Sociedad
Gabriel, el responsable que los hinchas repitan: “Prefiero comerme un chori en la cancha”
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Desde 2010, Gabriel Salort es responsable de preparar los choripanes que acompañan en el sector de plateas de Sportivo. Su trabajo, junto a un equipo, se convirtió en un clásico para los futboleros.
Gabriel Salort es, desde 2010, una presencia infaltable en los partidos que Sportivo Belgrano juega como local. Con su parrilla encendida en la zona de plateas, prepara los choripanes que ya son parte del ritual de cada jornada futbolera en barrio Alberione.
“Soy fanático del club. Empecé ayudando ahí en 2010, en la platea, y con el tiempo quedé a cargo de la parrilla”, recordó Gabriel a LA VOZ DE SAN JUSTO. Desde entonces, su figura se volvió parte del paisaje: entre el humo, el fuego y el olor inconfundible a choripán de cancha, su trabajo se convirtió en una postal más de cada fecha en el estadio.
Su tarea no es individual: junto a él trabajan seis personas en las plateas y otras doce en la popular. Llegan al estadio al menos dos horas y media antes de que arranque el partido, para tener todo listo cuando se abren las puertas. “Queremos que no falte nada, que cuando la gente entra, ya tenga su chori listo”, comentó.
Más allá del rol que cumple, lo que lo mueve es el sentimiento en el conjunto de barrio Alberione. “Sportivo para mí es todo. Después de mi familia, es lo más importante. Lo vivo con mucha pasión. Se sufre, pero también te da alegrías, como los ascensos, por ejemplo, al Nacional B, eso fue algo increíble para mí, ojalá este año podamos lograrlo otra vez”, agregó el parrillero.
Gabriel también destaca que durante un tiempo compartió la parrilla con su hijo, otro capítulo especial dentro de esta historia de vínculos construidos al calor del fuego. “Es una pasión no sólo mía sino también familiar”, destacó.
En los días de partido, la ansiedad está presente desde temprano. “Lo vivimos con muchas ganas. Queremos brindar un producto que sea rico y bueno, sobre todo cuando toca jugar de noche, un día de semana, por ejemplo, la gente valora eso, que la comida esté caliente y que ya cenen ahí en el estadio”, manifestó Gabriel.
Los choripanes que prepara son simples: pan y chorizo, aunque en algunos eventos especiales del club suelen sumar chimichurri, mayonesa o tomate. “Vamos a ver si podemos empezar a implementar eso también en los partidos, pero la gente siempre estuvo conforme con lo clásico que es chorizo y pan”, afirmó.
El contacto con el público es parte fundamental de su trabajo. “La relación con la gente es muy buena. Siempre está el que puede estar disconforme, pero el 99% está contento. Muchos me dicen: ‘Prefiero comerme un chori en la cancha antes que en mi casa’. Es como cuando comés un asado en la obra, tiene otro sabor, no sé cómo explicarlo, pero sabe diferente”, manifestó el parrillero.
Gabriel se encarga de la parrilla en los partidos del fútbol profesional masculino, pero también colabora, cuando se lo requiere, en el predio donde juegan las divisiones inferiores y el fútbol femenino. “Si necesitan una mano, voy, es importante eso para el club”, aseguró.
Pasaron ya 15 años desde que encendió el fuego por primera vez, y su compromiso sigue intacto. “Estoy muy agradecido al club y a la comisión por el apoyo y por la confianza que me dieron. La parrilla y el fútbol es algo que me apasiona y es lindo que te reconozcan”, manifestó.
Con su delantal y su “palita”, entre carbón y brasas, Gabriel Salort representa a todos esos que, desde un rincón del club, sostienen con esfuerzo y pasión lo que también se juega fuera de la cancha.