Fernández: "Es imposible que nos podamos mover" de la última oferta
El presidente habló de la negociación por la reestructuración de la deuda y confirmó que fue rechazada una nueva contrapropuesta presentada por tres de los grupos acreedores.
El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, rechazaron esta tarde la nueva contrapropuesta presentada por tres grupos de acreedores en el marco del proceso de reestructuración de deuda.
El Presidente dijo que "es imposible que nos podamos mover del último esfuerzo que hicimos, que fue muy grande", mientras Guzmán manifestó su confianza en que "la mayoría de nuestros acreedores va a aceptar la oferta" presentada el 6 de julio pasado ante el organismo de contralor bursátil de EEUU (SEC).
La nueva contraoferta fue transmitida por el Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio, que aseguraron que reúnen más de un tercio de los bonos globales y más de un tercio de sus bonos en circulación.
Estos acreedores -que a la vez manifestaron su rechazo a la última propuesta presentada por el Gobierno- dijeron que su oferta "proporcionará el alivio a corto plazo que Argentina necesita con urgencia, brindará una solución sostenible a largo plazo que asegure el futuro del país y su acceso a los mercados internacionales de capital, y el marco legal necesario para alentar la inversión adicional necesaria para poner al país en el camino hacia una recuperación sostenida".
La propuesta contempla una tasa de interés promedio del 3,4%, pagos de amortización desde 2025 y un alivio de deuda cercano a los US$ 35.000 millones hasta 2028.
La iniciativa conjunta se conoce 15 días antes de que venza el plazo dispuesto por el Gobierno, para que los tenedores acepten o rechacen la última propuesta presentada por Guzmán.
Ante esto, el presidente Fernández ratificó que "es imposible que nos podamos mover del último esfuerzo que hicimos, que fue muy grande".
El jefe del Estado en una entrevista concedida a la Televisión Pública, aseguró que desde el Gobierno "esperábamos esto", en referencia a la decisión de estos acreedores de rechazar la propuesta del Gobierno argentino formulada el 6 de julio pasado.
Fernández explicó que "lo único que pasó es que se formalizó la posición de un grupo de bonistas" y que a partir de esto "vamos a seguir hablando y negociando sabiendo que Argentina ha hecho un enorme esfuerzo ya con la oferta que ha hecho, es muy difícil hacer una oferta mejor".
Por su parte Guzmán, rechazó la contra propuesta y aseguró que "la mayoría" de los acreedores "va a aceptar la oferta" formulada por el país.
"Vemos en ese grupo de acreedores una falta de entendimiento sobre las restricciones que enfrenta Argentina", dijo el ministro tras recibir la iniciativa conjunta .
En un comunicado de prensa, Guzmán expresó: "No vamos a confrontar con nuestros acreedores. No vinimos a pelearnos con nadie sino a resolver un problema enorme en el que se dejó a Argentina. Queremos resolver el problema. Fue con esa vocación que hicimos una oferta definitiva que incluyó nuestro máximo esfuerzo".
"Acá hay un país. Acá hay familias. Hay personas. Aceptar lo que piden algunos acreedores significaría someter a la sociedad argentina a más angustia, implicaría por ejemplo ajustar jubilaciones, y no lo vamos a hacer. Seguimos esperando que prime la buena fe por parte de los acreedores", finalizó el ministro
El grupo de bonistas, de manera simultánea con la presentación de la contra propuesta, también firmaron un acuerdo de cooperación en el que advirtieron que "la oferta actual de Argentina no llega a una propuesta que pueda ser apoyada por los grupos acreedores".
"Estamos seguros de que hay una resolución consensuada a la vista y de que dicho acuerdo proporcionará un camino hacia un futuro económico sostenible para el pueblo argentino", agregaron en el comunicado conjunto.
El Gobierno argentino presentó el 6 de julio pasado su última oferta en la que propuso pagar intereses a partir de septiembre de 2021 en lugar de mayo de 2023, como había formulado en la propuesta original, entre otras ventajas.
