Entrevista
Gabriela Ludueña: “Un artista está siempre en proceso"
Se define como es una artista plástica y paisajista siempre está en proceso. Su trayectoria demuestra cómo la pasión por el arte puede manifestarse en diversas formas. Su dedicación a la jardinería y el paisajismo, combinada con su amor por la pintura, crea un universo donde la naturaleza y la creatividad se entrelazan.
El 21 de septiembre, también Día del Artista Plástico, se convierte en una ocasión ideal para reconocer el trabajo de aquellos que hacen del arte su vida y su pasión. Gabriela Ludueña, artista plástica y paisajista, es una de esas creadoras que combina la belleza del arte con la poesía de la naturaleza, un vínculo que fortaleció a lo largo de los años.
Desde niña, Gabriela mostró una inclinación hacia lo artístico. Participó en diversas actividades que abarcan desde danzas y piano hasta pintura y cerámica. Sin embargo, su verdadero camino en el arte comenzó al mudarse a Córdoba, donde estudió la licenciatura en Artes Plásticas. "Allí, el arte se convirtió en mi vida", confesó a Posta. Las jornadas de estudio eran intensas, con clases que abarcaban desde la tarde hasta la noche, lo que la sumergió en un entorno creativo constante.
La pasión de Gabriela se manifiesta en su obra, que no se limita a la pintura. Su dedicación al paisajismo surgió de forma natural, como una extensión de su amor por el arte. "No sabía que existía el paisajismo, pero siempre sentí que todo estaba interconectado", explicó. Para ella, la jardinería no es solo una actividad, sino una forma de expresión poética que se entrelaza con su trabajo artístico. "Los jardines tienen un alma, la del jardinero y la de las plantas", reflexionó.
"No sabía que existía el paisajismo, pero siempre sentí que todo estaba interconectado".
Gabriela no separa sus actividades; todo forma parte de un mismo proceso creativo: "Sigo pensando en arte y paisajismo". Este compromiso constante se traduce en una fusión de sus pasiones, donde la pintura, la cerámica y el paisajismo se alimentan mutuamente. Cuando se trata de crear, Gabriela se inspira en sus vivencias. "No hago obras a pedido, sino que expreso lo que siento en el momento", aclaró.
Gabriela tiene un enfoque particular que le permite encontrar su voz auténtica en cada pieza, ya sea un cuadro, una escultura o un jardín. Su proceso creativo es continuo y evolutivo; escribe sus ideas en sus libros, observa la naturaleza y busca inspiración en su entorno. "La música también juega un papel fundamental. No puedo trabajar sin ella", compartió, haciendo énfasis en que los ritmos y letras la inspiran.
A lo largo de su carrera, Gabriela ha explorado diferentes temas en su obra. En 2008, presentó su primera muestra, "Árboles en Pánico", que reflejaba su preocupación por el daño a la naturaleza. Esta conexión con el entorno se mantiene presente en su trabajo actual, donde la naturaleza y el arte convergen constantemente. "Fui mucho a lo que tiene que ver con la naturaleza", comentó sobre su enfoque artístico.
Gabriela no se define simplemente por su técnica, sino por su trayectoria y su constante búsqueda. "Para mí, un artista está siempre en proceso", dijo. Desde su perspectiva, no se necesita un título o reconocimiento para ser considerado artista. "Yo por ahí digo, yo no soy artista. Yo pinto y hago cosas", expresó, destacando que la esencia de ser artista radica en el proceso de creación y evolución continua.
La artista también comparte su amor por el arte a través de talleres de pintura y artesanías que imparte desde su estudio. "Dar talleres es una forma de transmitir lo que amo", aseguró, resaltando la importancia de cultivar la expresión artística en otros. Su enfoque pedagógico está basado en el disfrute y la exploración personal, permitiendo que cada estudiante descubra su propio camino creativo.
Cuando Gabriela trabaja en su taller, su rutina es ser una persona activa. "En el taller estoy todo el tiempo posible", comentó. A menudo, pasa toda la tarde y los fines de semana inmersa en sus proyectos. Este espacio se ha convertido en un refugio donde puede experimentar y dar vida a sus ideas. "Siempre busco material de lectura. Me gustan mucho los libros y me gusta mucho leer", mencionó sobre su proceso creativo, que siempre está acompañado por la música. "No puedo llegar al taller y no poner la música siempre", destacó, explicando cómo los sonidos y las letras estimulan su imaginación.
La entrevistada reconoce que el arte también puede traer consigo momentos de bloqueo. "Siempre hay miedos", admitió, pero a pesar de esos desafíos, su pasión le permite seguir avanzando. A lo largo de los años, Ludueña desarrolló un enfoque único en su arte. No busca cumplir con expectativas externas, sino que se deja llevar por su intuición y lo que surge de su propia experiencia. "Siempre hice las cosas de acuerdo a mis vivencias", señaló.
Su vida y su trabajo nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia relación con el arte y el entorno que nos rodea, coincidiendo con la celebración del Día de la Primavera.