Ciclismo
“Fue un año soñado”: Jennifer Francone analizó su gran temporada 2025
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/12/jennifer_francone_1.jpeg)
La ciclista sanfrancisqueña terminó tercera en la general femenina de la tradicional competencia y fue la mejor representante local. Entre trabajo, estudio, entrenamientos y su lugar en la Selección Argentina, repasó su carrera, su preparación y los desafíos que se vienen.
La edición número cincuenta y seis de la Doble San Francisco–Miramar entre los hombres y la tercera edición entre las mujeres volvió a poner en escena el crecimiento del ciclismo femenino y dejó como gran destaque local la actuación de Jennifer Francone, quien finalizó tercera en la general y se quedó con el reconocimiento a la mejor representante de San Francisco. La organización volvió a apostar por incluir a las damas dentro de la tradicional competencia y, aunque en esta ocasión compartieron ruta con la categoría Masters, la sanfrancisqueña sostuvo que fue una experiencia positiva y, sobre todo, una carrera muy exigente.
La entrevista con la AM 1050 la encontró en plena ruta, ya entrenando otra vez. “Me hice a un costado en un lugar seguro para poder hablar, porque ya estoy entrenando de nuevo”, comenzó entre risas. “Uno se toma un día de descanso después de una carrera dura como la Miramar, pero hay que seguir porque ya tengo otras cosas por delante”. Aun con ese ritmo incansable, la alegría seguía latente. “Correr con mi equipo y terminar tercera fue espectacular. Mi compañera ganó, y yo pude quedarme con el podio y ser la mejor sanfrancisqueña. Estoy muy contenta”. También confesó que tenía el deseo íntimo de ganar en su ciudad. “Para cualquiera es una alegría enorme poder ganar donde uno entrena. Tenía esa ilusión, pero este año hicieron la carrera femenina junto con los Masters. Es mejor que no hacerla, claro, pero no es lo mismo que una carrera solo de mujeres”.
Su preparación fue una de las grandes particularidades de la temporada. Jennifer compite tanto en ruta como en pista, dos disciplinas con exigencias distintas que este año se superpusieron. “Desde principio de año vengo con varios objetivos. En el Argentino de Ruta fui campeona y en el Argentino de Pista logré cuatro medallas y un título nacional. Pero la preparación para la Miramar fue complicada porque justo coincidió con competencias de pista. No pude hacer una preparación exclusiva para la ruta, porque tuve que entrenar para ambas”, explicó. Incluso la semana previa a la Doble estuvo compitiendo, lo que le quitó foco específico de la carrera más larga. “La pista son esfuerzos más cortos e intensos; la ruta requiere otros tiempos. Fue una preparación mixta, pero entrené muchísimo igual. El problema es que después las carreras son carreras… pueden pasar muchas cosas”.
Y pasaron. A falta de 30 kilómetros para llegar a Freyre, pinchó. “Ahí pensé que se me terminaba la oportunidad de estar en el podio. Tuve que gastar muchísimo para volver al pelotón, y al haber hombres tirando, el ritmo no es el mismo. Fue muy duro. Por suerte pude conectar y llegar al sprint. El resultado final fue una recompensa enorme después de todo el desgaste”.
En lo cotidiano, su vida es una combinación compleja de responsabilidades. “Entreno ruta y pista, que son dos mundos distintos. La ruta me pide entrenamientos de unas cuatro horas al día más gimnasio. Para la pista son tres horas, pero muy intensas. En promedio entreno entre cuatro y cinco horas diarias”. A eso se suman su trabajo y sus estudios. “De la bici uno no puede vivir. Trabajo y estudio. Mi día es trabajar, estudiar y entrenar. No tengo tiempo para otra cosa. A veces uno quisiera agregarle horas al día, pero no se puede”.
Jennifer comenzó en el ciclismo apenas tres años atrás, casi por casualidad. “Siempre hice deporte, pero nunca imaginé dedicarme a esto. En la pandemia empecé a salir con un grupo de acá y me decían que probara correr. Yo decía que me daba miedo. Después conocí a mi novio, que también es ciclista, y él me ayudó a soñar con la Selección. Gracias a Dios lo logré y hoy soy parte del equipo nacional. Se fueron dando muchas cosas y un día me di cuenta de que esto era lo mío. Hoy no podría vivir sin la bici”.
Sobre lo que queda del año, su agenda ya está definida. “Solo me queda una concentración con la Selección Nacional de Pista para preparar los Panamericanos. Competencias ya no tengo más en 2025. En febrero arranco con los Panamericanos y tengo varias carreras internacionales que quiero preparar muy bien”. Respecto a su balance personal de la temporada, la respuesta fue contundente: “Me llevo todo lo positivo. Gané el Argentino de Ruta, cuatro medallas en pista, gané carreras, entré a la selección… Este año me pasaron cosas que ni imaginaba. Fueron tres años donde perdí más de lo que gané, y recién ahora llegaron los resultados grandes”
Por último, analizó la exigencia de rendir bien en ambas disciplinas. “Es muy difícil ser bueno en pista y ruta. Son casi deportes distintos. Pero en Argentina no podés dedicarte solo a una cosa. Tenés que tratar de ser bueno en todo para poder ir a las competencias internacionales. Eso requiere el doble de preparación, pero también es lo más divertido”.
