Florencia, la que dibuja letras en las paredes
Ella es referente del lettering, un tipo de arte en el que prima el estilo libre.
El lettering significa "letras dibujadas". Esta técnica, de estilo libre, se desarrolla con una variedad enorme de materiales, que van desde pinceles, marcadores, plumas o lápices. El soporte para aplicarlo es infinito y Florencia Cavagliato sabe de esto.
En pasaje Poeta Lugones de nuestra ciudad, Florencia se "rebeló" para su cumpleaños número 28, en abril pasado, e hizo una intervención con la frase "Empieza el matriarcado". En la pared dejó plasmada su impronta, su letra, su estilo.
"Lo mío es el lettering, ponerle palabra al arte pero también es hacer arte con las letras. Es un juego y me divierte mucho", confesó Cavagliato a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Ella se define como una "leterina". Así llama a "un concepto que alguien me dio alguna vez, que no existe, pero que me gustó mucho".
Florencia Cavagliato, una apasionada del lettering, un tipo de
arte.
Volver al romanticismo
Con la cursiva como recurso y el fibrón de esmalte sintético como pincel, el trabajo de la joven se destaca por detalles que la hacen diferenciarse del resto como una "s" con líneas, la sombra y la armonía de cada palabra. "Sé que tendría que definirme en un estilo, aunque le tengo miedo a las estructuras, pero la cursiva es la que más me gusta", aclaró.
Ella hace todo a pulso, sin marcar renglones o las letras previamente, lo que hace a su trabajo aún más interesante. "Y los miedos cuando trabajás así siempre están porque no podés volver atrás", dijo Florencia.
Ya destacó que "a la gente le gusta leer palabras como 'amor´, `felicidad´, `sonrisa´, está ávida de ver plasmados sentimientos. A la gente le gusta leer la palabra `amor´ y aunque esté trillada como la frase `viví simple´, que la plasmé en un montón de lados, a todos los moviliza y da señal de que la gente quiere volver al romanticismo, a lo simple, a lo lindo a través de las palabras".
Para Florencia "no existen las `malas palabras´. Todo depende de la connotación y el significado que le dé cada persona o como dijo Roberto Fontanarrosa, `Las malas palabras sirven mucho para expresarse´".
Tinta en la sangre
La pasión de Florencia por las letras comenzó desde muy pequeña, a través del juego, y los genes hicieron el resto.
Su padre y su abuelo fueron reconocidos fileteadores de la ciudad que dejaron su sello en tanques de motocicletas y otras piezas. "Mi papá Gabriel era letrista y fileteador de tanques de moto, y mi abuelo Atilio también se dedicaba a esto. El pasado de ellos está en mí".
Florencia contó que "siempre estuve cerca de las letras. De chica, era la que escribía las cartas para los enamorados, garabateaba las calles. De repente empecé a cobrar por este trabajo que es un hobby para mí pero que poco a poco la gente empezó a valorarlo económicamente".
Desde hace dos años, las letras de Flor se fueron expandiendo por la ciudad, empezando por carteles muy sencillos hasta que llegaron propuestas laborales en bares y pubs, como Cristóbal Casa Club, o eventos como el Festival de la Pinta -trabajo que le demandó varias semanas.
En los últimos días, Florencia dejó su impronta con una intervención artística en vivo en el acto homenaje a "Los tres Luises", a 25 años del accidente que le arrebató la vida al profesor Luis Amantini y los alumnos Luis Ignacio Abecasis y Franco Luis Paschiero.
"Fue un momento muy emotivo para mí y agradezco que hayan confiado en mi trabajo para dejar plasmado el nombre de tres personas muy queridas", concluyó la joven.