tenido el accidente. La verdad es que recién lo pensé alguna vez muchos
años después. Pero soy de dar vuelta la página rápido. Pensé que estuve a punto
de morir. Entonces el hecho de poder seguir viviendo, jugando al básquet, fue
una bendición. Es una incógnita saber qué hubiese pasado conmigo. Obviamente
que si hubiera ido a Obras mi carrera hubiese sido otra, porque era mi pasión".
La historia dirá siempre que ese 1 de enero de 1982, la Argentina perdió a una de sus principales promesas en el básquet, en la etapa en donde la Liga Nacional hizo surgir a muchos jóvenes con sueños sin techo: "Te diría que cuando volví, como mucho llegué al 80% de lo que era. Ya no tenía el dominio de la pelota y la visión en el juego rápido. Antes del accidente, manejaba el balón muy naturalmente. Nunca volví a tener esa sensibilidad" concluyó diciendo Gastón en la majestuosa entrevista que logró viralizarse en las redes, en estos días, gracias al portal básquetplus.com.
Fuente: www.básquetplus.com