Según cálculos de mercado, la propuesta argentina implica un Valor Presente Neto ubicado centro de un rango de entre US$ 53,5 y US$ 59 por cada US$ 100 de valor nominal.
El Presidente dijo que "es imposible que nos podamos mover del último esfuerzo que hicimos, que fue muy grande", mientras Guzmán manifestó su confianza en que "la mayoría de nuestros acreedores va a aceptar la oferta" presentada el 6 de julio pasado ante el organismo de contralor bursátil de EEUU (SEC).
La nueva contraoferta fue transmitida por el Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio, que aseguraron que reúnen más de un tercio de los bonos globales y más de un tercio de sus bonos en circulación.
Estos acreedores -que a la vez manifestaron su rechazo a la última propuesta presentada por el Gobierno- dijeron que su oferta "proporcionará el alivio a corto plazo que Argentina necesita con urgencia, brindará una solución sostenible a largo plazo que asegure el futuro del país y su acceso a los mercados internacionales de capital, y el marco legal necesario para alentar la inversión adicional necesaria para poner al país en el camino hacia una recuperación sostenida".
La propuesta contempla una tasa de interés promedio del 3,4%, pagos de amortización desde 2025 y un alivio de deuda cercano a los US$ 35.000 millones hasta 2028.
La iniciativa conjunta se conoce 15 días antes de que venza el plazo dispuesto por el Gobierno, para que los tenedores acepten o rechacen la última propuesta presentada por Guzmán.
Ante esto, el presidente Fernández ratificó que "es imposible que nos podamos mover del último esfuerzo que hicimos, que fue muy grande".
El jefe del Estado en una entrevista concedida a la Televisión Pública, aseguró que desde el Gobierno "esperábamos esto", en referencia a la decisión de estos acreedores de rechazar la propuesta del Gobierno argentino formulada el 6 de julio pasado.
Fernández explicó que "lo único que pasó es que se formalizó la posición de un grupo de bonistas" y que a partir de esto "vamos a seguir hablando y negociando sabiendo que Argentina ha hecho un enorme esfuerzo ya con la oferta que ha hecho, es muy difícil hacer una oferta mejor".
Por su parte Guzmán, rechazó la contra propuesta y aseguró que "la mayoría" de los acreedores "va a aceptar la oferta" formulada por el país.
"Vemos en ese grupo de acreedores una falta de entendimiento sobre las restricciones que enfrenta Argentina", dijo el ministro tras recibir la iniciativa conjunta .
En un comunicado de prensa, Guzmán expresó: "No vamos a confrontar con nuestros acreedores. No vinimos a pelearnos con nadie sino a resolver un problema enorme en el que se dejó a Argentina. Queremos resolver el problema. Fue con esa vocación que hicimos una oferta definitiva que incluyó nuestro máximo esfuerzo".
"Acá hay un país. Acá hay familias. Hay personas. Aceptar lo que piden algunos acreedores significaría someter a la sociedad argentina a más angustia, implicaría por ejemplo ajustar jubilaciones, y no lo vamos a hacer. Seguimos esperando que prime la buena fe por parte de los acreedores", finalizó el ministro
El grupo de bonistas, de manera simultánea con la presentación de la contra propuesta, también firmaron un acuerdo de cooperación en el que advirtieron que "la oferta actual de Argentina no llega a una propuesta que pueda ser apoyada por los grupos acreedores".
"Estamos seguros de que hay una resolución consensuada a la vista y de que dicho acuerdo proporcionará un camino hacia un futuro económico sostenible para el pueblo argentino", agregaron en el comunicado conjunto.
El Gobierno argentino presentó el 6 de julio pasado su última oferta en la que propuso pagar intereses a partir de septiembre de 2021 en lugar de mayo de 2023, como había formulado en la propuesta original, entre otras ventajas.
Según cálculos de mercado, la propuesta argentina implica un Valor Presente Neto ubicado centro de un rango de entre US$ 53,5 y US$ 59 por cada US$ 100 de valor nominal.