Entrevista
Gabriel “Yuri” Fixman: “La birra es el camino”
Gabriel Fixman tiene 41 años y desde 2008 vive en nuestra ciudad. Oriundo de Córdoba Capital, la vida lo trajo hasta San Francisco y hoy es una personalidad reconocida por todos, no solo por su bar de cerveza tirada sino también por su forma de ser ante el mundo.
Por Stefi Musso | LVSJ
Gabriel Fixman tiene 41 años y desde 2008 vive en nuestra ciudad. Oriundo de Córdoba Capital, la vida lo trajo hasta San Francisco y hoy es una personalidad reconocida por todos, no solo por su bar de cerveza tirada Yuri sino por su forma de ser ante el mundo.
Sin prejuicios, su bar de cerveza artesanal que creó hace un tiempo sobre bulevar 25 de Mayo y marcó la tendencia del circuito de la bebida tirada en la ciudad y la zona. Este local y su personalidad le permitieron cosechar muchas amistades que ya las hizo propias. “La birra es el camino”, aseguró el entrevistado, quien se mostró orgulloso de lo que logró en la ciudad.
“El Gabi” o “Yuri” como lo conocen muchos en San Francisco, tiene la Posta este sábado. Y su historia, vale la pena conocer.
Vendedor de cerveza, jurado cervecero y….
Puedo decir que me atraviesan todas las profesiones. Vengo de una familia con un papá cardiólogo y mamá profesora de idioma. Actualmente soy comerciante pero estudié tres años de Biología en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.
Pero en el año 2001, en plena crisis, puse el segundo ciber de juegos de la provincia de Córdoba. Tuve que elegir si seguir estudiando o dejar y seguir en el rubro comercial.
Con profesiones sumamente estructuradas, vos elegiste otro camino…
Estudié biología porque trabajé en el Zoológico de Córdoba. Mi mama siempre me inculcó el hacer diversas actividades que nos abran la cabeza y que siempre estemos curioseando todo lo que la vida tiene para ofrecernos. Pasé de practicar pintura y cerámica en la escuela provincial de Bella Artes a estudiar música en el conservatorio “Collegium”, competir en natación y jugar al Ajedrez. Todos los días tenía actividades tan diversas como las personas que hoy forman parte de mis amistades.
A los quince años me fui a estudiar a otro país en un internado. Allí vivía con 400 personas de distintas partes del mundo, desde etíopes hasta mexicanos. Eso te cambia por completo tus ideas.
Mis papás solo me dijeron “cuídate” y fue lo que me hizo click. No me formé en lo que soy hoy pero me habilitó a ver las cosas de otra manera. Eso está bueno porque terminas adaptándote y rompiendo, trasgrediendo lo que pueda romper las estructuras para ayudar a la sociedad donde hay faltantes
Volviendo al ciber… ¿Cómo fue de los primeros?
Conocí al que fue mi socio que era de Villa María cuando él estaba comenzando con esto y yo tenía un quiosco al lado. Esto se dio en El Cerro Las Rosas de la ciudad de Córdoba. Cuando el empezó, yo puse una sucursal.
En ese momento fue un éxito porque los amigos que tengo de esos tiempos son una generación de chicos que hoy son grandes personalidades en distintas áreas como Elián Chali, un muralista; el “Ale” dueño de Fruta y o “Pablito” de Cuatro Catorce, todos buscábamos lo mismo que era aportar a la sociedad desde el lugar a la que cada uno le toco. Éramos un grupo de chicos de distintas edades que nos juntábamos a andar en tabla en el Parque de Las Naciones. Ahí siempre estábamos en constante cambio de ideas, eso fue lo que me nutrió y me ayudó a salir de la caja mental que muchas veces estamos metidos y qué así surjan infinitas posibilidades. Nos juntábamos y veíamos en el ciber como si fuera nuestro club. Fuimos una generación de jóvenes que nos manejábamos con otros códigos, en un barrio alejado del centro de la ciudad de Córdoba.
Con esa personalidad y esa forma de ser trasgrediste en San Francisco con tu bar. ¿Cómo surgió la idea?
Solía ir a tomar cerveza como cualquier vecino cuando un amigo me invitó a trabajar a su restaurante en Londres, Inglaterra. Allá lo ayudé con el comedor aportando mi experiencia de haber trabajado en gastronomía. Fui con la idea de quedarme pero no pude. Londres te vuela la cabeza porque allá la gente sale de trabajar, toma una cerveza y se va a su casa. Sabía que eso lo tenía que replicar acá pero no como allá. Fue entonces que gracias al apoyo de Marcelo Gil de “Ockidenta” y Lucas Riback de “Bialystok”, quienes me “manijearon” para que me ponga el bar que tenía en mi cabeza.
¿Por qué elegiste el nombre Yuri para tu bar?
Cuando tenía mi ciber, era fanático de Command & Conquer: Yuri's Revenge y quería darle un estilo pero no sabía cómo comunicarlo. Finalmente terminó siendo por Yuri Gagarin, el primer cosmonauta en ir al espacio porque era eso, tirar una onda nueva en San Francisco y ver qué devolución había. La verdad que fue un éxito. Era algo totalmente nuevo, con 15 canillas distintas de cervezas. Hubo otros bares antes que el mío pero Yuri es totalmente novedoso.
¿Por qué te apasiona la cerveza?
Porque a diferencia del vino, la cerveza tiene ese toque trasgresor que otra bebida no tiene. El vino poco a poco va perdiendo al público joven. La cerveza la podés tomar en todos lados, en el cordón de la vereda, en el local, donde sea. La birra se volvió algo cultural y se presta para un encuentro social random. Uno puede pegar afinidad con alguien y la birra te permite pasar un buen momento.
¿Cómo fueron los inicios?
Cuando abrí el bar me pasó de todo. El día de la apertura pensé que había creado un monstruo por la cantidad de gente que había. Durante el primer año, me costó que la gente comparta mesa; que vengan y busquen su birra en la barra y que entiendan que no había mozo sino que tenían que atenderse solos. Otra cuestión fue la de imponer que podían pedirse comida o traerse el tupper. Quería que sea un bar donde todos se saluden, cambien de lugares, que se conozcan.
¿Cómo conquistaste tantas amistades?
Uno se cruza en la vida con gente por una cuestión energética. Las vivencias de mis amigos, como la del artista Elián Chali. Cada persona me enseñó mucho y las experiencias me fueron dando las herramientas para luego adaptarlo en donde esté. El bar me dio la posibilidad de conocer mucha gente y defiendo a muerte San Francisco porque hay mucho potencial para todo. Debato constantemente con los que son de acá y no la quieren. Me encanta la ciudad con sus virtudes y limitaciones. Muchos critican y no hacen nada por cambiar, se quedan en la queja. Si no abría el bar, no iba a saber si funcionaba o no. Me costó pero hoy ya está instalado como el lugar de “pinta al paso”. El bar es un punto de encuentro y en ese lugar se van creando amistades. Para mí, las amistades que uno cosecha en el transcurso de su vida es lo más valioso que podemos tener como persona”.
Mis amigos, los perros
Gabriel es un apasionado de los animales y un rescatista de perro. De hecho, Bruno o “Morci”, es su fiel amigo perruno. El mismo asegura que sus amigos lo consideran un “raptador de perros”. “Cuando un perro me sigue, lo invito a mi casa, le doy agua y comida y escucho música con él. Si se queda, lo adopto sino lo dejo seguir su vida”, confesó.