Básquet
La consolidación de Lautaro Florito en la Liga Argentina
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/12/lautaro_florito.jpeg)
Formado en el básquet local y con un recorrido construido paso a paso, Lautaro Florito suma minutos, estadísticas y protagonismo en Villa San Martín, sosteniendo su lugar en una categoría donde llegar es difícil y permanecer lo es aún más.
En un contexto donde cada vez son menos los jugadores de San Francisco que logran sostenerse en categorías nacionales, el presente de Lautaro Florito vuelve a destacarse por su continuidad. El alero formado en el básquet local atraviesa una nueva temporada en la Liga Argentina defendiendo los colores de Villa San Martín de Resistencia y reafirma su lugar en la segunda división del básquet argentino.
Florito integra el reducido grupo de sanfrancisqueños con presencia activa en la Liga Argentina, una competencia exigente en lo físico y en lo táctico, donde sostener minutos es tan importante como llegar. Su recorrido no fue inmediato ni lineal, sino construido paso a paso, desde la base.
El camino comenzó en El Tala, continuó en Asociación El Ceibo y se fue consolidando a través del básquet provincial, etapas que le permitieron sumar experiencia, competencia y aprendizaje. Estuvo en Villa San Martín, Unión Abasto, Brown San Vicente y La Unión de Colón. Cada escalón fue preparando el siguiente, hasta llegar a las categorías nacionales, donde primero acumuló rodaje y hoy sostiene su lugar en la Liga Argentina, el nivel más alto de su carrera hasta el momento.
El salto al plano nacional le exigió una adaptación progresiva, tanto desde lo físico como desde lo táctico. La Liga Argentina propone un ritmo distinto, con jugadores experimentados y estructuras consolidadas, donde cada error se paga caro. En ese contexto, el alero fue encontrando su lugar desde la regularidad, entendiendo cuándo acelerar, cuándo administrar y cómo aportar dentro de un esquema colectivo cada vez más exigente.
Para el básquet de la ciudad, ese recorrido también funciona como una referencia concreta. Formado íntegramente en clubes locales, su presencia sostenida en la Liga Argentina demuestra que el camino desde el básquet formativo hasta el plano nacional es posible, aunque demande tiempo y constancia. En un escenario donde pocos llegan y menos se mantienen, su continuidad representa un espejo cercano para los jóvenes que hoy transitan las divisiones formativas en San Francisco.
En las primeras 13 fechas de la Liga Argentina 2025/2026, Florito disputó 13 partidos, con un promedio de 29,2 minutos en cancha, una cifra que lo ubica como una pieza habitual dentro de la rotación. En ese tiempo aporta 10,5 puntos por partido, con porcentajes que reflejan eficiencia: 45 % en tiros de dos puntos, 31 % en triples y un destacado 84 % desde la línea de libres, uno de los rubros más sólidos de su planilla.
Su aporte se completa con 4,1 rebotes, 1,4 asistencias y 0,7 recuperaciones por juego, además de una valoración promedio de 9,8, números que explican por qué el cuerpo técnico confía en su presencia sostenida en cancha. Más allá del goleo, Florito suma desde la intensidad defensiva, la presión sobre el balón y la lectura del juego, aspectos claves en el funcionamiento colectivo de Villa San Martín.
En diálogo con AM 1050, el propio jugador puso el foco en esa mirada integral del juego. “No siempre el aporte pasa por los puntos. A veces es defender, tomar decisiones o estar en cancha cuando el equipo lo necesita”, expresó, una definición que encuentra correlato directo en sus estadísticas y en el tiempo que permanece en juego.
Florito también explicó que una de las bases del buen momento del equipo pasa por la identidad defensiva. “Creo que somos el equipo que menos le convierten en el torneo, somos unos leones defendiendo”, señaló, y remarcó que esa fortaleza les permite competir incluso cuando la ofensiva no fluye con continuidad. “A veces, sin jugar tan bien en ataque, llegamos a finales cerradas con chances de ganar”, describió.
En ese contexto, el alero entiende su rol desde la adaptación permanente. Reconoció que en algunos partidos le tocó asumir mayor protagonismo ofensivo, pero aclaró que su aporte no se limita al goleo. “Ayer (por el encuentro contra Bochas en Colonia Caroya) no tuve un gran partido y fui el que más jugó”, contó, como ejemplo de que la confianza se construye también desde lo que no aparece en el resumen: defensa, energía y decisiones en momentos clave.
El propio Florito hizo referencia además a un inicio de temporada particular, con ausencias que obligaron a ajustar sobre la marcha. “Nunca estuvimos con el plantel completo, siempre teníamos alguna baja”, explicó, entre lesiones y convocatorias, una situación que terminó fortaleciendo al grupo y acelerando los procesos colectivos.
Ese rol que Florito describe desde lo colectivo también se refleja en su presencia sostenida dentro del equipo. Los minutos que acumula, la regularidad en su producción y la confianza del cuerpo técnico explican por qué su lugar no depende de un partido puntual, sino de un rendimiento que se mantiene a lo largo de la temporada. En un plantel que atravesó ausencias y ajustes constantes, su continuidad se transformó en una pieza estable dentro del funcionamiento de Villa San Martín.
Desde San Francisco, ese recorrido adquiere un valor particular. Formado en el básquet local y construido sin atajos, el presente de Florito en la Liga Argentina confirma que el crecimiento es posible cuando el proceso se sostiene en el tiempo. Sin gestos grandilocuentes y con perfil bajo, sigue representando a la ciudad en una categoría donde cada minuto se gana y donde mantenerse es, muchas veces, el verdadero logro.
