Arquitectura
Galerías, ambientes intermedios que suman valor y bienestar: la mirada de tres arquitectos locales

Con planificación, orientación y materiales adecuados, Alberto Balsa, Ivanna Giordano y Verónica García explican cómo estos espacios se transforman en lugares funcionales de un hogar, para disfrutar en diferentes momentos del año.
Las galerías pasaron de ser simples espacios de paso o resguardo a convertirse en ambientes clave dentro del diseño de las viviendas actuales. Con la búsqueda de mayor bienestar en el hogar y el deseo de conectar con el exterior sin renunciar al confort, estos espacios semicubiertos ganaron protagonismo en la arquitectura contemporánea.
A la hora de proyectarlas, entran en juego múltiples factores: desde los materiales y sistemas constructivos hasta la orientación solar, el uso que se les dará y la integración con el resto de la vivienda. Las posibilidades son muchas, pero el objetivo es claro: crear un lugar disfrutable, versátil y bien pensado.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, los arquitectos Alberto Balsa e Ivanna Giordano, del estudio Balsa-Giordano, y Verónica García, del Estudio Chelsea, explicaron la forma en que se diseñan y construyen estos espacios, que ya no son solo una extensión del hogar, sino verdaderos ambientes con entidad propia para reunirse, trabajar o simplemente descansar.
“La galería es un espacio de transición entre el exterior y el interior. Un espacio necesario para vivir el exterior protegido o el interior con vistas al exterior”, define Balsa. En este punto, Giordano aclara: “Con lo cual no existen cerramientos de galería. Sí pueden ponerse protecciones, pero si está completamente cerrada, deja de ser una galería”. Para García, se trata de “un espacio intermedio que la gente lo pide mucho, porque cuando tenemos un espacio cerrado, como un comedor o un living, la galería nos permite ventilar y usar un espacio semiabierto”.

Diseño y estructura
En el diseño contemporáneo, la galería no es solo un adorno funcional. Tiene medidas estudiadas, relación con la orientación solar, continuidad estética con la casa y materiales seleccionados por su apariencia, su mantenimiento y durabilidad. “Hoy tenemos muchas opciones de materiales. Símil maderas que son aluminios o WPC. No tienen tanto mantenimiento y estéticamente funcionan muy bien”, señala Balsa.
En cuanto a la estructura, se utilizan materiales tradicionales: “Los mismos de una construcción de una vivienda, como mampostería, hormigón, hierro o madera”, indican Balsa y Giordano. En muchos casos, también se opta por sistemas en seco. “Trabajamos con perfilería, hierro, cenefas, o materiales como WPC que parecen madera pero no tienen ningún tipo de mantenimiento. Todo se ensambla en seco, rápido y limpio”, comenta García.
Respecto a los techos, las variantes más frecuentes son losa, madera, chapa metálica y policarbonato. Este último se utiliza especialmente “en galerías muy profundas, para permitir el ingreso de iluminación natural al ambiente contiguo”. García agrega que hoy también se usan materiales translúcidos porque “no le quitan iluminación ni ventilación al espacio interior”, y que, en caso de techos de chapa, se colocan aislantes como poliuretano o lana de vidrio “para reducir el calor”.
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Espacios funcionales y confortables
Las medidas mínimas para que una galería sea funcional dependen de su uso. “Si quiero poner una mesa, necesito 2,40 metros más espacio de cada lado. Entonces voy a tener una galería que orille entre los 3 y los 3,50 metros”, calculan Balsa y Giordano. Y advierten: “Una galería de dos metros no me da un ambiente más, y si tiene más de cuatro metros y medio, la iluminación al ambiente interior se va a ver afectada”.
Las aberturas son clave para lograr continuidad espacial. “Lo ideal son aberturas de piso a techo corredizas, para que se abra todo y no quede nada interrumpido. Propiciar justamente esa interacción interior-exterior”, explica Balsa. García detalla que existen sistemas de vidrio con guías superiores que permiten plegar todos los paños y dejar la galería completamente abierta. También se utilizan aberturas de aluminio corredizas o mamparas con perfilería de hierro o aluminio.
El tamaño y el sistema de las aberturas también condicionan su funcionalidad: “Una abertura grande necesita una perfilería que se banque el peso del vidrio. Cuanto más vidrio, más espesor necesita, más kilos, y por ende una buena perfilería y un sistema de ruedas que funcione bien”, señala Giordano. Si el sistema no es cómodo, “la voy a tener siempre cerrada y no me va a valer mucho ese espacio. Puede parecer que ganas un espacio, pero perdes ese ambiente de transición que no estas ni afuera ni adentro”.

Control térmico y protección solar
El confort térmico es uno de los principales desafíos en el diseño de galerías. “Cuando hacemos techos con chapa, en el medio ponemos aislantes, como poliuretano, lana de vidrio o membranas tipo Isolam, para reducir el calor”, detalla García. Además, se utilizan cortinas tipo roller, screen o de tela, especialmente necesarias si la galería mira al oeste.
En relación al vidrio, todos coinciden en recomendar el uso de DVH (doble vidriado hermético), que se caracteriza por tener un cámara de aire entre medio de dos vidrios, porque tiene el control de la temperatura, ya sea verano o invierno, y te da mucho más confort. Y si se combina con vidrio laminado, además se gana en seguridad.
También se usan toldos transparentes con luna cristal, ideales para cortar el viento sin perder visibilidad. “Se pueden bajar y subir según la necesidad del cliente, y vienen todos motorizados, sobre todo con la domótica: desde el celular decidís abrir o cerrar cuando quieras”, comenta García.
Diseño integral y valorización del inmueble
Lejos de ser un agregado posterior, la galería debe pensarse como parte integral del proyecto arquitectónico desde el inicio. Su diseño está fuertemente condicionado por la orientación solar, que incide directamente en el confort térmico del ambiente. Mientras el norte permite aprovechar mejor la luz y la ventilación cruzada, el este y el oeste pueden generar exceso de calor, y el sur suele resultar poco eficiente por la falta de sol directo. Por eso, tanto su altura como su profundidad deben calcularse con precisión, considerando cómo incide el sol en cada estación.
Hoy la galería dejó de ser un simple paso intermedio para convertirse en un espacio versátil y habitable. Puede ser lugar de reunión, de trabajo o descanso, y adaptarse según el mobiliario: comedor, estar, asador o incluso un pequeño living equipado con televisión, calefacción y aire acondicionado. Esta evolución también impacta en el valor de la vivienda: “tener una galería me va a revalorizar la casa” enfatiza Balsa.
En climas como el de San Francisco, donde los inviernos son más cortos y los veranos más intensos, las galerías cobran aún mayor relevancia como recurso para mantener las casas frescas. “Hoy en San Francisco hay que diseñar para mantener las casas frescas. Y no es tan difícil templar una casa si está bien orientada y ventilada”, sostienen Giordano y Balsa.
En ese sentido, los tres arquitectos coinciden en que el punto de partida siempre debe ser la funcionalidad y el confort. Si estos aspectos están bien resueltos, la galería aportará también estética, calidad espacial y valor agregado a la vivienda.